Por fin se acabó la Navidad, y no es que no me guste, pero los excesos en comida son terribles y uno ya tiene una edad. Esta tarde, como remate y después de un buen almuerzo de Reyes familiar, nos reunimos en casa de mi amiga Fanfy frente a un chocolate. Lo probé pero logré no sucumbir a un nuevo y último emboste. Esta noche de cena nada y mañana dios dirá, a ver si por fin me animo, me decido y tengo fuerza de voluntad para perder esos dos o tres mil kilos que siempre sobran. Ahora, escribiendo esta pequeña reflexión, me acordé de la película "Stand by me"; en ella uno de los amigos, al que llamaban culograsa, contaba una historia muy oportuna... disfrútenla.
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