Una de las experiencias más maravillosas que he tenido ha sido la estancia en Amboseli, en la época en que viví en Kenya poco tiempo después de terminar la carrera de Arquitectura. Levantarse por las mañanas y ver el Kilimanjaro desde donde nos encontrábamos como fondo, y los animales en la sabana en primer plano, es un espectáculo difícil de explicar con palabras. Después de mi experiencia africana odié, aún más si cabe, los zoos. La sensación de libertad que se tiene en un safari* en África, sus colores, sus olores, sus sonidos, su luz y, por supuesto sus animales, te atrapa tal forma que ir es querer volver.
*Safari fotográfico; la duda ofende.
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