A la espera de darme un salto a Helsinki, que sigue en la lista de ciudades pendientes, un poco de Sibelius para comenzar esta semana extraña que para mi empieza un miércoles y termina mañana.
Mi teléfono tiene lo que él llama "Centro de notificaciones". Como es una máquina -la primera de todas, la que nos tiene absorbido el seso a todos-, debe pensar que con estas noticias me mantiene informado, al día. Claro que lo que hace es todo lo contrario, más que informarme me crea un desasosiego que no no le he pedido, pero así están las cosas. Ahora estoy un poco más informado y tengo un poco más de miedo.
Por esa serendipia del destino descubro hace un par de días una auténtica joya del cine, una película inclasificable, bonita, con una banda sonora a la altura, unos personajes fascinantes y unos paisajes... No hay palabras. THE FALL: EL SUEÑO DE ALEXANDRIA.
Un corto y más que agradable fin de semana en Cartagena, con algo de lluvia y granizo, truenos y relámpagos, tres cumpleaños, almuerzo y cena en familia, todo aderezado con un toque de fiebre y buen arroz.
Con una agenda repleta y cumplida pasamos este último fin de semana en el que hubo casi de todo: recogida de un encargo pendiente, alquiler de un trastero para la mudanza, un buen rato viendo telas para un tapizado que se resiste y ópera por la noche en el Pérez Galdós antes de viajar a Cartagena. Se trataba en esta ocasión de la maravillosa "Lucia di Lamermoor". Siempre un placer verla y escucharla, en esta ocasión, desde unos asientos excelentes, disfrutamos de una función como pocas antes. Dejo a los expertos la crítica (Platea Magazine):
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CRÍTICAS
Xabier Anduaga debuta el rol de Edgardo en Las Palmas, junto a la Lucia di Lammermoor de Jessica Pratt.
Las Palmas de Gran Canaria. 27/05/23. Teatro Pérez Galdós. Amigos Canarios de la Ópera. Donizetti: Lucia di Lammermoor. Jessica Pratt (Lucia). Xabier Anduaga (Edgardo). Youngjun Park (Enrico). Mirco Palazzi (Raimondo). Rosa Pérez (Alisa). David Barrera (Arturo). Gabriel Álvarez (Normanno). Coro del Festival de Ópera. Orquesta Filarmónica de Gran Canaria. Lorenzo Passerini, dirección musical. Bruno Berger-Gorski, dirección de escena.
Echando la vista atrás, seguramente sea Lucia di Lammermoor la ópera que más veces he escuchado en directo. Producciones, selecciones, cantantes y, muy especialmente, sopranos. A fuerza de oficio, en ocasiones los críticos debemos construirnos un mundo y una opinión ante una sola función o concierto. Es arriesgado, pero sobre el alambre se baila a base de profesionalidad y de horas de estudio previo... En otras, sin embargo, escuchamos partituras que tenemos grabadas en la médula. Lucia es una de ellas. En total, ya se lo contaba, precisamente a raíz de otra Lucia con Jessica Pratt, serán diez sopranos diferentes en el papel protagónico las que habré escuchado en producciones completas. Unas 15 si contamos las arias de la locura en diferentes recitales. Y alguna de ellas, varias veces, como es el caso de la soprano australiana. Les cuento todo esto para que tengan en la justa consideración, por favor, todo lo que voy a reflexionar a continuación.
Lucia di Lammermoor es uno de mis roles predilectos como amante de la música. Desplegar "el" instrumento en su totalidad. Dotarle de vida, de profundidad, aristas, para una mujer presionada por todos los ángulos del patriarcado. La familia, la sociedad, la iglesia, lo que se supone que es el amor... Lucia lo encierra todo, máxime tratándose de bel canto. Tanto como para desplazase de un teatro a otro para escucharla y, sin embargo, esta ha sido la primera vez en 30 años que el nombre de un tenor me ha traído hasta uno de ellos. Xabier Anduaga debutaba, por fin, el esperado rol de Edgardo. Era algo lógico: Viva la Mamma, Elisir, Fille, Don Pasquale, Bolena... aquella Lucrezia y el Castello en Bérgamo!... Todo apuntaba a que, por su facilidad en el agudo, el centro coloreado, amplio, la morbidez a flor de labio, el fraseo encendido... este podía ser un papel que se adecuase a la perfección a sus medios. ¡Y vaya si lo ha sido! El de Anduaga, ya en su mismísimo debut, es el mejor Edgardo que yo haya escuchado en los escenarios. Kraus, Pavarotti y Aragall fueron los tres primeros tenores en cantarlo en Las Palmas de Gran Canaria y estoy seguro de que, si alguien pudo escucharlos entonces, las formas de Xabier Anduaga han tenido que retrotraerles hasta aquel pasado. Ni mejor ni peor. Sí el de los grandes nombres, aquellos que hacen vibrar a todo un teatro a la vez, palpitando con un arte extraordinario. Al terminar el Verrano a te del primer acto, junto a Jessica Pratt, lleno de matices, sobreagudos, ese agudo potente, amplio, final... pianissimi, medias voces, colores al fin y al cabo... ¡auténtico fraseo! No les miento al confesarles que me descubrí a mí mismo al borde del asiento, queriendo aplaudir y gritar a la vez... el corazón por la boca, como sólo ocurre en momentos contados, contadísimos en la lírica.
Me lo decía el propio Xabier, recientemente, en un podcast. Si Rossini fue el lugar por donde, de algún modo, comenzar y Mozart los compases de transición, Donizetti ha de ser, a fuerza de lo arrobado, un lugar donde quedarse. Ya ha anunciado próximos compromisos con Verdi como La traviata (Alfredo) y Rigoletto (Duca); Puccini y Massenet en un par de temporadas parecieran objetivos a considerar (Rodolfo de La bohème o Werther), pero Donizetti... Donizetti es el compositor con el que, por el momento, el donostiarra está llamado a echar abajo los teatros de medio mundo. Aún quedaba mucho más del tenor en una noche de la que no puede objetársele nada. Echó arrestos en la escena de la torre, con una zona grave siempre bien aseada, quiso mostrar siempre cierto patetismo dramático, intentando comprender los porqués de su personaje, mostrar algo de humanidad en él. La acentuación, la curva de la palabra y la frase que en ocasiones yo mismo he podido achacarle, estuvo en todo momento, aquí, elegantemente delineada, encendida cuando así se requiere, construyendo y matizando. Y extendió alas de verdadera magia vocal en su escena final. Una suerte de escena de la locura que Donizetti regala al tenor, junto a la de Devereux (¡Ay, Devereux en la voz de Anduaga!) y que tantas veces aquí, por la colocación final tras la muerte de la protagonista, termina pasando como un trámite. Con el cantante vasco puede comprenderse por qué Donizetti hizo las cosas como las hizo. Todas en lo referente a Edgardo.
A su lado, la Lucia de Jessica Pratt, una de las Lammermoor referenciales de su generación y en la actualidad. Matizadísima tanto en lo actoral como en lo vocal, donde degustó y dio forma a cada frase como sólo las grandes saben hacer, la encontré en esta ocasión (tras una última en Les Arts de València donde Anduaga cantaba el Arturo) mejor que nunca. Por supuesto, volvió a cautivar con momentos de pura orfebre, como su comienzo a solo del mencionado Verrano a te. Se mostró, no obstante, siempre exultante en su franja aguda, como en este dueto con el tenor, el siguiente con el barítono y el posterior con el bajo. Delicada y detallista, siempre, a partes iguales. Límpida, díafana en el timbre y el decir de su página de salida; excepcional en su escena de la locura, cuya primera parte bisó tras la insistencia del público. Algo que se le debía, de alguna manera, desde aquel estupendo debut con la Marie de la Fille de hace unas temporadas.
A Youngjun Park, quien mostró un bello timbre y voz amplia, aún puede requerírsele más, mucho más tanto en lo puramente escénico como en el dibujo vocal de su Enrico, demasiado plano y carente de matices en cualquier sentido. Voz plena, rotunda, de las que se agradece escuchar, pero que necesita mayor gradación para llegar a emocionar. Era también su debut en el papel, por lo que se espera pueda terminar de darle forma, de hacerlo suyo como Jessica hace absolutamente suya la Lucia y como demostró Xabier que puede hacerse ya desde una primera vez. El cuidado en las formas. Aún más ante una dirección de escena, firmada por Bruno Berger-Gorski, ayuna en ideas y detalles, algo demasiado complicado de entender con una historia como esta entre las manos e irritantemente literal por momentos, como en la narración de Lucia con Regnava nell silenzio... Quando rapito in estasi. Creo que es la primera vez que veo aparecer al fantasma, literlamente hablando y que las aguas se tiñen rojas. La escenografía es sencilla, tradicional y va a lo seguro. Parecen inevitables tantas veces los cortinajes y las grandes mesas en Lucia... Pero la ópera, el teatro, requieren de nosotros que pongamos en juego algo de nuestra imaginación... ¡por poco que sea! Supongo, no obstante, que todo puede pasarse por alto cuando se cuenta con voces como las protagonistas... aunque direcciones así no ayuden nada a los cantantes más jóvenes a desarrollar su personalidad sobre los escenarios.
El resto del reparto reunido cumplió con sus respectivos cometidos, no sin pasar algún apuro el Raimondo de Mirco Palazzi, adecuado en la mayor parte de sus escenas, en cualquier caso. Correctos la Alisa de Rosa Pérez y el Normanno de Gabriel Álvarez, quien se ha terminado de graduar en el Conservatorio de Canarias entre estas funciones. Muy grato, asimismo, el Arturo de David Barrera, en sustitución del inicialmente previsto Francisco Corujo. Desde el foso, dirigió a la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria la battua encendida de Lorenzo Passerini, quien acompañó a las voces con aparente cuidado y abrió la mano en los momentos puramente orquestales, como la introducción, con efusivos contrastes y tempi que cargaron con el peso del drama, más allá de la escena.
Paseando por Las Palmas, que año tras año no deja de maravillarme, di con otra frase de uno de sus grandes vecinos universales, Benito Pérez Galdós: "La historia está en lo que hacen todos y en lo que hace cada uno", de El equipaje del rey José. La historia de los Amigos Canarios de la Ópera y la lírica de Las Palmas se hace temporada a temporada, sustentada en voces extraordinarias. Este ha sido, una vez más, el caso; con la historia propia de una soprano, Jessica Pratt, que es referencia en el bel canto y la de un tenor, Xabier Anduaga, que, a pesar de llevar cantando a Donizetti durante años, ahora sí, con Edgardo ha terminado de encontrar un lugar donde quedarse... como lo hemos encontrado todos en su voz y, por qué no decirlo, en Las Palmas de Gran Canaria. Conocer a melómanos y melómanas que me reconocen durante el viaje (por favor, ¡no dejéis de saludarme!), charlando amistosamente porque vienen, también, en peregrinación a la Isla a escuchar ópera. Encontrarse con tantos amigos aquí, incluídos quienes preparan las próximas funciones... Gran Canaria y Las Palmas respiran muchas realidades, también una lírica. Y quedarnos unos días más para volver a saludar a Juani, la lanzaroteña a quien conocimos el año pasado durante las fiestas del Día de Canarias. Quedamos en volvernos a ver este año. En la misma calle. En el mismo lugar. Y sé que estará ahí. Gran Canaria siempre está ahí. Voy y vuelvo, pero en ella muchos hemos encontrado, de alguna manera, ya digo, un lugar donde quedarnos.
Tuve ayer uno de los peores viajes en avión que recuerdo, si no el peor de todos. No fue por la duración, escasamente 25 minutos, sino por las circunstancias.
Retraso de una hora, salió el vuelo a las 23:00h, última fila del BINTER, ventanilla, tras tenernos más de media hora sentados dentro, sin aire acondicionado, escuchando las conversaciones de todo el mundo, -algunos quejándose de manera chistosa en alto- y sin explicación alguna por parte de la tripulación. A medio vuelo el piloto dijo algo a modo de disculpa que ni entendí.
El "señor" que iba delante de mi decide echar para atrás su asiento, de manera que pasé a estar literalmente embutido entre el respaldo y el pasajero de los sudokus a mi derecha. El "señor", que resultó ser arquitecto, por cierto, no paraba de hablar con su acompañante, y no precisamente de manera discreta. La conversación empezó con un "y mira que es muy minusválido", de manera que me intrigó y ya no pude escapar a ella:
¿Pero tú lo has oído? Y mira que es muy minusválido el cabrón. Yo es que no puedo ni escucharlo, es encender la radio, oírlo y cambiar de emisora. (No supe hasta después que se refería a Echenique).
A mi me pasa lo mismo con Pedro Sánchez, no puedo con él. Ya verás que éste se acabará yendo de España.
Yo, qué quieres que te diga, me impresiona las mentiras que dice sin vergüenza alguna (Intrigado estaba por saber si se refería a Echenique o a Pedro Sánchez).
Después de un silencio entre ellos siguieron hablando de trabajo -he ahí cuando supe que era arquitecto-, de unos viajes, peritajes, etc., e intenté desconectarme como pude. Saqué el móvil de mi bolsillo derecho mediante una ágil maniobra con brazo a lo Tiranosaurio Rex y me sumergí en un juego, emulando a mi vecino de fila, el señor Sudoku, aunque yo optara por uno tipo Tetris.
No me hizo pensar tanto el contenido de la conversación sino la manera en la que desarrolló, el fondo que entreví, la violencia que percibí. Y no me gustó, me dio miedo.
Visto lo visto, por salud mental, tomé una noche una decisión, se acabó la política para mi. Así, tal cual. Fuera escribir de política, fuera hablar de política. Vade retro. Sonrisa de Joker, que más vale tener tranquilidad que tener razón.
Tras las elecciones locales de ayer 28 de mayo todos los periódicos se han puesto de acuerdo en sus apreciaciones, desde los más eufóricos a los que lo dicen "con la boca pequeña": el PP arrebata el poder al PSOE. Alea iacta est.
Pedro Sánchez debe haber llegado a la misma conclusión y no sabemos si su movimiento es una idea brillante o una tirada de toalla: nuevas elecciones el 23 de julio en España. Le doy un voto de confianza, de entrada, una vez aceptada la evidencia como es, fría. La derecha avanza inexorablemente; no sólo el PP sino VOX. La Historia está llena de ello, no debemos dar por hecho que los logros sociales y políticos conseguidos tras la muerte de Franco -dictador golpista donde los haya; medio millón de muertos durante la guerra, a sus espaldas, y a saber después- son eternos. Hay que cuidarlos, hay que defenderlos cada día. Sí, es duro, pero no se ha encontrado aún un sistema mejor hasta ahora y los métodos de la Revolución Francesa han quedado atrás.
La Elecciones Generales de este año, sin duda, serán muy emocionantes, y dicho por un nihilista ya es mucho.
Me llega por fin, desde Japón -algunas cosas buenas ha de tener la globalización- el ballet "Le Train Bleu", con escenarios de Jean Cocteau, música de Darius Milhaud, coreografía de Bronislava Nijinsks, vestuario de Gabrielle (Coco) Chanel y decorados de Pablo Picasso. Poco más se puede añadir.
“Un tipo de amor que no dan los humanos”: así es el duelo silencioso e incomprendido que deja la muerte de un animal
Parte de la sociedad aún no comprende los estrechos lazos que establecen los animales de compañía con sus familias humanas y el dolor que dejan tras su muerte, que puede equivaler al de la pérdida de un ser querido.
“Ayer murió mi perra. El dolor es tan profundo que me asusta porque lo cubre todo. Es tan hondo que solo puedo sentarme a llorar y pensar en la pérdida, el amor por los demás o la muerte”. Así empezaba la Carta a la Directora que una lectora envió la semana pasada a EL PAÍS. Casi 30.000 personas megustearon su difusión en Instagram y más de cuatrocientos comentarios se solidarizaron con su dolor. Hace un par de meses fue el actor Dani Rovira quien conmovió a sus seguidores con su testimonio: “No me acuerdo de mi vida sin ti, amor mío”, escribía tras el fallecimiento de su perra Carapapa. “No imaginaba que un adiós pudiese ser tan bonito y a la vez tan doloroso”. La adhesión y las palabras de alivio que reciben estas despedidas evidencian la profunda relación entre los animales y las personas que conviven con ellos. También Paris Hilton lamentaba este martes la muerte de su perra Harajuku Bitch, de 23 años, con un mensaje que decía “Descansa en paz, amor mío. Gracias por bendecir mi vida con tu amor incondicional”.
En un estudio realizado por la web especializada en animales de compañía Wamiz el 90% de los propietarios de gatos y perros asegura que el dolor que habían sentido al perder a su animal de compañía era semejante al de perder a una persona de su entorno. Los animales son nuestros seres queridos y su muerte nos afecta como tal. Que nuestra relación con ellos ha cambiado en los últimos años queda claro echando un vistazo a los programas electorales: casi todos los partidos progresistas incluyen en mayor o menor grado medidas centradas en ellos. Entre las más llamativas está la de Barcelona en Comú que ofrece “un servicio de acompañamiento de duelo y despedida de los animales de la familia, un servicio integral desde el momento del deceso hasta su destino final”. A juzgar por los testimonios de quienes han sufrido la pérdida de un animal, es una propuesta necesaria.
Kike, técnico forestal de 45 años, es consciente de la evolución que ha sufrido la percepción sobre los animales y en especial los domésticos, cuyo número en España según datos de ANFACC, supera los 29 millones. “Hace diez años le dije a mi jefe que no podía ir a trabajar porque mi perro estaba enfermo y no quería dejarlo solo. Se rio, creyó que era una broma. Cuando falleció hace unos meses percibí una respuesta distinta a mi alrededor. Es un gran alivio no tener que poner excusas para disimular algo tan importante”.
Ocultar los sentimientos es, según la psicóloga Beatriz Cuervo, lo más nocivo que se puede hacer en una situación así. “Minimizar lo que sentimos no trae consecuencias positivas. El dolor por una pérdida es normal”, explica, “Puede que en determinados contextos familiares, sociales o laborales nos de vergüenza admitir que estamos tristes o que sentimos ese vacío que acompaña a una ausencia por un animal de compañía. En ese caso lo adecuado sería intentar hablar con alguien que haya pasado por una situación similar aunque no sea nuestro mejor amigo o amiga, sino quizá alguien con el que coincidimos paseando a nuestros perros en el parque”.
Laura Alberdi, responsable de una tienda de animales en Oviedo, ha sido muchas veces la receptora de esos lamentos que algunas personas no pueden verbalizar en su entorno. “Hay una señora de unos setenta años que todavía se emociona cuando nos habla del canario que sus nietos le regalaron tras enviudar. Primero Platanín le pareció un engorro, después se convirtió en su compañía más querida. A la gente le sorprende el afecto que dan los animales por pequeños que sean, pero ellos reconocen fácilmente a quienes les hacen bien o mal. Su fallecimiento la dejó devastada. Nos dice que le echa de menos más que a su marido. Esto lo dice en voz baja, como si temiese que la escuchasen”.
No es un caso aislado. “Aquí no conocemos el nombre de la mayoría de las personas, pero sí el de todos los animales que cruzan la puerta”, prosigue Alberdi. “Eso hace que la gente se sienta comprendida cuando nos cuenta sus historias”. Y no únicamente los clientes. “Un día un repartidor que traía mercancía se echó a llorar al ver el juguete favorito de su gato que había fallecido el día anterior, sacó su móvil nos enseñó fotos y estuvo un rato contándonos sus trastadas”.
El duelo es por definición el “dolor o aflicción causados por la muerte de alguien”, y, por convención, “el precio que pagamos por querer”. Cada persona lo vive de una manera y no hay una forma correcta de afrontarlo. El estudio de Wamiz revelaba que el 42% de los españoles encuestados había sufrido tanto tras la pérdida de un animal que había sido incapaz de volver a tener otro. Solo el 58% optó por incluir de nuevo a un animal en su familia.
Las dietas veganas o vegetarianas están asociadas a una menor concentración de lípidos en sangre como el colesterol. Como algunos de estos lípidos producen ateroesclerosis al acumularse en las paredes de las arterias, seguir este tipo de alimentación puede reducir el riesgo de sufrir algunas enfermedades cardiovasculares. Esta es la conclusión de un análisis de una treintena de ensayos clínicos realizados durante los últimos 40 años que se acaba de publicar en la revista European Heart Journal. Los investigadores, liderados por Ruth Frikke-Schmidt, de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), enmarcan la relevancia de sus resultados en la agenda de desarrollo sostenible de Naciones Unidas, que plantea reducir en un tercio la mortalidad prematura provocada por enfermedades no transmisibles, como el cáncer o las dolencias cardiacas.
El trabajo apunta como posible explicación de los efectos de las dietas sin carne a un mayor consumo de grasas poliinsaturadas y fibra y a una menor ingesta de grasas saturadas y de la cantidad total de grasa. Sin embargo, no descartan que los efectos de la pérdida de peso asociada a estas dietas pudiese explicar también los resultados. También recuerdan que una parte muy importante del modo en que se acumulan lípidos en las arterias depende, más que de la dieta, de una cuestión genética. Por ese motivo, muchas personas, pese a seguir las recomendaciones de estilo de vida de los organismos sanitarios, necesitan estatinas para mantener los niveles de colesterol en los márgenes considerados saludables. En el estudio, los autores señalan que “combinar las estatinas con una dieta a base de plantas tendrá, probablemente, un efecto sinérgico” y que la dieta vegetariana puede permitir una reducción del consumo de estos fármacos y de sus efectos secundarios.
Pablo Alonso Coello, investigador del Centro Cochrane Iberoamericano (IIB Sant Pau), en Barcelona, dice que “esta revisión confirma más o menos lo que sé sabia [sobre estas dietas], que mejoran el perfil lipídico”, pero cuestiona el salto que dan los autores al hablar de efectos sobre la salud. “No hay datos de desenlaces cardiovasculares”, advierte. “No hay ensayos clínicos que informen sobre desenlaces cardiovasculares relevantes como infartos, mortalidad cardiovascular o ictus, solo hay estudios observacionales”. Alonso cita otro análisis de 40 estudios con más de 35.000 participantes publicado recientemente en la revista BMJ en el que se observó que la dieta mediterránea, que no es exclusivamente vegetariana, y la baja en grasas, son las que tienen una evidencia más sólida en cuanto a la reducción de problemas cardiovasculares. “En el mismo análisis, dos dietas consideradas vegetarianas no salieron tan bien paradas”, añade el investigador, que afirma que las dietas vegetarianas o veganas estrictas pueden ser problemáticas para poblaciones de riesgo, como embarazadas o niños, porque requieren una buena planificación y suplementos que suponen un coste.
En declaraciones recogidas por el Science Media Center, Tom Sanders, catedrático emérito de Nutrición y Dietética del King’s College de Londres, recuerda que “los grandes ensayos con medicación reductora del colesterol muestran que una reducción de 1 milimol en el colesterol LDL [el conocido como colesterol malo] se asocia con una reducción del 10% en la mortalidad por enfermedades cardiovasculares y una reducción del 20% en los episodios de estas enfermedades”. Para este especialista, con los resultados de la revisión, se esperaría que, frente a dietas omnívoras, las dietas basadas en plantas disminuyesen el riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular en un 3% y el impacto de estas dolencias en un 6%. “Estos resultados son coherentes con los estudios observacionales que constatan que los vegetarianos/veganos tienen una menor incidencia de cardiopatía isquémica, pero no de ictus”, concluye.
Otro de los aspectos importantes de la interpretación de los resultados es el tipo de dieta vegetariana que se sigue. Las frutas y verduras y los cereales integrales pueden ser beneficiosos, pero eso no sucede con las que incluyen harinas refinadas, como las de algunos tipos de pan o pasta, o tienen mucha grasa y sal, como en el caso de algunos ultraprocesados vegetarianos. En esos casos, como en de todos los tipos de alimentos ultraprocesados, un consumo frecuente es nocivo para la salud.
Los resultados publicados por el European Heart Journal apuntan a un posible beneficio para la salud cardiaca de las dietas vegetarianas y veganas sanas que ya se había observado con anterioridad. En una guía de la Asociación Estadounidense del Corazón, este tipo de dietas quedaron en cuarto lugar en la clasificación cardiosaludable por detrás de la dieta DASH (baja en sal y alta en frutas, vegetales, granos integrales, lácteos bajos en grasas y proteínas magras, pensada para controlar la tensión), la mediterránea, la pescetariana, en la que la proteína solo procede de pescados y mariscos, y la vegetariana (incluyendo la que admite huevos, lácteos o ambos). Todas estas dietas sanas tienen en común la abundancia de frutas y verduras y cereales integrales, aunque no sean estrictamente vegetarianas.
Además de señalar el potencial de las dietas a base de vegetales para reducir el riesgo de algunas dolencias cardiovasculares, los autores del estudio, en sus conclusiones, apuntan al beneficio medioambiental de un cambio poblacional a una alimentación de este tipo.
En un país que tiene el triple de mascotas que de menores de 12 años, la sensibilidad animalista atraviesa la mayoría de los programas políticos, aunque todavía no es decisiva para el voto.
Si su perro pudiera votar el domingo, quizá apostaría por el partido que le asegurara mejores parques caninos, acceso al transporte público o a las playas en verano o que le prometiera acabar con los ruidosos fuegos artificiales. Como no lo hace, estas y otras propuestas recogidas en los programas de diferentes partidos para las elecciones autonómicas y municipales —desde tarifa plana veterinaria a unidades de la policía centradas en los animales— van dirigidas a los dueños de los alrededor de 9,3 millones de perros y 5,8 millones de gatos que hay en España (según estimaciones de la patronal de piensos Anfaac). Esos más de 15 millones de mascotas —a los que se suman otros tantos entre peces, pájaros, reptiles y roedores— casi triplican el número de menores de 12 años (5,5 millones, según el INE) y la mayoría de los españoles los consideran miembros de su familia, por lo que la sensibilidad animalista se ha convertido ya en transversal en muchos de los programas políticos, aunque todavía no es decisiva para el voto.
“Se ha hecho un trabajo estatal con la ley de bienestar animal que ha puesto las cuestiones animales en el centro del debate público, y ahora tanto la gente que está a favor como los detractores tienen un mensaje respecto a la protección animal”, resume Sergio García Torres, director general de Derechos de los Animales. “En los ayuntamientos y comunidades ya no hay partido político que no tenga un mensaje en este tema, porque al final quien se ocupa de estas cosas en el día a día son los consistorios y la administración más cercana”, prosigue. De hecho, numerosos candidatos se han fotografiado abrazando perritos, visitando parques caninos o hablando con electores que llevaban mascotas. García Torres lo ejemplifica en su caso: “Soy una de las personas de Unidas Podemos a las que más se ha reclamado para acudir a actos electorales por toda España en esta campaña”.
Su formación incluye medidas a nivel estatal como eliminar toda financiación pública para espectáculos con animales, cambiar los espectáculos pirotécnicos —que tanto molestan a los perros y a personas vulnerables— por otros con más luminosidad y menos ruido, creación de concejalías u organismos específicos para los animales o la gestión ética de animales urbanos. En Mislata (Valencia) prometen crear un veterinario municipal, mientras en Sevilla, Málaga y Palma de Mallorca apuestan por reconvertir las calesas de caballos en eléctricas y regular su uso con temperaturas altas.
En sus distintos programas, el PSOE también incluye medidas animalistas: en la Comunidad Valenciana propone elaborar un protocolo de protección animal para situaciones de emergencia; en Melilla, terminar con los fuegos artificiales, construir un crematorio para estos animales —algo que también promete allí el PP— y lograr camarotes acondicionados para perros en los ferris que cruzan el Mediterráneo. En Cádiz, el partido incluso ha editado un folleto sobre bienestar animal que incluye medidas como la instalación de más parques caninos con circuitos agility (deporte canino consistente en superar obstáculos), un banco de ADN canino para imponer sanciones por no recoger excrementos y una mejora de los parques para mascotas.
Esta sensibilidad no ha llegado a Vox, que comparte un mismo programa municipal para toda España, pero sí al Partido Popular: en la Comunidad Valenciana, Murcia y Baleares, el PP ofrece una deducción fiscal para gastos veterinarios obligatorios, como vacunas o microchip. En la primera comunidad, además, propone crear una tarifa plana veterinaria voluntaria anual de 50 euros, montar un servicio urgente de 24 horas para recoger animales que necesiten ayuda, delimitar espacios de ocio caninos en la playa y reservar espacio en los cementerios para mascotas. El PP de Santiago creará una guía petfriendly para publicitar los comercios que admitan mascotas y el de Vigo quiere reconvertir el zoo en un espacio “natural, educativo y de ocio”.
“Los animales importan cada vez más en las campañas políticas, por eso cada vez hay más propuestas para ellos, pero todavía no ocupan el lugar que les corresponde”, señala Nuria Máximo, directora de la Cátedra Animales y Sociedad de la madrileña Universidad Rey Juan Carlos (URJC). “Con la nueva ley de protección animal, los municipios tienen mucho que decir: registros de mascotas, gestión de las colonias felinas, planes de emergencia para animales… Tienen que explicar cómo lo van a hacer, cuánto dinero van a invertir en ello, y la mayoría no lo hacen”, prosigue.
Espacios públicos para perros
Coincide José Miguel Doval, presidente de la Real Sociedad Canina de España: “Con el número de animales que hay, se deberían tener más en cuenta las propuestas para ellos a la hora de votar, pero creo que todavía no se hace”. En su opinión, “lo más importante para las personas que tienen perros debería ser que se garantizaran espacios públicos para poder ir con ellos, acceso al transporte público sin restricciones, y permitir que puedan entrar en libertad a los parques en ciertos horarios, como ya pasa en otros países. Porque la mayoría de los pipicanes y espacios caninos de las ciudades son espacios muy reducidos, sucios y abandonados”. Casi todos los partidos contemplan mejorar estas zonas, que generan muchas críticas entre los dueños, mientras que el PP murciano propone que las mascotas puedan viajar con sus dueños en el transporte público regional (algo que ya es posible en Barcelona y Madrid, con ciertas restricciones).
Nuria Máximo también aboga por formar a la policía local para que persiga el maltrato animal con el nuevo Código Penal —el PP valenciano promete crear la primera unidad de la policía autonómica especializada en abandono y maltrato animal— y habilitar zonas en las playas para acudir con los perros, algo que la mayoría de los ayuntamientos prohíbe en verano. “Somos un país muy turístico, vienen muchos extranjeros con sus mascotas, ¿por qué no podemos compartir las playas con ciertas normas? Si queremos combatir el abandono, no hay que poner trabas a la convivencia con animales”, resume la experta. El PSOE de Ceuta, por ejemplo, promete que habrá zonas de playa para mascotas, algo que comparte el de Cádiz (pero solo fuera de la temporada veraniega).
García Torres, de Derechos de los Animales, cree que las candidaturas municipales “deben avanzar en la creación de mesas de protección animal, para coordinar el trabajo de los ayuntamientos con el de las protectoras, que son las que trabajan día a día en este ámbito”. Es una propuesta que lleva Unidas Podemos a nivel estatal, y que de una forma u otra recogen PP y PSOE en algunos de sus programas, que apuestan por mayor colaboración con las protectoras. Otras cuestiones que más se repiten son la esterilización de los gatos callejeros —que deben hacer los consistorios y entrará en vigor en septiembre, cuando lo haga la ley de protección animal—, la mejora de los centros de rescate de animales abandonados y la potenciación de terapias con animales para personas vulnerables o víctimas de violencia machista. Los animales no votan, pero está claro que también están en campaña.