Oscar Wilde dijo: "Que hablen de usted es malo; pero hay algo mucho peor: que no hablen..."; yo voy a tomarle la palabra y hacer todo lo contrario. He decidido no volver a hablar de política, que toda esta gentuza desaparezca de mi cabeza, que no esté presente al despertarme, al leer el periódico, al escuchar la radio. Que esta gentuza simplemente no exista. He decidido que el desencanto con el sistema ha tocado fondo y que se acabó, o el sistema o yo. Yo. Se acabó preocuparme por todo esto, se acabó el votar -¿para qué?-, se acabó el escuchar mentiras, una tras otra. Se terminó.
Ahora toca disfrutar de la vida, la que tenemos, la que nos queda, la que podemos. Disfrutar con mis perras, con mis amigos, con mi familia, con mi pareja. Disfrutar de la música, de los libros, del sol, de la lluvia, del frío, del viento, de los planes futuros, de las estrellas...
¿Y los políticos...? ¿de quién me estás hablando?
Y, como hubiera dicho Oscar Wilde también en este caso, "no te disculpes, tus amigos no lo necesitan y tus enemigos no lo creerán".
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