martes, 3 de diciembre de 2024

EL FLAUTISTA DE HAMELIN, HOY


Una pantalla ya no es suficiente: todo lo que está pasando en los cines para volver a atraer al público
Las salas de cine buscan nuevas experiencias para volver a conectar con los espectadores: coloquios, vermuts, sesiones sorpresa o experiencias inmersivas son las armas para dar al espectador algo más.
Lucas Barquero, 19.10.2024

En la última película de Tim Burton, estrenada el mes pasado, el legendario personaje de Bitelchús se desvive por aterrar al público. Sin embargo, las locas maniobras con las que triunfó hace 36 años ya no surten el mismo efecto. Entre otras cosas porque los espectadores, a diferencia de él, han vivido una pandemia y, como bien demuestra la película, viven anclados a sus teléfonos móviles. La gran pantalla y las palomitas han perdido su antiguo poder de atracción y ahora las salas de todo el mundo buscan nuevas experiencias para volver a conectar con un público que dispone de tantas series y películas como quiera desde el salón de su casa.

En España el estreno de Bitelchús, Bitelchús se acompañó una experiencia inmersiva, ciclos temáticos, un espacio en el que se invitaba a los espectadores a acudir con su mejores disfraces inspirados en el universo Burton y una intensa campaña comercial que abarcaba desde hamburguesas a maquillajes. Nada de esto es nuevo en sí, pero el éxito del fenómeno Barbenheimer confirmó que este tipo eventos podían convertirse en la solución definitiva para que las salas se recuperasen del batacazo de taquilla provocado por el COVID. De los grandes estudios a las pequeñas salas e incluso las plataformas de streaming, en principio restringidas los hogares, todos se han sumado a la moda.

El mejor lugar para entender esta evolución son los cines Callao, en pleno centro de Madrid. Fueron los primeros de España en proyectar una película sonora en 1926 y ahora han vuelto a ser pioneros por llevar las series de plataforma a las salas. Sergio Gómez, el director de eventos de los cines, explica que la pandemia solo aceleró un cambio de exhibición que estaba ya en marcha. “El 90% de los grandes estudios ya tiene su propia plataforma, por lo tanto los grandes estrenos antes reservados a las películas ahora también se dan en las series”. En el último año han inaugurado un nuevo sistema de tres proyectores para ampliar la experiencia de los estrenos de series como The Acolyte (Disney+), en los que invitan a los fans a acudir con sus trajes temáticos. Pero esta nueva fiebre de los eventos no se restringe exclusivamente a las series ni al patio de butacas. Para el estreno Tyler Rake 2 (película de Netflix) el año pasado pararon la Gran Vía para grabar en directo una secuencia de acción protagonizada por el mismo Chris Hemsworth. “En 2024 todo el mundo tiene un móvil, los estudios son expertos en cultivar a sus seguidores y la oportunidad de crear algo en vivo para un fan es una experiencia que le fideliza. Además, comparte esa experiencia con sus amigos, generando una promoción muy orgánica y eficiente para los estudios”, confiesa.

Entre tanto espectáculo, se podría pensar que a todos estos eventos solo puede acceder Bitelchús y su corte de hombres trajeados, pero nada más lejos de la realidad. Para las películas y las salas más pequeñas también es vital ofrecer una experiencia renovada a los nuevos espectadores de cine. En los cines Embajadores es casi su seña de identidad. Nacieron meses antes de la pandemia y según cuenta Fernando Lobo, responsable de programación, se han inventado todo tipo de soluciones: sesiones a la hora de vermut, proyecciones de cine mudo con música en directo, sesiones a ciegas en la que los espectadores desconocen qué película van a ver o coloquios con los directores. “Antes no estábamos acostumbrados a que los directores españoles recorrieran el país de cine a cine, pero ahora es algo que la industria nacional ya ha asimilado. Hay que ofrecer al público algo más que ver la película”, razona. Desde promociones acorde a la película a ciclos temáticos y participativos, todo ayuda a expandir la experiencia social del cine que había amenazado con perderse. “Al final el cine es el única lugar donde se puede vivir este maremágnum de emociones compartidas”, concluye.

DE JUSTICIA (MUSEO BRITÁNICO=LADRÓN EXPOLIADOR)


La llegada de un nuevo Gobierno laborista al Reino Unido reaviva la posible devolución a Grecia de los mármoles del Partenón
El Museo Británico avanza en las negociaciones con Atenas para alcanzar un “acuerdo cultural estratégico” que permita el regreso de las esculturas a la Acrópolis.
Rafa de Miguel, 03.12.2024

La diferencia está en los gestos políticos, y aunque el primer ministro británico, Keir Starmer, acostumbra a mostrarse tan hierático como una estatua griega ante asuntos potencialmente polémicos, la ambigüedad calculada con que responde a la potencial devolución a Grecia de los llamados “mármoles del Partenón” hace pensar que un acuerdo histórico es posible bajo un Gobierno laborista en el Reino Unido.

Fuentes del Ejecutivo griego han asegurado que “ha habido progresos por ambas partes para la devolución de los mármoles del Partenón”. Por eso, el primer ministro de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, se reúne hoy con el primer ministro británico”, ha asegurado un portavoz del Gobierno en Atenas. “Nada se está ocultando”. Mitsotakis ha hecho de la futura devolución de las estatuas y relieves de los frisos, metopas y frontones del Partenón una cuestión prioritaria de su Gobierno. El Partido Laborista británico prometió, antes de ganar las elecciones el pasado julio, que no interferiría en las posibles negociaciones del Museo Británico con Atenas, aunque tampoco cambiaría la legislación actual para renunciar a la propiedad británica de los mármoles.

“Nuestra posición respecto a los mármoles no ha cambiado. Sigue siendo un asunto que concierne en primer lugar al Museo Británico, y el Gobierno no va a modificar la ley para permitir un traslado definitivo de las esculturas del Partenón”, ha dicho un portavoz de Downing Street antes de la reunión que ambos mandatarios han mantenido este martes en Londres. El Gobierno británico ha insistido en asegurar que la devolución de los mármoles no formaba parte de la agenda de un encuentro en el que Starmer deseaba hablar de Ucrania y un posible alto el fuego en Gaza.

La llegada al poder de un nuevo Gobierno laborista ha cambiado el ritmo de las conversaciones entre el museo y Atenas. El actual presidente del patronato, el exministro de Economía del Gobierno conservador de David Cameron, George Osborne, agilizó durante dos años los contactos discretos con el Ejecutivo heleno, en busca de una solución que satisficiera a ambas partes.


Atenas nunca va a reconocer la propiedad británica de las estatuas —algo que estaría implícito en un posible préstamo de las obras— y el Reino Unido se resiste a reconocer la presunta ilegalidad de la adquisición de las estatuas a principios del siglo XIX por parte de Thomas Bruce Elgin, el embajador británico ante el Imperio Turco-Otomano. Lord Elgin ordenó la extracción de gran parte de las piezas del Partenón y maniobró más tarde en el Parlamento británico para lograr venderlas al museo.

Osborne ya negoció con el Gobierno de Mitsotakis un posible intercambio de piezas de arte entre el Museo Británico y el Museo de la Acrópolis que camuflara el regreso, al menos temporal, de las esculturas a Atenas. Sin embargo, el Gobierno conservador de Rishi Sunak frenó en seco la maniobra, e incluso llegó a cancelar un encuentro en Londres entre el primer ministro tory y su homólogo griego para esquivar el asunto.

La profesora de Derecho de la Universidad de Nicosia, Irini Stamatoudi, que ha ejercido como asesora del Gobierno griego durante las conversaciones, ha asegurado a la BBC que “la posibilidad de un acuerdo está muy próxima”, sin llegar a precisar una fecha. Atenas, ha contado la jurista, ha propuesto ”una alianza cultural estratégica” entre ambos países que plantearía el intercambio de obras de arte.

No obstante, el asunto de los mármoles ha quedado oscurecido en los últimos meses, después de que el Museo Británico tuviera que hacer frente al escándalo del robo de miles de piezas guardadas con poco rigor en sus depósitos. El asunto acabó con la dimisión del director de la institución, el alemán Hartwig Fischer. Su sucesor, Nicholas Cullinan, ha prometido abrir un nuevo capítulo en la institución cultural, sin ideas preconcebidas.

El hecho de que el espacio dedicado a exponer la colección del Partenón vaya a permanecer cerrado al menos durante dos años para llevar a cabo obras de rehabilitación sería la ocasión perfecta para enviar a Atenas las estatuas, aunque la polémica apasionada que sigue desatando el asunto, tanto en Grecia como en Londres, invita a la precaución, antes de celebrar anticipadamente una devolución que sería histórica. Atenas ha reclamado la vuelta de los mármoles desde la vuelta del país a la democracia, en 1974, y son muchas las figuras de la cultura británica que también defienden el retorno de las estatuas.
Enésima ofensiva griega para recuperar los mármoles del Partenón
Todos los argumentos del Reino Unido y el Museo Británico para retener estos tesoros se desmoronan ante una presión desde Grecia que no ceja.
Daniel Menéndez, 06.11.2024

Los griegos cuentan que, durante su Guerra de Independencia, en 1821, los otomanos estaban asediados y sin munición en la Acrópolis de Atenas. Desesperados, empezaron a desmantelar el Partenón para fundir sus abrazaderas de hierro y plomo y fabricar balas con ellas. Los revolucionarios al enterarse, según el relato, ofrecieron compartir su propia munición con tal de que no se dañaran los monumentos. Los turcos aceptaron y los griegos cumplieron.

La historia se convirtió en leyenda al no poder demostrarse que de verdad sucedió. Algo que no impidió su incorporación a la tradición helena y que sea uno de los mitos fundacionales de su independencia junto con el entierro del corazón de Byron o los suicidios de las souliotas, entre otros. El relato quedó circunscrito a fronteras griegas hasta que se popularizó en un discurso en Oxford en 1986. ¿La responsable? La actriz, militante contra la dictadura y, por entonces ministra de Cultura de Grecia, Melina Mercouri. ¿El destinatario? El Museo Británico. ¿El mensaje? Que devolviera a Atenas los mármoles del Partenón.

Los gobiernos helenos han reclamado esas obras desde el final de la Dictadura de los Coroneles (1967-1974) basándose en que salieron de Ática ilegalmente. Por su parte, tanto el Museo Británico como los diferentes gobiernos desde Londres argumentan que Thomas Bruce, popularmente Lord Elgin, contó con el beneplácito del sultán otomano Selim III, por entonces gobernante de Grecia, mediante un firmán [edicto]. Asimismo, sostienen que la adquisición de estas por el Museo al quebrado lord escocés fue igualmente legal. Con el tiempo, el caso pasó a un impasse cuyo desenlace residía en dilucidar si las obras salieron de Grecia por un saqueo o una adquisición legal. Para Reino Unido no fue un robo, para Grecia sí.

Todo estaba destinado al statu quo hasta que este mayo, durante una conferencia de la UNESCO sobre el Retorno de los Bienes Culturales a sus Países de Origen, Turquía confirmó lo que Grecia sostiene desde hace décadas: “No existe ningún firmán”. Las declaraciones fueron publicadas por los grandes medios griegos y la ministra de Cultura, Lina Mendoni, enfatizó que era un “objetivo nacional” el regreso de los mármoles al lugar que Fidias diseñó hace 2.500 años.

Dos meses después, el 4 de julio, el líder laborista, Keir Starmer, logró una holgada victoria sobre los conservadores, férreos defensores de la titularidad británica de las obras, y nombró a Lisa Nandy ministra de Cultura, conocida por plantear enfoques decoloniales inusuales en Westminster. Tan solo dos semanas después, el director del Museo Británico, Nicholas Cullinan, habló por primera vez sobre el reclamo y sugirió un préstamo, pero descartó la devolución en base a una Ley de 1963. Varios abogados argumentaron que podría producirse su reformulación por la mayoría laborista, aunque el Partido no se ha pronunciado sobre ello.

Sin embargo, el 28 de septiembre en una entrevista para el diario griego Ta Nea, la exsecretaria de Cultura de la oposición laborista, Thangam Debbonaire, afirmó que Starmer quería una solución para lo que calificó como “robo”. Posición que granjeó un aluvión de críticas de los tories, y de sectores partidarios de la teoría de las compuertas, según la cual si el Museo Británico devuelve las piezas atenienses, sentaría un precedente para recibir reclamaciones similares y acabaría vacío. Algo que no ha sucedido con otros museos que han devuelto fragmentos de la misma obra reclamada por Atenas.

Mercouri evocaba en sus discursos un verso del poeta Yannis Ritsos: “Estas piedras no merecen menos cielo”. Convirtiéndolo en un aforismo del reclamo griego. De ser devueltas, se albergarían en el Museo de la Acrópolis de Atenas, a 300 metros de la obra original, en la Galería del Partenón, una sala diseñada ex profeso para exponerlas. Jamás volverían a descansar bajo cielo ateniense.

Si no regresan, el espacio seguirá teniendo, debajo de conmovedores huecos vacíos y deliberadamente burdas reproducciones, unos letreros en griego e inglés que, tras la fecha, el nombre y la explicación de las piezas apostillan: “Obras originales retenidas por el Museo Británico”.

OPUESTOS A LA INERCIA


El amparo
Tras décadas de escuchar que la libertad individual es incompatible con la tutela pública, reaparece la urgencia de que el Estado fortalezca los organismos de protección-
David Trueba, 3.12.2024

Nada hay más tentador que pensar que nos valemos por nosotros mismos. Ese espejismo de autosuficiencia se consolida dentro de nosotros apoyado en una prepotencia que caracteriza al humano. Pero un día, de pronto, se hace añicos. Días atrás, unos niños gemelos de apenas dos años fueron dejados por su madre al cuidado de su actual pareja. Al volver encontró a uno muerto y al otro en estado grave tras recibir la brutal paliza del hombre. La conmoción no dejará espacio para estudiar hasta qué punto las instituciones tutelares del Estado son fundamentales para evitar este tipo de sucesos. A menudo, toda intervención de la administración pública en el ámbito doméstico es considerada una invasión. Pero hace ya mucho tiempo que aceptamos que la infancia necesita algún mecanismo de protección porque demasiados padres viven convencidos de que los hijos son una propiedad privada con la que pueden hacer lo que quieran. Fuimos, muy lentamente, rechazando las expresiones violentas que procedían de los progenitores. Después fuimos consolidando instituciones de acogida, de tutela, organismos de supervisión y análisis de las condiciones de vida de los niños y otorgándoles una autoridad conveniente. Ahora sabemos que la escuela católica amparó demasiados episodios de abuso y violación de menores tan solo porque su red de poder les concedía impunidad pues ningún organismo público vigilaba y condicionaba las ayudas a un margen razonable de supervisión.

Son ejemplos de que en segmentos precarios de la sociedad, pero también en los niveles más altos de renta, se puede producir el desamparo de los menores. Pero los mayores tampoco están libres de peligro. Basta observar las calles de las grandes ciudades en las que cada día aumenta el número de personas sin techo, sin recursos y en ocasiones sin una mínima condición de higiene y salud. solo entonces, cuando ya no hay remedio, reaparece la imprescindible urgencia de que el Estado fortalezca sus organismos de protección. Y lo hace después de décadas de escuchar que su presencia no es necesaria, que la libertad individual es incompatible con la tutela pública, que el enemigo del yo es precisamente el nosotros. Una matraca que resurge de tanto en tanto, que aprovecha las quiebras de esas instituciones, muchas de ellas en profundo abandono y sin recursos, suplidas por iniciativas caritativas a quienes faltan manos para tapar tantos agujeros como muestra nuestra sociedad supuestamente avanzada y sofisticada.

Ahora que incluso la universidad pública, uno de los pilares del equilibrio social en España, se encuentra en peligro de desmontaje, nos encogemos de hombros convencidos de que nada puede oponerse a la inercia. Nuestra indiferencia es delictiva, porque está contaminada de una adoración al dinero, a lo que se puede conseguir con dinero, que desacredita cualquier discurso de emergencia colectiva. Tantas titulaciones compradas a buen precio señalan el desprecio por el conocimiento como un reto para fortalecer la sociedad. Las víctimas de las riadas en Valencia han escuchado decir que los servicios públicos los han abandonado, pero la verdad es que esos servicios estaban desarmándose, precarizándose y enmugreciéndose desde la perversa optimización de recursos en el ámbito de lo social. Hoy son los únicos aliados de unos vecinos que ven cómo se dispara la especulación inmobiliaria en plena catástrofe, el coste de la limpieza y reparación privada y hasta la avaricia de las benditas compañías de VTC. El amparo solo se aprecia cuando falta.

COMO MANCHA DE ACEITE

Pocas veces te suelen preguntar a estas alturas si eres de un partido u otro, de izquierdas o de derechas, si votas o no. Estas preguntas frívolas se han tornado en conversaciones ídem donde tu interlocutor simplemente te habla de las bondades de uno o echa pestes del otro, reconvertido en el anticristo y sus secuaces. No importa que la economía vaya bien, al menos mejor, ni que las pensiones sigan subiendo poco a poco, ni que se hayan conseguido numerosos avances sociales. No. Importa la macroeconomía mundial, supuestamente en bonanza y exacerbada por los economistas gurús conservadores, las ideas visionarias de Trump o Milei, por nombrar sólo a un par, la insolidaridad manifiesta acerca de los que deben dejar familia y país para buscarse la vida (un clásico, vamos). Nosotros, que vivimos en países ricos, que tenemos de todo, tan autocomplacientes como ningunos, damos por asentada la libertad y los logros adquiridos en tantos años pero, al mismo tiempo, permitimos en instituciones como El Senado, per se símbolo de la Democracia (en mayúsculas adrede) congresos como el de ayer, un acto que va en contra de las leyes aprobadas  y promulgadas, por tanto en vigor; un acto que atenta contra el sentido común y la lógica de años y años de avances sociales; un acto donde se habla sin pudor de creacionismo. Incluso con algún exministro como ponente.
Me pregunto qué pensarán (o dirán) al respecto los y las parlamentarios y parlamentarias y congresistas gays, o que hayan abortado, que haberlos haylos y haylas. 
Sé que el Congreso del PSOE debe de haber sido importantísimo para los españolitos, o también no-sé-qué acto del PP con alcaldes o algo por el estilo. Todo importante y básico para nuestras mediocres y pobres vidas. Pero nadie nadie, ningún partido, ha alzado la voz para prohibir, o al menos criticar, esta casposa VI Cumbre Transatlántica, para la libertad y la cultura de la vida. Ojo al nombre de la cumbre. De este congreso sale un nuevo Mein Kampf.
Pocas veces me preguntan si voto a estos o a aquellos, una pena. Contestaría, también sin pudor, que jamás votaría a la derecha.
Jamás.

Oído en la cumbre antiabortista en el Senado: “prefieren los perros a los hijos”, “creación frente a evolución” o “continuidad étnica”
Políticos y representantes de organizaciones antiabortistas, de ultraderecha, cristianas y antifeministas internacionales se reunieron este lunes en la Cámara alta durante 12 horas.
Isabel Valdés, Álvaro Ruiz, Ángel Munárriz. 3.12.2024

Durante 12 horas, este lunes, en el Senado hubo políticos y políticas en activo o ya retirados, profesoras universitarias y miembros de organizaciones de ultraderecha, antiabortistas, homófobas, cristianas y marcadamente antifeministas de todo el mundo. Hafid el Hachimi, analista de asuntos internacionales y derechos humanos, abrió su intervención de la mañana definiendo lo que estaba ocurriendo en la Cámara alta como una “defensa de los derechos humanos”. Era en realidad una ofensiva a los de millones de personas, sobre todo mujeres, niños, niñas y del colectivo LGTBIQ+, bien organizada y concentrada en la VI Cumbre Transatlántica, para la libertad y la cultura de la vida.

Hablaron de “cultura de la muerte” para el derecho al aborto y a una muerte digna como son las leyes de eutanasia; de “ideología de género” para las políticas de igualdad e “ideología LGTB” para los avances para garantizar derechos de las minorías del colectivo; se refirieron a “la familia” como un núcleo formado siempre por “padre y madre”; y aludieron a la inmigración de forma transversal como un “problema”. Aquí, algunas de las frases de esa jornada que empezó con una misa antes de desplazarse al antiguo salón de plenos de una de las cámaras de representación democrática de España.

“Entre los científicos están ganando los que creen en la verdad de la creación frente a la evolución”

Habitual del discurso tremendista sobre la “decadencia de Occidente”, idea en la que también abundó durante la cumbre el presidente de honor de Red Política de Valores, Jaime Mayor Oreja, hizo una nítida aproximación al creacionismo: “Entre los científicos, fundamentalmente están ganando aquellos que defienden la verdad de la creación frente al relato de la evolución. Por eso nosotros no tenemos que tener ningún temor. Estamos ganando”.

“Hemos decidido ir en contra de la continuidad étnica”

Kugler explicó así la encrucijada en la que, a su juicio, se encuentran las naciones europeas. “No puedes tener estas tres cosas a la vez, tienes que elegir dos: tasas de nacimientos bajas, porque la gente no quiere tener hijos; crecimiento económico; y continuidad étnica. Entonces, de estos tres, solo puedes tener dos. En mi país, Austria, hemos decidido ir en contra de la continuidad étnica, ¿verdad? Así, salvamos el crecimiento económico y la baja tasa de nacimientos. Entonces, tenemos que aceptar a muchos inmigrantes, lo que trae nuevos problemas: la cuestión de la identidad cultural y nuevas desigualdades”. La continuidad étnica es, en ciertos grupos de ultraderecha, la preservación de una etnia, de una cultura, es decir, la ausencia de mestizaje, “persiguen una supuesta pureza étnica y racial”, como definió la Comisión Europea en un informe de 2021. A juicio de Kugler, el contexto sociopolítico obliga a sacrificar las “bajas tasas de nacimientos”. “Es posible”, añadió, “se ha visto en Hungría”.

“Algunos prefieren las políticas de sustitución a las de natalidad”

Garriga se pronunció así: “En una sociedad en la que sufrimos un grave invierno demográfico, algunos prefieren promover las políticas de sustitución en lugar de fomentar la natalidad y favorecer que los jóvenes puedan sacar adelante sus vidas”. Hubo más alusiones a la sustitución poblacional, retórica emparentada con la teoría del gran reemplazo, alumbrada por el escrito francés Renaud Camus, según la cual la población blanca y cristiana está siendo sistemáticamente reemplazada en todo el mundo por el avance de la inmigración. También fue el único que nombró directamente al Gobierno al hablar de eutanasia. “La dignidad humana está en grave riesgo, especialmente en países como España, donde el Gobierno ha aprobado leyes de la eutanasia, utilizando eufemismos para no hablar en sus términos correctos, que es el suicidio asistido. Un Gobierno que está dispuesto a promover la cultura de la muerte hasta los límites más insospechados”. El preámbulo de esa norma habla de “la compatibilidad de unos principios esenciales que son basamento de los derechos de las personas, y que son así recogidos en la Constitución española”. Por un lado, “los derechos fundamentales a la vida y a la integridad física y moral”, y por otro, “bienes constitucionalmente protegidos como son la dignidad, la libertad o la autonomía de la voluntad”.

“Prefieren los perros a los hijos. Ya los denominan ‘perrijos”

En su alerta contra el “suicidio demográfico” europeo, Fernández afirmó que “se suceden noticias como que los malagueños prefieren a los perros que a los hijos y se triplica la cifra de mascotas con respecto al número de niños”. “Esto empieza a ser frecuente. Ya los denominan perrijos”, dijo. Todo ello es fruto, afirmó, de que “el ambiente social y político es absolutamente contrario la maternidad, a la natalidad, a la familia. El retroceso de la natalidad rara vez es presentado como fruto de decisiones libres, o de factores materiales determinantes. La culpa es de un totum revolutum de factores culturales, básicamente ligados a la pérdida de asidero religioso”. España, en los últimos años, ha puesto en marcha diversas políticas —como la equiparación de los permisos por nacimiento a 16 semanas para madres y padres— para intentar hacer frente a algunas de las razones para la bajada de la natalidad, como la desigualdad histórica entre mujeres y hombres que se da en el cuidado de los hijos e hijas y la penalización que esto supone para ellas.

“La belleza de toda mujer emana de su capacidad de traer vida al mundo”

Calvo, defensora de la educación separada de niños y niñas, hizo un discurso en el que de forma continua equiparó mujer a maternidad e hizo un alegato a favor de los roles tradicionales de madres y padres del sistema patriarcal. Ellas, la “ternura”, ellos, “los límites”. “La belleza de toda mujer, haya tenido hijos o no, emana de su capacidad de traer vida al mundo”. “Aunque la maternidad no es el fin ineluctable de la mujer, toda mujer está diseñada por la naturaleza para dar vida. Nuestra feminidad, nuestra naturaleza irradia maternidad. tenemos un espacio de acogida que reclama ser colmado”, afirmó Calvo, para la que la mujer está marcada por una “huella psicológica materna ineludible” que “permite desarrollar lo que Juan Pablo II llamó el genio femenino”. La maternidad, algo casi obligatorio e inevitable para las mujeres durante toda la historia, dejó de serlo tanto cuando a mitad del siglo pasado comenzaron a extenderse los anticonceptivos y se desarrollaron las políticas de planificación familiar. En España, cada vez hay más mujeres que no son madres, algunas porque no pueden permitírselo por motivos como la precariedad laboral o el difícil acceso a la vivienda —la llamada infertilidad social—; por la priorización del desarrollo profesional o la falta de parejas corresponsables. Y otras, simplemente, no quieren.

“Debemos proteger la tradición cristiana”

Una de las idea más repetida durante la jornada: el cristianismo está bajo asedio. ¿De quién? De la izquierda, el multiculturalismo, la ideología de género, el progresismo woke. Ante eso, “debemos proteger la tradición cristiana”, afirmó Gal. El ultranacionalismo defiende una estructura patriarcal histórica: social, política, religiosa y económica que, desde hace varias décadas, intenta desmontar no solo parte de la izquierda sino el movimiento feminista. Antonio Álvarez, investigador en la City University de Nueva York y miembro del Grupo de Estudios Socio-culturales Contemporáneos de la Universidad Complutense de Madrid, explicaba a este diario para un reportaje que “el feminismo ataca toda la estructura”, y los movimientos de ultraderecha, ultracatólicos, “son conscientes de que plantea un cambio radical de la sociedad y no solo de las relaciones de género”. De ahí la repetición constante a lo largo de todas las ponencias de la lucha contra el feminismo, lo que estas organizaciones llaman “la ideología de género”.

“Educar no es adoctrinar”

“Educar no es adoctrinar, no es considerar al educando un sujeto pasivo y maleable. No hay que ver la educación como potestad exclusiva del Estado, donde los padres son despojados de su elemental derecho a participar activamente en la educación de sus hijos”, dijo Holguín en la mesa de educación —Libertad de educación: un derecho humano universal—. Es parte del discurso base de estos movimientos, que repiten la palabra “adoctrinamiento” en referencia a la educación con perspectiva de género y afectivo-sexual que países como España tienen establecida por ley pero que, incluso así, no opera de facto en el currículo escolar. Educación que, según expertos y especialistas de todo el mundo es la clave para erradicar no solo las desigualdades estructurales entre hombres y mujeres sino la violencia machista y, cada vez con cifras conocidas más altas, la sexual. Holguín, como otros muchos ponentes, rechaza sin embargo esa parte curricular: “La familia es el pilar de la sociedad, de las naciones, y es el núcleo de desarrollo de identidad de los niños”.
“¿Eres consciente de que eres responsable de la muerte de la comunidad LGTBQ en Uganda?”

Akello contó este lunes en el Senado que esa misma mañana había recibido un mail que decía: “¿Eres consciente de que eres responsable de la muerte de la comunidad LGBTQ en Uganda?”. “Así son”, siguió ella: “Te hacen sentir mal por las cosas buenas que haces”. La parlamentaria ugandesa es una de las promotoras de la Ley anti LGTB de Uganda, una de las más duras del mundo, aprobada el pasado año y que mantuvo la cadena perpetua que ya tenía en vigor para las relaciones entre personas del mismo sexo, condena con hasta 20 años de cárcel para lo que llaman “la promoción de la homosexualidad”, y pena de muerte para la “homosexualidad agravada”. Akello siguió: “Quiero asegurarme que quien me ha mandado el mail [sepa que] como madre de cuatro hijos, sé los dolores de la maternidad. Tuve a mis cuatro hijos en mi útero y nadie me ayudó, excepto mi marido por ayudarme a tener a mis hijos en mi útero. Los tuve en mi útero por nueve meses. Y no voy a ver a mis hijos siendo abusados por no haber podido sacar una ley que los proteja”. Sin decirlo explícitamente, estaba aludiendo a las personas homosexuales como agresores de forma generalizada. Y la sala del Senado prorrumpió en aplausos a su intervención.
“La ONU ha adoptado agendas antifamilia y antivida y lo hace mediante el engaño”

“La ONU ha adoptado agendas anti-familia y anti-vida y lo hace mediante el engaño. Engañando a la gente, que cree que se refieren a unas cosas, pero en realidad son otras. El término “igualdad de género”, por ejemplo, es utilizado para promover el aborto, la ideología LGBT y la educación sexual”. Es lo que ella llama “la triple amenaza”. Según su discurso, como lo fue el del resto de ponentes, la educación sexual es una de las formas de “adoctrinamiento” de la izquierda y los movimientos sociales. “La educación sexual es la herramienta que están usando para cambiar vuestras culturas y las normas de vuestra sociedad”, dijo. Ella es parte de la cúpula de Red Política de Valores y presidenta de ese observatorio estadounidense, un grupo dedicado a presionar contra una supuesta promoción de la homosexualidad en la infancia, a oponerse al derecho al aborto y a defender la abstinencia sexual antes del matrimonio.

“Estamos ganando. Estamos ganando. Estamos ganando. Estamos ganando. Estamos ganando”

Hasta cinco veces seguidas pronunció Brian Brown esa frase. La amplió también: “Voy a hablar de algo de lo que no creo que nuestro lado hable demasiado: Ganar. Estamos ganando. La cultura de la cancelación está perdiendo. Somos libres y no nos rendiremos”. Con cada ley que restringue derechos, aprobada en cualquier país del mundo, y con cada victoria electoral, movimientos como el de Brown, crecen, y se crecen. Lo afirmó de forma muy contundente Nicolás Mayoraz, del parlamento argentino: “Este resultado [la presidencia de Javier Milei] nos envalentona, nos da fuerzas, nos da energías”. La sensación de euforia se extendió todo el día en el Senado. “Están perdiendo y lo saben. La biología está de nuestro lado, la economía está de nuestro lado”, dijo el estadounidense Stefano Genarini, del Centro para la Familia y los Derechos Humanos —antes conocido como Instituto Católico de la Familia y los Derechos Humanos—, en referencia a la izquierda, el feminismo, el colectivo LGTBIQ+ y los movimientos sociales. Y luego llegó ese “estamos ganando” que repitió Brown, parte de la directiva de la entidad que organiza la cumbre y presidente de la Organización Internacional para la Familia, entidad promotora del Congreso Mundial de Familias, una cita global contra el aborto y a favor de la superioridad de derechos y la supervivencia de la “familia natural”, es decir, un hombre y una mujer, y ninguna otra combinación.

lunes, 2 de diciembre de 2024

KF

 

UNA CASA EN EL LAGO

 






LIBROS

 




















HUEVOS DUROS


El juez de Tenerife que decidió volar: de la justicia terrenal a la espiritual
A sus 33 años, Arturo Lodeiro, hasta ahora juez decano de Granadilla, abandona la judicatura para crear un método de coaching que forme líderes y genere conciencia y amor.
Juan Carlos Mateu, 2.12.2024

De juez a coach, de firmar sentencias a crear redes, de hacer cumplir la ley a impartir la justicia del alma. Ese es el camino elegido por Arturo Lodeiro, de 33 años, hasta ahora decano de los juzgados de Granadilla de Abona. Después de cinco años de carrera judicial (los tres últimos en el sur de Tenerife) cuelga la toga, tal como adelantó en julio pasado en DIARIO DE AVISOS. Su renuncia acaba de ser ratificada por la Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial y desde ahora se dedicará en cuerpo y alma a “aliviar el sufrimiento humano y, en la medida de lo posible, a erradicarlo”.

“La carrera judicial es para quien la quiera correr. Llega un momento en el que compruebas que las zapatillas están desgastadas, te das la vuelta y ves un montón de gente corriendo contigo y dices: yo lo que quiero es irme a casa, estar en paz”. El sorprendente giro profesional de este juez, que ha destacado por su cercanía y humanidad, como reconocen sus homólogos, fiscales, abogados, personal administrativo y hasta condenados, ha generado una pregunta en su gremio: “¿Pero qué hacías tú de juez?”. Algunos ven en su decisión un salto al vacío. “Quizás ellos valoren más este puesto que lo que para mí significa”, afirma, aunque aclara que todos lo han aceptado y le han apoyado, desde el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Canarias hasta el Consejo General del Poder Judicial.

El joven exjuez madrileño practica la espiritualidad como una forma de vida y “no como una meditación de 20 minutos”. Necesitaba visualizar una imagen que justificara su volantazo profesional y la encontró de inmediato en el subconsciente: en su mente apareció un nido y un huevo. “Granadilla ha sido mi nido, pero necesitaba volar y para eso hacen falta alas. La Justicia, el sistema, el Consejo General del Poder Judicial… me han dado un entorno seguro: un buen trabajo, un sueldo, un respeto, una red de apoyos… me lo han dado todo, han sido el huevo donde he ido incubando nuevas ideas”, explica a este periódico Lodeiro, para quien “ver a tanta gente sufriendo de diversas formas cada día me ha dado una perspectiva de lo que realmente quiero hacer, que es aliviar el sufrimiento humano y erradicarlo, en la medida de lo posible. La Justicia solo me permitía aliviarlo”.

El exdecano de los juzgados de Granadilla de Abona extiende su metáfora para subrayar que “si te quedas demasiado tiempo dentro de un huevo, te fríen, te cuajas o te conviertes en un huevo duro. O, como mucho, aspiras a ser una gallina o un pollo. En cambio, si quieres ser un halcón tienes que renunciar a un plan apetecible de vida, romper el huevo y volar alto. Mi alma me llama a otra cosa”.

Insiste en que la Justicia es una forma de aliviar el dolor de las personas, “por eso la honro y le he dedicado todo este tiempo de preparación y trabajo”, pero recalca que ahora cuenta con una herramienta “más potente”, el coaching, para atacar la angustia humana de raíz. En ese sentido, avanza que quiere potenciar el protagonismo de la espiritualidad en el día a día de quienes le acompañen en su camino y convertirla en “algo tan adictivo como el azúcar, tan popular como el fútbol y tan accesible como el agua corriente”.

Tras poner en marcha la web www.cometounity.com y Despazio, un grupo de meditación por WhatsApp, “para desarrollar paz interna y externa”, en el que germina el jardín de su nuevo proyecto, Lodeiro prepara el salto a una gran plataforma global que creará próximamente y que funcionará como una “factoría de paz” con acceso a recursos gratuitos. “Estará dirigida a todas las personas y todos los niveles de conciencia, y ofrecerá a sus usuarios un camino claro e integral para el crecimiento espiritual”. Agrega que su nueva herramienta será “creativa y divertida, como no se ha hecho jamás” y estará conectada con otras plataformas ya en marcha.

“No pretendo hacerlo todo, pero sí amplificarlo: es como crear el Ikea de la espiritualidad, es decir, yo te doy las bases para que tu cuerpo, tu mente, tu alma y tu espíritu crezcan y te lo vas a montar tú mismo. Podrás formar parte de las comunidades conscientes que crearemos a través de Internet, tanto en Tenerife como fuera de la Isla, con personas que saben que otra vida es posible, que este sistema no les convence, que buscan algo nuevo y que están dispuestas a tomarse la pastilla de la realidad de vivir desde quienes son, disfrutando de su pasión y compartiéndola”.

Lodeiro subraya su “entusiasmo” al ver cómo fluye su proyecto de coaching “rompedor”, que pretende ir más allá de los métodos divulgativos actuales y que define con el término “soulching”, haciendo un juego de palabras entre soul (alma, en inglés) y coaching. Con su innovadora propuesta, basada en su experiencia como juez, busca poner remedio a la falta de conciencia y amor, dos conceptos que, a su juicio, han perdido fuelle en la sociedad y resultan claves en las relaciones humanas.

ERES MALA, MURIEL


Fuimos anoche a ver "El jurado nº2", la última película de Clint Eastwood como director: Justin Kemp, un hombre de familia, mientras forma parte de un jurado en un juicio por asesinato, se encuentra luchando con un serio dilema moral... uno que podría utilizar para influir en el veredicto del jurado y potencialmente condenar (o liberar) al asesino acusado.
Si bien podría parecer que está falta de intriga, la película me gustó, estupendo actores, buen guion y buen ritmo; ¿a quién no le gusta una buena peli de juicios? Encabezado el reparto por Tony Collette (genial en "La boda de Muriel" y siempre a la altura en todas sus películas).
Nos habla de justicia, en última instancia. De remordimientos, de gente buena redimida, con pasado, pero de justicia, de lo que está bien y de lo que no. Tú juzgas al protagonista igual que el jurado al presunto asesino y sacas tus propias conclusiones.

Me sirve de perilla esta modesta reflexión a colación de un artículo sobre el Rey "emérito" Juan Carlos, que campa por sus anchas por el mundo y por España, jaleado por familia y corte babosa, la misma que debe haber olvidado sus fechorías.
Si los Reyes no dan ejemplo, ¿para qué los queremos? Fácil respuesta.

Su majestad la igualdad
El fraude fiscal de un rey no es un simple delito individual, sino que atenta contra los principios del derecho democrático.
Santiago Alba Rico*, 2.12.2024

Junto al filósofo Josep Ramoneda y el periodista Miguel Mora, me he sumado a la querella que nueve juristas de reconocido prestigio (entre ellos José Antonio Martín Pallín, Joaquín Urias y Javier Pérez Royo) han presentado contra el rey honorífico Juan Carlos de Borbón por un delito fiscal. Quien quiera conocer los detalles de la denuncia puede acudir, por ejemplo, a un reciente artículo del mencionado Joaquín Urias, donde se exponen también, con claridad y rigor, algunos de los motivos de la iniciativa, a los que yo querría añadir ahora una reflexión más general.

Confieso que no abrigo muchas esperanzas de que el exrey de España acabe respondiendo de sus triles financieros frente a un tribunal y mucho menos de que termine en la cárcel. De hecho, creo que ninguno de los denunciantes deseamos que un hombre de su edad termine en prisión. Personalmente no se lo deseo a nadie y me parece, aún más, que este “deseo de prisión”, que a veces nuestra rabia o frustración trasladan al derecho, como si esa fuese su misión (¡a la cárcel con él!), responde a un atavismo muy primitivo que en otras épocas se habría expresado de un modo más terrible, pero que, en cualquier caso, reduce la esencia de la ley a su función punitiva, que es más una servidumbre arcaica que una propiedad sustancial.

Si el propósito no es el castigo, ¿qué se busca entonces cuando uno se querella contra un rey? Usemos una expresión coloquial muy elocuente: se pretende “bajarle los humos”. Cuidado: no es una cuestión moral o de despecho plebeyo. ¿Bajárselos hasta dónde? Bajárselos hasta ese nivel donde reside el común de los ciudadanos. En este sentido, el objetivo de la querella, que pide una fianza simbólica de un euro, se resume sin género de dudas en uno de sus primeros párrafos: “Los querellantes”, dice “solo tenemos el propósito de potenciar el valor superior de la justicia, los principios generales del Estado de derecho y en este caso, la igualdad ante la ley”.

Demos un pequeño rodeo. El exmagistrado italiano Roberto Scarpinato, que ha escrito mucho sobre la relación entre el Estado y la mafia, ha insistido siempre en que el cometido del derecho no es y no debe ser el establecimiento de justicia. La justicia es cosa divina o inhumana. Es cosa, digamos, de justicieros, no de legisladores o de magistrados; y el justiciero, en su afán metafísico, acaba cometiendo, como sabemos de sobra, muchos desaguisados al margen de la ley. ¿De qué debe ocuparse entonces el derecho democrático? De garantizar —valga la redundancia— dos derechos: el derecho a la fragilidad y el derecho a la igualdad.

El derecho a la fragilidad podría formularse de este modo: tenemos derecho a ser frágiles sin que ello nos cueste la vida. Tenemos derecho, sí, a estar enfermos y poder ser atendidos por un médico; a estar hambrientos y poder acceder a alimentos; a tener frío y poder volver a nuestra propia casa; a tener sueño y poder dormir en nuestra propia cama; a tener sed de conocimientos y poder ir a una escuela. Ahora bien, en un Estado social y de derecho, como lo es formalmente el español, la fragilidad es inseparable de la igualdad: cada fragilidad individual, es decir, reviste un derecho igual (no “total”, pues nadie puede librarnos de la muerte) a protección frente a la intemperie, frente al hambre, frente al frío y frente a la ignorancia, y ello con una consecuencia lógica inobjetable: la de que el fraude fiscal de los ricos y, más aún, el de un rey no es, por tanto, un simple delito individual, sino que atenta al mismo tiempo contra los dos principios enunciados: el de fragilidad y el de igualdad. Todos tenemos derecho, en definitiva, a ser protegidos por igual ante el huracán, la covid y la vejez; y todos tenemos derecho —pues es la condición de todo lo demás— a la igualdad ante la ley.

La idea de justicia, lo hemos dicho, es una peligrosa quimera en un mundo de cuerpos finitos disueltos en el tiempo, en el que las reparaciones son imposibles. Frente a la injusticia, durante siglos, los humanos buscaron, por así decirlo, el empate: esa era la ilusión, a veces feroz, que subyacía al talión bíblico o al qusás islámico; esa es la ilusión feroz que alienta también en el linchamiento, con sus tasas imposibles de equivalencias (ojo por ojo y diente por diente) orientadas a neutralizar y equilibrar por completo el daño sufrido. Se recurre a la justicia, esa utopía, cuando los individuos o los colectivos tienen la sensación, más o menos fundada, de que el derecho los ha abandonado (en favor de un partido, una clase o un rey) de tal manera que, sin esperanzas de igualdad, se busca de nuevo el empate al margen de las leyes. En el caso de los particulares ese empate se llama venganza; en el caso de los pueblos, revolución. En este sentido, puede decirse que (uno) hay una contradicción entre la justicia y el derecho, que (dos) el regreso de la justicia es, en realidad, un regreso al pasado religioso de la humanidad y que (tres) la pena de cárcel, según decíamos, más o menos necesaria, es como un recuerdo de la justicia incrustado en el cuerpo del derecho.

Ahora bien, lo contrario del empate es, en efecto, la igualdad. Si el derecho, con todas sus chapuzas, se ha impuesto trabajosamente al talión es porque la expresión pública de la igualdad proporciona más satisfacción a los humanos que ese empate imposible que reproduce sin parar, como una hidra, la injusticia y la violencia. Por eso es tan importante que el derecho chapucero no abandone nunca lo único que realmente puede hacer bien, aquello en lo que realmente consiste si es que debe seguir llamándose con ese nombre: esa afirmación pública de igualdad de la que dependen todos sus manifestaciones concretas (desde la presunción de inocencia a la libertad de expresión, desde el matrimonio igualitario a la libertad sindical). El derecho no puede hacer justicia; no puede resucitar a nuestros hijos ni poner en pie nuestras casas ni borrar las huellas de un golpe físico o moral; no puede evitar que hayan ocurrido las cosas que ya han ocurrido. No nace con ese propósito. Nace para afirmarse a sí mismo; nace para declarar públicamente la igualdad de todos ante la ley; y por eso su privatización en favor de un individuo o un grupo social nos deja a todos desnudos y desvalidos, y ello hasta el punto de que no por casualidad la idea del empate suele regresar allí donde se espera siempre lo peor de los tribunales y la desigualdad, la material y la formal, se impone desde las instituciones.

Así que “bajarle los humos” a un rey es sencillamente tratarlo como a un igual. O, lo que es lo mismo, poner el mundo en estado de derecho. Pues tratar a un rey como a un igual sería, en efecto, el acto por antonomasia mediante el cual se autoconfirmaría la forma misma de las leyes democráticas. Al tratar a un rey de esa manera, el derecho se presentaría ante los ciudadanos en su propia sustancia, como pura legalidad: su majestad la igualdad. Nada de cárcel; ningún castigo. Lo que verdaderamente nos tranquilizaría a los ciudadanos, y restauraría nuestra confianza en las leyes y los jueces, sería ver al rey honorífico tratado con la misma imparcialidad y el mismo garantismo que un camarero o una maestra de escuela. Si un rey puede ser juzgado, entonces el derecho existe; si no puede ser juzgado, entonces todos estamos desnudos y en peligro.

*Santiago Alba Rico es filósofo, autor de ensayos como España (Lengua de Trapo) y del libro de poemas Caídas (Visor).

domingo, 1 de diciembre de 2024

EN LA SEDE DEL SENADO ESPAÑOL, CASI NADA

Notas sobre el Senado en España (Wikipedia), para empezar. Luego la noticia, como plato principal y postre: 
El Senado es la Cámara Alta de las Cortes Generales, órgano constitucional que representa al pueblo español. Tiene la consideración constitucional de cámara de representación territorial.​ Ejerce, junto con el Congreso de los Diputados, de representación popular general, el poder legislativo de la nación. A diferencia del Senado de los Estados Unidos u otras Cámaras Altas, el Senado español posee unas funciones más limitadas, ya que se trata de una Cámara de segunda lectura. Actualmente, se compone de 208 senadores electos y 58 senadores designados por las asambleas legislativas de las regiones españolas. La Cámara Alta está encabezada por el presidente del Senado, que dirige los debates, preside la Mesa de la Cámara y supervisa la Administración del Senado.
‘No al aborto tras violación’, ‘sí a la terapia para gais’ y otras ideas que van rumbo al Senado
La trayectoria de los implicados en la cumbre de este lunes en la Cámara alta muestra un fanatismo que sus organizadores intentan maquillar.
Ángel Munárriz, 01.12.2024

“La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos”, le decía don Quijote a su escudero en un pasaje de la novela cervantina. Y la cita aparece, en cuerpo destacado, en mitad del programa de la VI Cumbre Transatlántica de la Red Política de Valores, que lleva por título Por la libertad y la cultura de la vida. El Quijote, la libertad, la cultura y la vida. ¿Cabe algo más universal? Además, los nombres de los impulsores de la cumbre y sus actividades programadas componen un campo semántico de “derechos humanos”, “democracia”, “educación”, “familia”... Más universalidad. Para rematar, el sello del Senado del Reino de España en la lista de entidades colaboradoras, justo bajo la imagen de la Puerta de Alcalá, otorga al programa una pátina institucional.

Pero no todo es lo que parece. Tras la fachada oficial de la cumbre de este lunes en el Senado emerge un grupo multinacional de políticos y activistas de extrema derecha cristiana que comparten la beligerancia contra el aborto —tildado de crimen— y el rechazo al “feminismo radical”, el “lobby LGTBI”, la “ideología de género” o la “cultura woke. Y ese ideario es solo la base, el común denominador. La cumbre abre la Cámara alta a defensores de posiciones que desbordan en radicalismo el acervo típico de la ultraderecha europea. En el rastro que dejan el grupo organizador, Red Política de Valores, ponentes de la cumbre y entidades colaboradoras caben posturas como la oposición al aborto, incluso en caso de violación y la defensa de las terapias de conversión de homosexuales.

Desde octubre, cuando se conoció que la Mesa del Senado había cedido una sala a Red Política de Valores (PNfV, por sus siglas en inglés) para celebrar una “cumbre” antiabortista y numerosos grupos de izquierdas, el PNV y Junts pidieron su suspensión, esta entidad ha insistido en que no cabe aplicarle la etiqueta de “extremista”. Lo hizo entonces con un comunicado, en el que rechazaba que su “ideario” mereciera este adjetivo. Y lo ha hecho esta semana, en respuesta por escrito a este periódico. “Normalmente, esos calificativos son utilizados por quienes realmente son extremistas para estigmatizar a quien piensa diferente. [...] Estamos orgullosos de afirmar los valores que nos unen”, señala Diego Hernández, portavoz de PNfV.

En dicha respuesta, Hernández afirmaba el miércoles que PNfV iba incluso a mantener como ponente a George Peter Kaluma, diputado keniano defensor de la cadena perpetua para homosexuales. No obstante, tras publicar EL PAÍS sus antecedentes, su nombre desapareció de la lista de participantes. La organización se ha resistido a explicar por qué primero defendió la libertad de expresión de Kaluma —“nosotros no silenciamos a nadie en función de sus convicciones”— y luego lo canceló. ¿Suprimió su participación PNfV para estrechar las posibilidades de que la cumbre sea tachada de extremista? No hay respuesta. Lo seguro es que sigue habiendo margen para usar ese adjetivo.

Aborto y violación

“Las violaciones son brutales todas. Pero, ¿el niño que está ahí tiene que pagar esa brutalidad con la muerte?”. La pregunta la lanzaba, en un plató televisivo en 2017, el líder ultraderechista chileno y excandidato presidencial José Antonio Kast. Una de las entrevistadoras le preguntó qué aconsejaría él a su hija. “No le recomendaría el aborto. Yo no voy nunca a inducirlas a un aborto, nunca”, respondió Kast, que afirmaba conocer casos de mujeres que se quedaron embarazadas en una violación y acabaron diciendo: “Mira, esta guagua me sacó de un infierno”. “Guagua” significa bebé.

En la campaña presidencial de aquel año, Kast se fotografiaba sonriente con dos mujeres con sendos carteles. “Concebida en violación. Amo mi vida”, decía uno. El otro: “Madre de dos angelitos, uno por violación”. Hoy Kast es presidente de Red Política de Valores, organizadora de la cumbre en el Senado. Su equipo en el Partido Republicano no responde si Kast es partidario de prohibir el aborto en caso de violación.

El aborto tras violación es un asunto espinoso en los círculos autodenominados provida. Incluso antiabortistas drásticos evitan mojarse. Son casos “extremos” en los que no hay que centrar el debate, afirmó en una entrevista en 2022 el exministro del PP Jaime Mayor Oreja, directivo de PNfV y ponente en la cumbre. No abundan los que se pronuncian por el no. Pero los hay, aunque sin llegar —al menos, entre los ponentes en la cumbre— a defender la prohibición. Uno es el médico británico Calum Miller, ponente confirmado en el evento del Senado, que afirmaba en 2022 en su blog: “El aborto [...] añade un segundo trauma a la víctima y una segunda víctima al crimen”.

Colaboradora con la cumbre, la Fundación Heritage también rechaza el aborto tras violación. Influyente laboratorio de ideas en la órbita trumpista, esta entidad afirma en su argumentario provida que “el aborto aumenta el daño [...] a la mujer y añade otra víctima a un crimen que ya es terrible”. “Deberíamos proteger la vida de cada niño, independientemente de cómo haya sido concebido”, añade.

Ni Miller ni la Fundación Heritage respondieron a este periódico.

Terapias de conversión

Heritage aporta dos ponentes a la cumbre. Uno es Jay Richards, detractor de la “teoría crítica de la raza”, que explica el carácter estructural del racismo en Estados Unidos y que para Richards es “incompatible con el experimento americano”. La otra es Grace Melton, que se opone a la prohibición de las llamadas “terapias de conversión”, término que rechaza por —a su juicio— connotar negativamente lo que le parece algo positivo: la posibilidad de tratar psicológicamente a un homosexual para que deje de serlo.

La polaca Ordo Iuris, otra entidad que colabora con la cumbre, también se opone a la prohibición de la “terapia de conversión”, ya que “violaría los derechos de los pacientes que no aceptan sus inclinaciones homosexuales”, según sostiene en un informe sobre “protección de la vida y la familia”. “No somos defensores ni opositores de ninguna terapia. Somos defensores de la libertad. [...] Si una persona se siente incómoda con su atracción sexual, puede buscar el tipo de tratamiento que desea”, explica por escrito Jerzy Kwaśniewski, presidente de Ordo Iuris.

El respaldo a las terapias de conversión es seña de identidad de Sharon Slater, presidenta del estadounidense Observatorio Internacional de la Familia (FWI, en inglés). Slater es ponente en la cumbre y su organización, entidad colaboradora. En dos estudios sobre el tema —La atracción no deseada hacia personas del mismo sexo puede tratarse con éxito y Justificación de la oposición a la propuesta de prohibición de las terapias de “conversión”–, el FWI defiende que ser gay o lesbiana puede revertirse con terapia. Un informe del FWI atribuye la retirada de la homosexualidad en 1973 de la lista de “trastornos mentales” en EE UU a presiones políticas, no a evidencias científicas.

La actividad del FWI en África es especialmente controvertida. Dos investigaciones de Open Democracy vinculan al grupo de Slater con el impulso de medidas anti-Lgbi, especialmente en Uganda. En un apartado de su web sobre su papel en este país, el FWI sostiene que llegó en 2022 para trabajar en la prevención del sida mediante la “abstinencia sexual” y que no ha impulsado la ley homófoba aprobada en 2023, ni tampoco la de Kenia, donde precisamente George Kaluma intenta sacar adelante una norma similar. El FWI afirma que defiende el derecho de las naciones africanas a legislar sobre sexo “de acuerdo con sus propios valores”. La entidad no responde a EL PAÍS.

Precisamente de Uganda está confirmada en la cumbre del lunes la parlamentaria Lucy Akello, una “prominente activista” contra los derechos LGTBI, según Amnistía Internacional. En una única respuesta genérica por escrito a un cuestionario remitido a Akello, la diputada afirma que sus posiciones sobre homosexualidad responden a la “voluntad” de sus electores de proteger “sus valores”. Y defiende la ley de 2023, que “no apunta” a “ninguna persona LGTBI para ser asesinada”.

“Basura LGTBI”

De los nueve miembros de la dirección de la Red Política de Valores, siete figuran como ponentes, entre ellos los ya citados Kast (Chile), Mayor Oreja (España) y Slater (EE UU). A estos se suma un nombre destacado: Brian Brown, presidente de la Organización Internacional para la Familia, entidad estadounidense promotora del Congreso Mundial de Familias, una cita global contra el aborto y el feminismo. El historial de manifestaciones de Brown, que aún en 2020 mostraba su admiración por la obra de Vladimir Putin en “asuntos de familia”, acredita su rechazo a la “propaganda LGTBI”, al “ataque a nuestros cuerpos” del “movimiento LGTBI” y a la “basura LGTB” de las nuevas películas de Disney.

Un informe del Centro Jurídico contra la Pobreza en el Sur, organización por los derechos civiles en Estados Unidos, denuncia que el Congreso Mundial de Familias no solo ha impulsado medidas anti-LGTBI en África, sino que ha sugerido que la organización terrorista Boko Haram y los defensores de los derechos de los homosexuales conspiran contra los cristianos. Brown no contesta a las preguntas de este periódico, entre ellas si cree que preside una organización homófoba, por estimarlas tendenciosas.

El portavoz de PNfV, Diego Hernández, confrontado con posiciones recogidas en este texto, sostiene que “lo que une a los miembros y amigos de la Red” es el “reconocimiento de la infinita dignidad de todo ser humano”. Y añade: “La cumbre no es un evento protagonizado ni por extremistas ni por radicales, al contrario. Desde 2014, nuestras cumbres siempre se han realizado en espacios parlamentarios, desde la sede de la ONU en Nueva York hasta el Parlamento Europeo”. A partir de este lunes, la Red puede añadir a su lista la Cámara alta del Parlamento español.