Philippe Bourseiller.
miércoles, 31 de marzo de 2010
365 GESTOS PARA SALVAR EL PLANETA
Philippe Bourseiller.
LO QUE HACE LA CABEZA
> Las casas sólo dan problemas.
martes, 30 de marzo de 2010
FAR WEST
Mis queridos amigos:
Asistimos paralizados al linchamiento que se hace desde el Tribunal Supremo contra el juez Garzón, por el tremendo delito de investigar los crímenes del franquismo (la otra causa también había sido antes desestimada). El director del linchamiento es el juez Varela, perteneciente a la asociación Jueces para la Democracia… (¿A qué esperan para expulsar a ese infiltrado?). Para linchar a Garzón utilizan las "contundentes pruebas" de un seudosindicato de extrema derecha, ¿Manos Sucias?, y de Falange Española y de las JONS, partido político muy conocido por sus actividades democráticas durante el franquismo más criminal (Ver fosas comunes repartidas por todo el territorio español, a partir de 1939). La Fiscalía está en contra de los procesamientos. Las no "pruebas" dan risa.
Al linchamiento ahora se ha sumado el Consejo General del Poder Judicial. Ya sabemos que Margarita Robles, amiga del juez Varela, también quiere acabar con Garzón, antes incluso de estar formalmente sentado en el banquillo (la realidad es que el Tribunal Supremo ya le ha condenado). La manifiesta enemistad de Margarita Robles hacia Garzón es antigua. El juez Varela y Margarita Robles están dando auténticas lecciones de franquismo: justicia al reves, o no justicia. Y de paso, el juez Varela, de Jueces para la Democracia, impide investigar los crímenes del franquismo.
Para ver una actuación judicial tan calamitosa, parcial, malintencionada y soez, hay que retrotraernos al franquismo, con Franco. Las causas que de forma inquisitorial se siguen contra Garzón no tienen el menor sentido, salvo escarmentarle y dar un serio aviso a los demócratas: aquí todo sigue atado y bien atado, como dijo Franco. Ya se hizo una ley de punto final. El franquismo y sus crímenes fueron amnistiados. Los criminales pueden moverse libremente por donde quieran. Y el que no lo acepte… procesado. Como en los mejores tiempos de los Tribunales de Orden Público, de la dictadura.
Recurro a mi libertad de expresión, sin saber si acabaré procesado por este escrito, ante la falta de intelectuales de verdad que, al modo de Zola, denuncien las aberraciones jurídicas que se siguen contra Garzón. Aquí no hay intelectuales: aquí sólo hay garbanceros al servicio de los que mejor paguen.
No tienen pruebas contra Garzón: investigar el franquismo es una necesidad democrática, para reparar de una vez a las víctimas del franquismo. Procesar a Garzón es procesar a los demócratas, es procesar a la democracia.
El espectáculo que nos ofrece el juez Varela, con la complicidad del juez Prego y todos esos jueces franquistas que han colonizado el Tribunal Supremo y Consejo General del Poder Judicial, es bochornoso. España vuelve a ser una vergüenza en el extranjero, porque sus jueces parecen más atentos a perpetrar venganzas personales que a cumplir con las leyes democráticas (ni siquiera se puede entrar en el tema de las sentencias: sería mucho peor).
Espantado, asustado, me manifiesto, por tanto, contra el linchamiento del juez Garzón. Me manifiesto contra esos jueces presuntamente democráticos que, con métodos franquistas, quieren acabar con la investigación de los crímenes de la dictadura. Me manifiesto para pedir la investigación de los crímenes del franquismo. Me manifiesto contra las leyes de punto y final que amnistían a criminales de guerra. Me manifiesto por la libertad y la democracia.
Pablo Torres (Periodista).
Premio Ortega y Gasset de Periodismo Gráfico 2005.
Nota: solicito que reenvíes este escrito a todas las personas que puedas. Si estos jueces actúan así contra un juez de prestigio internacional, de solvencia jurídica contrastada, ¿qué barbaridades no podrán hacer contra cualquier ciudadano anónimo?
lunes, 29 de marzo de 2010
ULRIK
domingo, 28 de marzo de 2010
CANARIAS, EJEMPLO POR UNA VEZ
ELENA G. SEVILLANO - Madrid - 28/03/2010
Bajo el lema "La tortura no es cultura", miles de personas -entre 2.000 y 3.000, según los cálculos de este periódico- se han manifestado esta mañana en la Puerta del Sol para protestar contra la declaración de Bien de Interés Cultural de los toros en la Comunidad de Madrid. Los manifestantes han coreado lemas como "Torero, cabrón, trabaja de peón" o "Esperanza, te gusta la matanza". "Es un mal de nulo interés cultural", decía una de las asistentes a la marcha, que ha partido de la plaza de la Villa a las doce y ha acabado en Sol dos horas después. "Vamos a exigir la abolición de la tauromaquia", ha afirmado la escritora Ruth Toledano, desde la tarima instalada frente a la escultura del Oso y el Madroño. "Que pueda ser considerada bien de interés cultural es una ofensa, una vergüenza", ha añadido. Los manifestantes entonces la han interrumpido con gritos de "Esperanza, dimisión". La marcha ha sido convocada por varias asociaciones ecologistas y de defensa animal, que afirmaron que la tauromaquia "supone la muerte y el sufrimiento de miles de animales cada año, y no puede ser justificada de ninguna manera". Entre los convocantes están Amnistía Animal Madrid , Ecologistas en Acción , Equanimal , el Partido contra el Maltrato Animal (PACMA) y AnimaNaturalis. En los últimos meses se ha avivado el debate sobre los toros en España. El Parlamento de Cataluña ha debatido durante semanas, con la participación de partidarios y detractores, la posible prohibición de las corridas en la comunidad autónoma, una iniciativa que se votará como pronto el próximo mes de mayo. En respuesta a dicho debate varias comunidades, entre ellas Madrid, Valencia, Murcia y Navarra, han decidido declararlas Bien de Interés Cultural. En Canarias la tauromaquia ya está prohibida por ley autonómica.
CAUSAS PERDIDAS
sábado, 27 de marzo de 2010
365 GESTOS PARA SALVAR EL PLANETA
ME ACORDÉ DE TI
REYES EN CASA DE MI TÍA CARMELA
20:30, LA HORA DEL PLANETA
viernes, 26 de marzo de 2010
MORIR POR LA ÓPERA
* È strano... É strano/ Ah, for'se è lui che lánima.
*Follie!... Follie!... Delirio vano... (Sempre libera).
*Lunge da lei pen me non v' ha diletto!
***
La Traviata ('La extraviada') es una ópera de Giuseppe Verdi. El texto, de Francesco Maria Piave, está basado en la novela de Alexandre Dumas (hijo) La dama de las camelias. Fue estrenada en el teatro La Fenice de Venecia en 1853. Su estreno fue un fracaso; sin embargo, la representación que se realizó un año después tuvo mucho éxito, adquiriendo así la ópera la popularidad de que goza hoy día. Con La Traviata Verdi alcanza un estilo maduro, con mayor hondura en la descripción de los personajes, mayor solidez en las construcciones dramáticas, y una orquesta más importante y rica. Es una obra atípica dentro de la producción de Verdi por su carácter realista. No refiere a grandes hechos históricos como Nabucco ni está basada en tragedias como Macbeth, sino que es un drama psicológico de carácter intimista. Está dividida en 3 actos que respetan la estructura tradicional de presentación, desarrollo y desenlace. El eje dramático de la opera esta centrado en la protagonista, Violeta Valery, a diferencia de la novela de Alejandro Dumas centrada en su amante Alfredo Germont, y hace de ella un retrato aún más idealizado, mostrándola como un ser casi angelical.
El preludio está integrado musical y dramáticamente al resto de la opera. En él se reproduce musicalmente el recurso utilizado por Alejandro Dumas de comenzar la novela por el final de la historia, al presentar inicialmente el tema de la agonía de violeta, profundamente triste, seguido del tema de amor. Lentamente, la música se va animando sin perder el tono melancólico hasta concluir enlazándose con el clima festivo que estalla al comienzo del primer acto. Uno de los momentos más brillantes y célebres de la ópera es la escena del brindis “Libiamo ne' lieti calici” al comienzo del primer acto. Se trata de una escena de conjunto, que sirve de marco para el momento de seducción entre Violeta y Alfredo. Verdi sutilmente diferencia distintos planos musicales para separar a los amantes del resto de la gente. El tono orgulloso de Alfredo en el brindis se transforma a través de una línea melódica entrecortada y anhelante al comienzo del dúo de amor, antes del apasionado tema de amor de Alfredo, verdadero centro emocional de toda la obra. La respuesta de Violeta es un canto de coloratura, superficial que contrasta con el de Alfredo y la muestra distante de los sentimientos de aquél, hasta que paulatinamente las líneas melódicas se unen sellando el definitivo encuentro entre ambos (dueto "Un di, Felice, Eterea). El acto continúa con Violeta, sola, meditando si sería para ella una desventura un verdadero amor ("E Strano!" "Ah! Fors'e lui"), pero concluye con que ella no puede amar y debe ser siempre libre (“Sempre libera”), aunque en el segundo acto la veamos viviendo plácidamente con Alfredo. Al comienzo del acto segundo, el aria de Alfredo “De miei bollenti spiriti” muestra su agitación emocional reforzada por el pizzicato de las cuerdas. El punto de inflexión de todo el desarrollo dramático de la ópera reside en la escena entre Violeta y Germont, en la cual este trata de convencerla por todos los medios a su alcance de que abandone a Alfredo. Arias como “Pura siccome un angelo”, en la que Violeta recupera su melodía entrecortada, “Un dí quando le veneri” en la que Germont canta 4 notas seguidas de un adorno, motivo que repite insistentemente para conseguir su propósito de convencer a Violeta, y el “Dite alla giovine”, en la que se alcanza el punto culminante con el conmovedor “piangi” de Germont acompañado del lamento de las cuerdas, se suceden describiendo musicalmente los cambios que van sufriendo estos personajes, especialmente en Violeta a través de variaciones en la línea melódica. Finalmente, al despedirse de Alfredo lo hace con el tema de amor del preludio, que se escucha en un tutti orquestal con un fuerte sentido dramático, el aria "Amami Alfredo!". El preludio al acto tercero subraya el tono sombrío de la situación. El aria “Addio del passato” termina con una plegaria donde Violeta le pide a dios piedad para “la traviata”, la extraviada, lo cual finalmente le dará el título a la ópera. El reencuentro de los amantes se sella con el dúo de amor “Parigi, o cara, noi lasceremo”. Es de destacar al comienzo de este acto el solo de violín ejecutando el tema de amor de Alfredo, acompañado solo por un trémolo de las cuerdas, mientras que se escucha la voz de Violeta leyendo la carta de Germont, ("Teneste la Promesa") recurso que también aparece al final del acto. El uso de la voz hablada como recurso dramático le permite a Verdi entrar de lleno en el realismo, dotando a esta escena de una sobrecogedora dimensión trágica. La obra termina con el "Prendi quest´e L'Immagine", en el que Violeta muere.
Curiosidades: Al ser estrenada, la obra resultó un fracaso en gran medida por la soprano escogida para el estreno, quien por tener un tamaño voluminoso (era obesa) no encajaba con el papel dramático de Violeta Valery quien muere por tuberculosis muy flaca, lo que generó al final de la ópera que el público riera a carcajadas en vez de apreciar el final trágico. Fue la primera ópera en el cual los actores usaron trajes contemporáneos de la época (smoking y vestidos largos de dama a la usansa francesa o inglesa) ya que hasta ése momento, las óperas siempre usaban trajes históricos, correspondiente a siglos pasados u otras civilizaciones (tal como pasó en "Aída" donde usaban ropas del antiguo egipto, "Nabucco" del antiguo Israel o "Rigoletto" que evocaba al siglo XVI del norte de Italia).
DE REBOTE
DE RELOJES, HÍGADO DE BACALAO Y FRENOS
Ahora espero y desespero en la biblioteca de La Esperanza, ambos dos la bibliotecaria y yo, hacendosa ella, escribiente yo de esta pequeña crónica intemporal. Y mientras aguardo las buenas nuevas, optimista siempre que es uno, me acuerdo de aquel reloj del barrio chino neoyorquino que me regalaron y el cual nunca me he puesto, porque entre una cosa y otra pasa más tiempo en el relojero que en mi muñeca. No querría que mi coche pasara de llamarse Jeep Cherokke a Jeep Bell & Ross.
Continuemos con los dedos cruzados.
jueves, 25 de marzo de 2010
ALUCINANTE
La protesta contra la conversión en mixtos de colegios mayores retrata a un sector post adolescente aferrado a lo tradicional - Ritos sexistas perduran entre jóvenes.
JERÓNIMO ANDREU / CARMEN MORÁN 25/03/2010
En los años cincuenta y sesenta no era extraño, en la oscuridad de la noche, ver la siguiente escena: chicas colándose por las ventanas intencionadamente abiertas de los colegios mayores masculinos. No había colegios mixtos. Hoy prácticamente todos los públicos lo son, y cada vez son más los privados que siguen ese camino. Por eso ha sorprendido tanto que 300 universitarios madrileños acosaran el martes al rector de la Complutense porque anunció que convertiría en mixtos los tres colegios mayores públicos que aún separan por sexo. Un estallido de rebeldía juvenil como otros, sí, pero por la tradición en vez de por la modernidad.
Estos centros son el último reducto de un modelo segregador que se empezó a modificarse en España a finales de los setenta y se completó en los ochenta sin grandes problemas ni revueltas. Muchos no entienden ahora la contestación de estos universitarios madrileños. "Llevo todo el día reflexionando y no consigo entenderlo", dice el presidente de la Asociación de Colegios Mayores y Residencias Universitarias Públicas, José Luis Muzquiz. Una explicación la proporciona el sociólogo de la Universidad de Salamanca, Mariano Fernández Enguita: "Encaja con una tradición muy vieja, propia de todos los continentes, que siempre se ha dado entre los adolescentes y posadolescentes: se trata de una especie de rito iniciático por el que comienzan su juventud en bandas segregadas por sexos. El proceso de maduración es también la asunción de un rol de sexo y se suele hacer por separado". Un ejemplo que menciona Fernández Enguita son las fraternity estadounidenses, sociedades de estudiantes famosas por sus ritos y novatadas. A quien no le ha sorprendido es a Anne Marie Reboul, responsable de Colegios Mayores y Residencias de la Complutense y directora del colegio Teresa de Jesús, uno de los implicados en la polémica. "Llevo dos años intentando convencer a los colegiales sobre la necesidad de convertir el centro en mixto, pero no atienden a razones. Un colegio mayor se convierte en una gran familia; y, si te integras, lo que dicen los mayores va a misa y no te saltas el guión. Los mayores argumentan que con un centro mixto perderían la identidad y la comodidad. Pero si les preguntas no son muy capaces de definir qué es eso de la identidad". "En España hay unos 25.000 estudiantes repartidos entre 150 colegios y residencias universitarios públicos, prácticamente todos mixtos. Y puede haber unos 100 centros privados, muchos de los cuales también son para los dos sexos", dice José Luis Muzquiz. El modelo avanza y no causa ningún problema. ¿Por qué en Madrid sí? Los jóvenes invocaban a la tradición, la intimidad y a ciertas dificultades para compartir actividades deportivas. Algo que suena, en principio, muy conservador. "No tenemos datos de que los jóvenes sean más conservadores ahora, pero es cierto que sobre este grupo de Madrid, habría que preguntarse primero a qué clase social pertenecen o si antes de en este colegio, estudiaron en otros que también eran segregados: quizá invocan la tradición cuando quieren decir costumbre", explica José Antonio Luengo, psicólogo y secretario general de la Oficina del Defensor del Menor en Madrid. Muzquiz duda de que la procedencia social sea homogénea o un factor explicativo de nada: "En la calle todavía se les mira como señoritos, pero los colegiales ya son de todas las clases, algunos de extracción humilde pero con muy buenas notas, becados. El perfil es el hijo o hija de funcionarios, médicos, profesores, farmacéuticos, pero también los hay que trabajan en verano para pagarse la estancia". Más allá de clases o tendencias políticas, a la hora de echar la matrícula, Anne Marie Reboul ha observado un curioso fenómeno de igualación: "Puede haber chicos muy progresistas, que en principio incluso rechazan venir a un colegio segregado, pero a los cuatro meses asumen el discurso imperante y ya no quieren oír hablar de que el centro se convierta en mixto". Muchas veces los estudiantes recalan en estos centros porque sus padres creen que aportan un control sobre el estudiante. "No sé a qué control se refieren, porque las puertas están abiertas 24 horas al día y ellos pueden entrar y salir cuando quieran, incluso acompañados en muchos colegios", explica Muzquiz. En el de los segregados de la polémica también hay libertad de acceso, de horarios y de acompañamiento. Los chicos están acostumbrados a hacer uso de estas libertades, pero se niegan a normalizar la convivencia. Uno de los aspectos en el que más insisten es en la comodidad de andar por los pasillos y zonas comunes como perico por su casa, lo que creen que se limitaría con la presencia del otro sexo. "Precisamente, una de las cosas que aprenderían en un centro mixto es a verse sin necesidad de preparase para ello. Cuando los chicos vienen a este centro femenino a tomar café ves a chicas que se peinan", dice Anne Marie a título de ejemplo. Ella considera que estas relaciones deberían ser más naturales. "Tienen que aprender a debatir juntos, a convivir, a ceder".
Por ese camino van las reflexiones del director del Instituto de la Juventud, Gabriel Alconchel, que atribuye este rechazo por la convivencia mixta a un "posmachismo". "Es triste, pero parece una muestra más, consciente o inconsciente, de machismo. Es curioso, porque han vivido en democracia y reivindican comportamientos del pasado sin planteárselos, más bien como rechazo a los cambios que se están produciendo en la sociedad". Alconchel no cree que estas ideas estén generalizadas, pero también afirma que "ser universitario o joven no es garantía de pensamiento igualitario". Pero son muchos los propios jóvenes a los que les sorprende la protesta de estos universitarios de la Complutense. En el colegio mayor público Giner de los Ríos, de la Universidad Carlos III (Madrid), vive Rafael Vidal, de 20 años. "Me ha sorprendido que esta generación se haya vuelto más conservadora que la de sus padres. Es una cosa que casi representa una vuelta al pasado". Este colegio es, desde sus orígenes, mixto, como todos los públicos de nueva construcción. Su compañero de habitación, Efrén Hernández, pregunta: "¿Cuántas tradiciones hay que no son positivas?". Sus padres querían alojarlo en un centro católico segregado, pero él prefirió un sistema más abierto. Ante el revuelo que ha causado su reacción, muchos de los rebeldes de los colegios mayores insisten en eso, en que su protesta tiene poco que ver con un rechazo conceptual. Hay quien opina que han debido de concurrir otras circunstancias para que los universitarios reaccionaran con tanta virulencia. "La segregación por sí sola no se entiende como causa del problema; en el siglo XXI, luchar por eso es una aberración, una reticencia medieval", dice Muzquiz. Los colegios mayores de la Complutense no son precisamente reconocidos por su buena conservación. Los residentes protestan por el deterioro de las instalaciones y el recorte de los servicios. "Es cierto que muchos colegios mayores en toda España se han quedado obsoletos. Sus equipamientos son impropios del siglo en el que vivimos. Nos hace falta un plan Renove", reconoce Muzquiz. A desideologizar el tema no han contribuido aportaciones como la de Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, que declaró que veía lógico que los colegios mayores "de chicos sigan siendo para chicos y los de chicas, para chicas" porque así "han funcionado bien". La mayoría de los jóvenes prefiere distanciarse de un discurso tan desnudo de matices. Es lo que avisa Anne Marie Reboul: "Tienen problemas para argumentar una posición que en otro contexto les parecería indefendible". Además de en las reivindicaciones sobre la falta de democracia con la que se ha tomado la decisión, los rebeldes de los colegios prefieren insistir en el apartado funcional de la convivencia unisex. Dicen que la tendencia a vivir entre los de su sexo explica también por qué deciden compartir piso sólo con chicos o chicas, una costumbre que está lejos de desaparecer. Basta con darse una vuelta por un campus y recoger anuncios de apartamentos. "Nosotras queremos convivir entre mujeres", explica Ana Ruiz cuando se le pregunta por teléfono por qué descarta a compañeros de casa masculinos. Los expertos coinciden en que el caso es muy distinto. En el caso de una entidad educativa como los colegios mayores se juega con algo más que con una cotidianidad cómoda: forma parte de un aprendizaje social. "Está claro que hay gente que puede estar más cómoda con los de su sexo", explica Efrán. "Pero yo creo que esa ventaja queda minimizada frente a lo que reporta la experiencia de convivir con cuanta más gente diferente sea posible". Y luego está lo que imponen las circunstancias. La nueva realidad universitaria, donde las mujeres son mayoría, ha obligado a redistribuir las plazas en las residencias, que antes eran de mayoría masculina. La conclusión, más allá de debates sobre el modelo, es que los pocos centros públicos que aún eran segregados han tenido que adaptarse y los de nueva creación son todos mixtos. Lo que sí parece claro es que la apertura de las residencias ha tenido efectos positivos para el propio sistema. La libertad de costumbres y horarios de los últimos años les ha reportado un momento dulce a los colegios mayores: "Hace unos 15 años pasaron por cierto desprestigio. Había más bajas, la gente acababa yéndose a un piso compartido cuando llevaban un par de años. Ahora no ocurre eso. Hay muchas actividades culturales, y se encuentran todo hecho, la comida, la ropa", cuenta Muzquiz. Y dentro de esta nueva época dorada de los colegios y las residencias, la mayoría de demandas es para centros mixtos. "Anima más, es un sentido de vida más libre", argumenta Muzquiz. El caso de los colegios privados queda fuera del debate: todos los implicados coinciden en que los centros que no se financian con dinero público tienen derecho a imponer su ideario. Pero hay mucho escepticismo sobre la eficacia de las restricciones. "Ahora no hay ventanas abiertas porque suelen tener rejas por cuestiones de seguridad. Pero, si hay que colarse, acabarán buscándose trucos para entrar. Prohibir eso es poner puertas al campo", dice Muzquiz.
QUE ME PIDAN PERDÓN
JORGE M. REVERTE 24/03/2010
El cura Bolita era el más frecuentador de niños en las Escuelas Pías de San Fernando, un colegio religioso situado en la calle Donoso Cortés de Madrid. Su técnica era muy depurada: cuando algún niño enredaba, le sacaba a la pizarra y le interrogaba, delante de todos los demás alumnos, con una voz melosa que provocaba pánico. Luego, le rebuscaba en los bolsillos del pantalón para ver si encontraba cromos o canicas que confiscarle. Se entretenía en la tarea, buscaba como si esos bolsillos fueran infinitos. El cura Laudelino no tenía esa manía. A Laudelino le gustaban otras cosas de los niños. Le gustaba torturarles. Por ejemplo, si había una pelea en el patio entre dos, ponía a un niño frente a otro (preferentemente si sabía que eran amigos) y les obligaba a darse guantazos de forma alternativa, sin que el que tenía el turno de recibir pudiera subir las manos para protegerse. Al principio, los niños se daban flojo, porque eran amigos. Y Laudelino les daba un guantazo como castigo por la flojera. Al cabo de tres o cuatro intercambios, los amigos se zurraban con el odio más profundo ante la sonrisa satisfecha de aquel cura que tenía las manos duras como palas de frontón. No sé si Bolita llegaba a situaciones extremas, porque yo tenía la fortuna de contar con dos hermanos mayores en el colegio que conocían sus aficiones y dejaban caer sobre él sus miradas vigilantes. Pero Laudelino no se cortaba con nada. Recuerdo, aún con dolor, cómo le subía a uno del suelo tirándole de las patillas, cómo propinaba patadas a un niño tumbado en el suelo. Tenía aquel tipo un largo repertorio de torturas que habrían servido de enseñanza a los honorables militares de la Escuela de Mecánica de la Armada de Buenos Aires. Que yo sepa, y me consta porque a lo largo de mi vida he conocido mucha gente, eso se hacía en muchos colegios religiosos de este país. Había abusos sexuales y torturas físicas. Y que yo sepa, nadie nos ha pedido perdón a los que sufrimos en aquellos tiempos semejantes asaltos. De la Iglesia católica española todavía no se ha escuchado ninguna petición de perdón en casi nada. Lo que se ha narrado en estas primeras líneas no es nada comparado con otros pecados, como el de azuzar al régimen franquista contra los comunistas, los masones y los judíos, que podían ser asesinados porque España era católica o no era. Sobraban. Y el pecado de silencio. ¿No supo nunca la Iglesia católica española que en la Alemania nazi se estaba exterminando a millones de personas porque pertenecían a una comunidad étnica, como los gitanos, o religiosa o cultural, como los judíos? Hay muestras más recientes de esos silencios, como el del clero vasco ante los asesinatos de españoles por patriotas de Euskal Herria. La Iglesia española está esperando a que pase la tormenta, a que escampe, por ver si se olvida el largo rosario de atrocidades que se han cometido en su nombre, desde su jerarquía, contra tantos ciudadanos indefensos. Unas veces, por ellos mismos, otras veces por sus fieles seguidores, que les pagaban con prebendas magníficas sus servicios. Franco les dio el monopolio de la fe, por ejemplo. ¿Es mucho pedir que nos pidan perdón? Ya veremos si se lo concedemos, pero les toca a ellos, a Bolita, a Laudelino y a todos los demás.
miércoles, 24 de marzo de 2010
ARQUITECTURA
MORIR POR LA ÓPERA
"Carmen", Georges Bizet
Roberto Alagna, *La fleur que tu m'avais jetée
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Carmen es una opéra-comique en cuatro actos de Georges Bizet compuesta en 1875, con un libreto de Ludovic Halévy y Henri Meilhac (basado en la novela Carmen de Prosper Mérimée). La obra se estrenó el 3 de marzo de 1875 en el Opéra-Comique de París, cosechando un fracaso que en parte pudo acelerar la muerte de Bizet. Posteriormente se convirtió en la ópera francesa más famosa e interpretada. En España vio su estreno en el Teatre Líric de Barcelona el 2 de agosto de 1881. Caben mencionar las diferentes perspectivas que se ven al tomar a Maria Callas como una de las cantantes más reconocidas de Carmen, puesto que en realidad ella jamás encarnó el papel aunque en su repertorio incluía canciones de dicha opera. Ejemplos de ellos son que en varios conciertos como en el Covent Garden cantaba ciertas canciones, y que en los conciertos con Di Stefano ambos interpretaban el dúo final. Era tanta la indiferencia de su publico ante este hecho que fue de inspiración para la película que habla sobre este tema, Callas Forever.
Carmen se estrenó en la Opéra-Comique de París, un coliseo de nivel mediano. Según parece, sus primeros fragmentos fueron recibidos con entusiasmo, en especial por sus melodías pegadizas y por el tema folclórico-romántico ambientado en Sevilla, ciudad que resultaba exótica y atrayente para el público francés. Sin embargo, a medida que avanzaba la representación, la actitud atrevida de Carmen y el tono negro del argumento provocaron el rechazo del público. Carmen no respondía al prototipo de relato romántico y edulcorado, visualmente vistoso y fácil de digerir. El balance final del estreno se puede calificar de fracaso, y con tal sensación murió Bizet. Tras la muerte de Bizet, su amigo y compositor Ernest Guiraud reemplazó los pasajes hablados originales (característicos de la ópera-cómica) por recitativos. Esta revisión pudo contribuir al éxito de la obra facilitando su difusión, especialmente en algunos teatros extranjeros en los que no se acostumbraba a alternar diálogo y música en una obra lírica, y a la vez permitió que pudiera representarse en la Ópera de París. Sin embargo, esta adaptación ha sido cuestionada, a menudo, por los musicólogos más puristas. Hoy en día, se representan ambas versiones, aunque la original goza de una ligera preferencia. Como sea, no cabe duda alguna de que esta ópera goza de una gran popularidad que en ningún momento ha quedado desmentida. Está considerada como la ópera francesa más representada en todo el mundo. Su éxito puede deberse, en parte, a los diferentes cambios que jalonan el libreto: escenas trágicas que contrastan con otros pasajes más ligeros, a veces cómicos (personajes como Frasquita, Mercedes, Dancaire o el Remendado), equilibrados con escenas de algarabía con coros y figurantes, y otras más íntimas en las cuales las solistas pasan a primer plano, etc. Además, la música de Bizet, expresiva, elegante y colorista, su orquestación, sumamente refinada, sus melodías fáciles de memorizar (por ejemplo, no es necesario ser un amante de la música clásica o del bel canto, para acordarse del tema del preludio, la Habanera, o el tema del torero) no son ajenas al éxito alcanzado por esta ópera. Entre las más bellas páginas de esta ópera cabe citar:
El preludio, una de las piezas orquestales más famosas de la historia de la Ópera. En el primer acto: el coro de niños: "Avec la garde montante"; el coro de las cigarreras "Dans l’air, nous suivons des yeux"; la Habanera (que sirve de entrada al personaje de Carmen) "L’amour est un oiseau rebelle"; el dúo "Parle-moi de ma mère"; la seguidilla "Près des remparts de Séville". En el segundo acto: la canción gitana "Les tringles des sistres tintaient"; las coplas del toreador "Toréador, en garde" Toreador_song.ogg ▶?/i; el quinteto "Nous avons en téte une affaire"; el aire "La fleur que tu m’avais jetée". En el tercer acto: el sexteto con coros "Écoute, compagnon, écoute"; el trío de las cartas "Mélons, coupons"; el aire "C’est des contrebandiers, le refuge ordinaire". En el cuarto acto Jazmin: el dúo con coro final "C’est toi, c’est moi". Ni en la ópera ni en el relato de Merimée hay ninguna referencia a temas religiosos o relacionados de alguna manera con el catolicismo. Por esto, resulta curiosa y bastante forzada la versión de la Scala de Milán para la temporada 2009-2010, donde llamaba la atención la presencia de grandes cruces y numerosos sacerdotes en el escenario, presencia ajena a la esencia real de la obra.
***
CRASH 6 Y FINAL
martes, 23 de marzo de 2010
ESTRÉS
Estrés (del inglés stress, ‘fatiga’) es una reacción fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada.
El estrés es una respuesta natural y necesaria para la supervivencia, a pesar de lo cual hoy en día se confunde con una patología. Cuando esta condición se da en exceso se produce una sobrecarga de tensión que se ve reflejada en el organismo y en la aparición de enfermedades, anomalías y anormalidades patológicas que impiden el normal desarrollo y funcionamiento del cuerpo humano. Esta confusión se debe a que este mecanismo de defensa puede acabar, bajo determinadas circunstancias que abundan en ciertos modos de vida, desencadenando problemas graves de salud.
Se considera también una patología laboral emergente que tiene una especial incidencia en el sector servicios, siendo el riesgo mayor en las tareas que requieren mayores exigencias y dedicación.El efecto que tiene la respuesta estrés en el organismo es profundo:
- Predominio del sistema nervioso simpático (vasocontricción periférica, midriasis, taquicardia, taquipnea, ralentización de la motilidad intestinal, etc.)
- Liberación de catecolaminas (adrenalina y noradrenalina), de cortisol y encefalina.
- Aumento en sangre de la cantidad circulante de glucosa, factores de coagulación, aminoácidos libres y factores inmunológicos.
Todos estos mecanismos están pensados para aumentar las probabilidades de supervivencia frente a una amenaza a corto plazo, no para que se los mantenga indefinidamente, tal como suele pasar. A medio plazo, este estado de alerta sostenido desgasta las reservas del organismo y puede producir diversas patologías (trombosis, ansiedad, depresión, inmunodeficiencia, dolores musculares, insomnio, trastornos de atención, diabetes, etc.). El estrés se encuentra en la cabeza, ya que es el cerebro el responsable de reconocer y responder de distintas formas a los estresores. Cada vez son más numerosos los estudios que corroboran el papel que juega el estrés en el aprendizaje, la memoria y la toma de decisiones. Un estudio de la Universidad de California demostró que un estrés fuerte durante un corto período, por ejemplo, la espera previa a la cirugía de un ser querido, es suficiente para destruir varias de las conexiones entre neuronas en zonas específicas del cerebro. Esto es, un estrés agudo puede cambiar la anatomía cerebral en pocas horas. El estrés crónico, por su parte, demostró la disminución del tamaño de la zona cerebral responsable de la memoria. Por lo menos, éste es el efecto encontrado en experimentos con ratas.
Los llamados estresores o factores estresantes son las situaciones desencadenantes del estrés y pueden ser cualquier estímulo, externo o interno (tanto físico, químico, acústico o somático como sociocultural) que, de manera directa o indirecta, propicie la desestabilización en el equilibrio dinámico del organismo (homeostasis).
Una parte importante del esfuerzo que se ha realizado para el estudio y comprensión del estrés, se ha centrado en determinar y clasificar los diferentes desencadenantes de este proceso. La revisión de los principales tipos de estresores que se han utilizado para estudiar el estrés, nos proporciona una primera aproximación al estudio de sus condiciones desencadenantes, y nos muestra la existencia de ocho grandes categorías de estresores:
- situaciones que fuerzan a procesar información rápidamente,
- estímulos ambientales dañinos,
- percepciones de amenaza,
- alteración de las funciones fisiológicas (enfermedades, adicciones, etc.),
- aislamiento y confinamiento,
- bloqueos en nuestros intereses,
- presión grupal,
- frustración.