Esta tarde tuvo lugar el estreno de la nueva cortadora de césped, de gasolina y muchísimo más potente que la anterior eléctrica. Ya el que la hierba esté mojada no es obstáculo para poderlo cortar sin que se pare la máquina cada dos o tres pasadas. Un buen corte al césped, una poda selectiva de las plantas que poco a poco han ido invadiendo el paso y el jardín queda como una rosa. A ver si ahora que las perras pueden disfrutar más de él deja Octavia de devorar mis pocas pertenencias caseriles. Crucemos los dedos.
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