lunes, 11 de enero de 2010

MORIR POR LA ÓPERA

Kiri Te Kanawa.
*Ecco-respiro appena , Io son l'umile ancella.
"Adriana Lecouvreur", Francesco Cilea.
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ADRIANA LECOUVREUR es una ópera con música de Francesco Cilea y libreto de Arturo Colautti, basado en la obra teatral de Eugène Scribe y Gabriel Legouvé. Fue estrenada en el Teatro Lírico de Milán, el 6 de noviembre de 1902.
La ópera se basa en la vida de la actriz francesa Adrienne Lecouvreur. Algunos personajes son históricos, pero la mayoría ficticios. Frecuentemente se critica por ser uno de los textos más confusos que se hayan escrito para el teatro, y los cortes que se hacen con frecuencia hacen que la obra sea más difícil de seguir (luego de que el mismo Cilea hiciera muchos cortes durante la primera presentación). Aún así, la heroína, Adriana, es un personaje encantador, y la música suple las deficiencias del libreto.
Adriana es un ejemplo de ópera verista pero no es tan popular como I Pagliacci y Cavalleria Rusticana.
Cilea utilizó el recurso del leitmotiv en Adriana Lecouvreur. Así, se puede destacar el tema de la princesa, siniestro y misterioso, y que es citado en diversas formas en todos los actos. Se presenta en forma clara y destacada al inicio del segundo acto, cuando la princesa aparece en escena por primera vez. También son resaltantes el tema de Adriana, que aparece por primera vez en el primer acto con el aria de entrada de la protagonista cuando canta Io son l'umile ancella; y el tema de los comediantes, ligero y amable, que aparece en el primer acto y el último.
El estreno contó con la soprano Angelica Pandolfini en el papel principal y Enrico Caruso como Maurizio.
Una grabación del dueto del último acto "No, più nobile" (como aria solista) fue hecha en diciembre de 1902 por la Gramophone and Typewriter Company (G&T) en Milán, con Francesco Cilea acompañando a Enrico Caruso.
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Dame Kiri Te Kanawa DBE (Gisborne, Nueva Zelanda, 6 de marzo de 1944), es la más famosa soprano de ópera neozelandesa de ascendencia maorí. La soprano está considerada como una suprema exponente de su generación en papeles de Mozart y Richard Strauss, con exitosas incursiones en el repertorio de Verdi, Handel y francés. De gran belleza física y porte que la hizo ideal para encarnar princesas, condesas y personajes nobles. Su voz de textura y timbre fácilmente reconocible la convirtieron en una de las máximas divas de los años ochenta.

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