Descubierto al norte de Israel un sarcófago de 3.300 años
El hallazgo constata el poder que
los faraones tenían en el valle de Jezreel, vía natural de comunicación con la
actual Siria.
CARMEN RENGEL Jerusalén 11 ABR 2014 - 10:19 CET
La Autoridad de Antigüedades de
Israel acaba de presentar un hallazgo que evidencia la
extensión del poder de los faraones Oriente adentro: un sarcófago de 3.300 años
de antigüedad descubierto cerca de Nazaret, rodeado de vasijas y armas, en el
que se guardaba un sello de oro que alude a Seti I, que reinó en el siglo XIII
antes de Cristo. La zona entonces era conocida como Canaán y estaba bajo poder
administrativo de los egipcios, que usaban el valle del descubrimiento, el de
Jezreel, como vía natural de comunicación con la actual Siria, hasta donde
llegó su dominio.
“Es algo fascinante,
excepcional”, como lo describe Edwin Van Den Brink, uno de los investigadores
que han liderado el proyecto, junto a Dan Kirzner y Ron Beeri. No es el primer
sarcófago de la tardía Edad de Bronce que se encuentra en la zona, pero hacía
50 años que no se localizaba uno y, sobre todo, no tan al norte. Las
excavaciones tuvieron lugar entre diciembre y el mes pasado y costó casi tres
semanas sacar el ataúd, roto en decenas de pedazos. Los restos se encontraron
por casualidad, en mitad de las obras de uno de los mayores gasoductos de
Israel, a la altura del monte de Tel Shadud. Y esa es ahora la pena de los
investigadores: la “práctica certeza” de que hay más que descubrir pero los
trabajos arqueológicos se han dado ya por finalizados para dejar avanzar las
cañerías.
El enterramiento encontrado está
hecho de arcilla, es cilíndrico y su tapa lleva esculpido un rostro humano,
“muy hermoso, muy sereno”, a juicio del profesor Van Den Brink. “Es una suerte
porque, aunque todo está fracturado, la cara se ha mantenido casi intacta”,
explica. Estaba rodeado de varios tarros de cerámica y vasos de culto, en los
que se habría almacenado alimentos, vajillas y huesos de animales, destinados a
proporcionar protección y sustento al muerto en una vida futura, una práctica
clásica del Egipto de los
faraones. Dentro del sarcófago había un esqueleto adulto y junto a
él, una daga, una copa y varias piezas martilladas, todas de bronce. Muy cerca se
han encontrado cuatro tumbas más, de dos hombres y dos mujeres, posiblemente
miembros de la misma familia del dueño del sarcófago.
La Autoridad de Antigüedades está
ahora decidiendo si somete los restos humanos a análisis de ADN, para ver si el
fallecido era un cananeo o un egipcio trasladado a la zona, clave para asegurar
rutas comerciales y la recaudación de impuestos de los faraones. La tesis de
los expertos es que se trata de un funcionario, que trabajaba a las órdenes de
los egipcios, “miembro de la élite local”, capaz de pagarse un enterramiento
que no estaba al alcance de cualquiera. También podría ser un rico que imitase
las costumbres funerarias egipcias que se estaban ya popularizando en la nueva
zona de dominio, pero hay un detalle importante que, en principio, les lleva a
rechazar esta tesis: la aparición, en el sarcófago, de un sello de oro con un
escarabajo, usado para sellar documentos. Ahí está el vínculo con el gobierno.
En este sello, “muy valioso”, se
cita al faraón Seti I, vinculado con el dios del sol, Ra, padre de Ramsés II,
lo que engrandece el hallazgo a ojos de los israelíes, teniendo en cuenta que
este último podría ser el protagonista del relato bíblico del éxodo de los
israelitas. En la pieza también hay rastro de una cobra, símbolo de protección
del poder.
Seti I supuestamente vivió en su
primer año de mandato una revuelta en la zona de Bet Shean, al sur del Mar de
Galilea, que llevó a que guerreros egipcios cargaran contra este territorio,
conquistando todo el suelo de Canaan. El sarcófago que ahora ha salido a la luz
evidencia la profundidad de ese avance, nunca antes tan “bien documentado”.
Actualmente, el Museo de
Israel ya recibe a sus visitantes con una importante colección
de sarcófagos, procedentes de Beit Shean pero también de Deir El Balah, en la
franja de Gaza, donde fueron encontrados hace medio siglo. Allí, hoy en suelo
palestino, estaba el centro administrativo más oriental de los faraones, desde
donde se controlaría administrativamente la zona donde ahora han aparecido los
nuevos restos. Los filisteos acabarían con el poder egipcio hacia 1.150 antes
de Cristo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario