Empieza diciembre, acaba el año, todo a la vez. El destino se cumple siempre, salvo que la locura de esta época se imponga y acabemos todos radioactivos.
Ha sido una semana dura, mucho. El jueves aterrizaba mi hermana de Madrid y, a partir de las 4 de la tarde, mis hermanos y yo comenzamos a desmantelar la casa de mis padres, es lo que tiene la nueva situación adquirida, la orfandad. Salvo los muebles, que aún mantienen su destino incierto, lo demás está o pendiente de transporte o adjudicado e ídem. En mi cuarto, el último reducto, permanece limpio, casi vacío, pero con las cuatro cosas que me debo llevar también.
Ha sido éste un ejercicio de fuerza y contención. Los álbumes de fotos que mi padre hacía con amor desde siempre, libros, menaje, ropa y todo lo que se les pueda ocurrir que tiene una casa de toda la vida. Todo. Parte de el punto limpio, parte en los contenedores, parte con nosotros, amigos y familiares. Se vuelve a cumplir aquello que escribí hace más de veinte años en otras circunstancias: he llorado tanto que se me aclarado el verde de mis ojos.
Ver cómo en cuatro días una casa desaparece es muy doloroso, al ser a la vez catarsis y despedida, o viceversa. Nadie hubiera podido augurar todo lo que ha pasado en menos de un mes, cómo ha cambiado todo en un pestañeo.
Pero como todo lo que empieza debe acabar, este fin de año será el fin para muchas otras cosas, y como tal el comienzo de otras. Las vacaciones abrirán la puerta al futuro, ese que no existe aún porque sabido es que el futuro es hoy, tan lleno de incógnitas como de optimismo, tan desconocido como esperanzador. Un tiempo que se nos echará encima y que podremos compartir, lo malo, por aquello de la pena, con pan, es menos pena, -"Paréceme, Sancho, que no hay refrán que no sea verdadero, porque todas son sentencias sacadas de la mesma experiencia, madre de las ciencias todas"-, y sobre todo las buenas. Habrá, de entrada, que seguir organizando comidas de amigos para que el refranero siga cumpliéndose siempre.
Pasa la vida, la vida pasa.
Besos y feliz lunes, feliz diciembre todo.
♫
Loren Allred, *Never Enough.
No hay comentarios:
Publicar un comentario