Leer el periódico un domingo por la mañana, relajado frente a una taza de café con leche en un bar cerca de casa, en un día luminoso, azul y cálido, se ha convertido en un verdadero ejercicio de puro masoquismo. Claro que el error de base está en pensar que se puede leer la prensa tranquilamente. Imposible. En un domingo normal de abril, por ejemplo, encontramos en la primera página de EL PAÍS noticias sobre el terremoto de Lorca o los posibles indultos a personajes más o menos famosos. En páginas interiores continuamos con otras perlas :un juez estrella argentino que frena investigaciones contra la cúpula de su país, guerras en países africanos sin petróleo (2+2), fraudes en cursos de formación por millones de euros, ex presidentes que niegan haber cobrados sobresueldos (qué buena esta palabra compuesta, por oportuna) a pesar de lo que dicen los jueces, etc., etc., etc.
¿Cómo permanecer impasible ante todo esto? ¿impasible? imposible.
Yo soy solo un pobre arquitecto al que le gusta leer, así que me perdonen los eruditos en la materia, pero... ¿por qué tiene el Estado que financiar a los partidos políticos o a los sindicatos? ¿no son estas asociaciones privadas? ¿y si utilizamos el sentido común y que los afiliados paguen? El que quiera un sindicato o un partido, que se afilie, pague una mensualidad y con ella que se financien. Al fin y al cabo no deja de ser un club, ¿o no? Mucho bla bla bla ante las elecciones europeas, mucho cambio, mucha sonrisa, mucho mieeeeedo, pero en el fondo más de lo mismo. ¿Dónde están las ofertas de CAMBIOS VERDADEROS? ¿Cuándo les quitarán las ofensivas prebendas a sus señorías? ¿cuándo desaparecerá la figura del aforado? ¿cuándo veremos en la cárcel a políticos corruptos (sean quienes sean), a sindicalistas ídem, curas pedófilos, y ese largo etcétera tan conocido.
Ahora vamos al Lorca post-terremoro. Me dirán este vuelve a meterse, erre que erre, con la Iglesia, y sí, es cierto. Mi formación ha sido religiosa, en un colegio católico desde los 5 años, y creo poder hablar con conocimiento de causa, al menos un poco. El titular de hoy dice: Tres años después de los terremotos, solo el 4% de los vecinos reside en las nuevas viviendas. El dinero para iglesias llega puntual mientras faltan servicios. ¿No se indignan al leer esto? ¿dónde está el espíritu cristiano? ¿es necesario de verdad, prioritario, arreglar iglesias mientras gran parte de la ciudad sigue en precario? Yo, volviendo al sentido común, diría que no.
¿Por qué debe el Estado financiar el arreglo de las iglesias? ¿no son propiedad de la Iglesia Católica? A ver si lo entiendo, de mis impuestos se pagan las restauraciones pero siguen siendo patrimonio de los curas, ¿no? Pues no me encajan las piezas. Aunque claro, teniendo en cuenta que es todo un Ministro de Justicia, el inefable Gallardón, el que sale voz en grito defendiendo que la Iglesia siga siendo la dueña de la Mezquita de Córdoba, ¿qué podemos esperar? Me pregunto también por qué los árabes no la reclaman, si fue de ellos antes de la Reconquista. ¿Hasta dónde ponemos el límite para mirar hacia atrás?
Yo qué quieren que les diga, a políticos corruptos, sindicalistas ídem, curas y demás ralea no los puedo ni ver, lo siento, es lo que hay, no puedo ir en contra de mis instintos (debe ser mi parte animal).
Por último me van a permitir poner una foto de las páginas centrales, a colación del nuevo baño de multitudes con esto de la doble canonización. Santos y rosarios, eso es lo que le hace falta al planeta. Habrá que ver qué representación envía nuestra pía España a este acto de fundamentalismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario