Veo en los periódicos más conservadores (permítanme el eufemismo) una noticia recurrentre, tratada de igual forma como si se les fuera la vida en ello. En las primeras páginas arengan: El duque de Palma exculpa a la Infanta y a la Casa Real, ¿pero qué es esto? ¿es que esta gente no ha visto nunca una película de juicios? ¿es que no saben que al drogadicto, al ladrón o al borracho siempre le echan en cara sus aficiones y lo descalifican durante el juicio? Y ya que Urdangarín, con ese poder que le dio Dios por matrimonio, exculpa a toda esta gente (se olvidó de Bárcenas o del Bigotes o de Cachuli o de la Pantoja, por ejemplo), ¿por qué no se exculpa él mismo y se acabó lo que se daba?
Imagino al pobre juez cada vez que llega a su casa, soportando el marrón que le ha caído encima, con la presión del Gobierno, del Rey, de los periódicos y de la Corte (todos esos babosos que suspiran por la monarquía), aunque, por otro lado, también lo imagino aguantando la risa cada vez que Urdangarín le dice "Yo exculpo".
Y a los periódicos les digo: ¡más cine señores!
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