viernes, 22 de febrero de 2013

ESTABAN YA TARDANDO

La dimisión del Papa ha creado ya ríos de tinta, y lo que nos espera. Nadie acepta como algo normal que un hombre viejo y cansado -según sus propias palabras-, decida que ha llegado el momento de descansar. ¿Y por qué este tipo iba a ser diferente al resto de los mortales? Si durante décadas los malos malísimos han sido los judíos, los masones y después los comunistas, ahora que el telón de acero no existe y los comunistas son más lights que otra cosa -para muestra China-, hay que encontrar a toda costa un chivo expiatorio de los pecados del mundo, dimisión del Papa incluido. ¿Y qué mejor que los maricas del mundo, llamado por los periodistas más recalcitrantes lobby gay? ¿y si además de maricas son comunistas? ¡Uf! Lo gracioso es que estos mismos periódicos bienpensantes, a los que se les llena la boca poniendo al "lobby gay" como los culpables de todo (me pregunto si del cambio climático también... ah, claro, que el cambio climático es una estupidez) y que no cejan en enseñarnos el camino de la luz, nunca hablan del OPUS y sus intrigas de poder, de los asuntos de pederastias de la Iglesia, del fundador de Los Legionarios de Cristos y sus andanzas sexuales o de cualquier cosa por el estilo; ¿no puede haber alguna posibilidad, por pequeña que sea, que este Papa cansado, el mismo que, como su antecesor, ha estado años sin hacer caso a todas estas movidas, haya visto la luz y simplemente haya quedado asqueado de lo que tiene dentro de casa? No ,claro, perdónenme... ¡la culpa es siempre de los maricas!
El ‘lobby gay’ ¿detrás de la renuncia papal?
Según el diario italiano, Benedicto XVI fue informado de la “existencia de una red abiertamente gay dentro del Vaticano”.
B. MARÍN

“Una red trasversal unida por su inclinación homosexual podría estar detrás de la inesperada renuncia de Benedicto XVI”, según publicó ayer La Repubblica. El diario italiano deslizó esta bomba que habla de un “informe secreto” elaborado por tres cardenales, entre ellos, un alto cargo del Opus Dei de España, Julián Herranz, que demostraría la “existencia de una red abiertamente gay dentro del Vaticano”. Este habría sido, según el diario, “uno de los motivos de la renuncia de Benedicto XVI”.
La Repubblica indica que el informe llegó al Santo Padre el pasado 17 de diciembre en San Lázaro. Se trataría de un dossier de casi 300 páginas, dividido en dos tomos encuadernados en rojo que guardó en la caja fuerte del apartamento pontificio. Era la investigación completa sobre la fuga de documentos robados del despacho del Papa (el llamado caso Vatileaks) realizada por el cardenal español junto con Jozef Tomko y Salvatore De Giorgi.
Por primera vez en el apartamento de Ratzinger se leyó la palabra “homosexual” y también chantaje, más concretamente en latín: “Impropriam influentiam”. El texto no dejaba lugar a dudas: se estarían violando dos de los sagrados mandamientos: “No fornicarás” y “No robarás”.

Una comunista
“Los papeles son bastante explícitos”, indica el diario italiano. Según la información firmada por Conchita di Gregorio, ex directora del órgano del partido comunista italiano L’Unitá, el protagonista de esta trama es Angelo Balducci, entonces gentiluomo del Papa y presidente del Consejo Nacional italiano de Obras Públicas. Los jueces que estaban investigando a Balducci por corrupción le pincharon el teléfono y descubrieron que hablaba con frecuencia con un miembro del coro de la Reverenda Capilla Musical de la Sacrosanta Basílica Papal de San Pedro en el Vaticano, un nigeriano llamado Chinedu Thiomas Eheim que le ofrecía servicios sexuales con jóvenes seminaristas.
“Sólo te digo que mide dos metros, pesa 97 kilos, tiene 33 años y es completamente activo”, aseguraba el miembro del coro vaticano a Balducci en una de las conversaciones interceptadas. Los encuentros sexuales, según asegura La Repubblica citando la investigación judicial, tenían lugar en una villa a las afueras de Roma, en una sauna, en un centro estético, en el propio Vaticano y en una residencia universitaria. Esta última, según el periódico, es el domicilio en Roma de Marco Simeon, un joven de 33 años que ha acumulado un enorme poder a la sombra de la cúpula de San Pedro, y que hasta hace pocos días fue director de Rai Vaticano.
“Según el informe, Thomas Ehiem –un corista del Vaticano de 29 años de edad– supuestamente habría sido un intermediario que buscaba jóvenes quienes posteriormente sostendrían encuentros homosexuales con Angelo Balducci. También se habla de encuentros sexuales en un centro de belleza bien situado en Roma, en una villa a las afueras de la ciudad, incluso de una residencia universitaria que se convirtió en la residencia en Roma del obispo de Verona. Se detallan además los encuentros en un club llamado Priscilla.

“Soy anciano”
El jueves 11 de octubre, día en el que la Iglesia conmemora a Juan XXIII, Benedicto XVI se asomó al balcón para dirigirse a los seminaristas: “Hace 50 años estaba aquí para escuchar las palabras de poesía y bondad del Papa. Éramos felices, llenos de entusiasmo, estábamos seguros de que iba a venir una nueva primavera de la Iglesia. Hoy la alegría es más sobria y humilde. En 50 años hemos aprendido que la fragilidad humana está presente también en la Iglesia, que hay cizaña”. Aquella tarde de octubre nadie comprendió las palabras. Nadie sabía que dos día antes Benedicto XVI se había reunido con el cardenal Herranz, quien le había ido informando, cada semana y en coloquio reservado, del progreso de las investigaciones.
El conocimiento de estos hechos, según asegura el diario La Repubblica, sería el desencadenante de la renuncia del Papa. “Pocas horas después de haber recibido a los tres cardenales les dijo: Soy anciano, ya he hecho bastante”. Esas palabras, publicadas por la revista italiana Focus, las repetiría en el consistorio por los mártires de Otranto: “Ingravescente aettate”. La semana antes de Navidad, Benedicto XVI tomaría su decisión y se la comunicaría al cardenal Salvatore de Giorgi, uno de los tres responsables de la relationem (informe). “Ha hecho un gesto de fortaleza, no de debilidad, y lo ha hecho por el bien de la Iglesia. Ha dado un mensaje fuerte a todos los que, en el ejercicio de la autoridad o del poder, se consideran insustituibles. La Iglesia está formada por hombres. El Papa ha visto los problemas y los ha afrontado con una iniciativa tan inédita como profética”, dijo De Giorgi. Benedicto XVI hará entrega de las dos carpetas con los 300 folios a su sucesor.

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