Escucho hace un momento en RADIO CLÁSICA un programa de Jon Bandrés en La hora azul, "Personajes en busca de música", esta mañana dedicado a Karen Blixen, o Isak Dinesen, que lo mismo da. En él hablaban de la vida de la escritora en áfrica, concretamente en Nairobi, en una granja al pie de las colinas de Ngong, como ella escribió.
Le gustaba contar cuentos y decía que los africanos, que no sabían leer, se quedaban expectantes si les empezabas una historia que decía, por ejemplo, una vez hubo un hombre que se cruzó con otro hombre en medio de la pradera... Ellos seguirán con gran interés lo que les sucedía a estos dos hombres. Los blancos, en cambio, han perdido el placer de escuchar y, mientras les relatabas, o pensaban en las cosas que no estaban haciendo o simplemente se dormían.
Nosotros somos afortunados por poder disfrutar y saborear sus libros y sus historias, por haber pasado temporadas en Nairobi igualmente, por haber vivido un tiempo que ya no volverá. Mejor así.
Si para algunos siempre quedará París, yo prefiero pensar que siempre nos quedarán los libros.
Somos el resultado de los libros que leemos, los cafés que disfrutamos, los viajes que hacemos y las personas que amamos.
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Mozart, * Clarinet Concerto in A major.
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