Comienzo la mañana con unos más que agradables 14° ¿o eran 12° los que marcaba la farmacia? Con los ojos puestos en mañana, jueves que tendrá sabor a viernes, a Las Palmas, a Inma, veo más cerca el final, que veo como el principio, de la obra allende los mares que será también tu casa. Ya está aquí el suelo y el baño va bien, paso a paso. Ayer casi estaba terminada la losa del lavabo, pendiente también de la colocación de la pared de cristal que separa el cuarto de baño del pequeño pasillo por el cual se accede al dormitorio.
Todo aquello que hemos pedido online ha ido llegando a cuentagotas, pero ha llegado, salvo un paquete que, estando ya en España ¡España! la aduana se resiste a entregar mientras, supongo, se frota las manos. No tiro la toalla.
Mientras la vida sigue, mis guerras matutinoprofesionales no llegan al armisticio, ni llegarán, y cada día se convierte en una travesía natatoria con puñal en la boca -hombre prevenido...-. Para compensar, lo vespertinoprofesional, en cambio, va viento en popa. Con una guerra está bien, ¿no les parece?
Esta tarde, por cierto, sabré si me embarco en un proyecto radiofónico: Camerata Florentina.
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Crosby, Stills, Nash & Young, *Our house.
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