Atentado en Irán, 84 muertos, culpable: Israel. Claro que ¡oh, sorpresa!, es el maldito Estado Islámico el que ha echado gasolina en este Oriente Medio que cada vez está más desequilibrado.
Hamás, organización terrorista sádica e insensible que utiliza a su pueblo para sus propios fines más espurios; Israel, único país democrático de la zona con el peor Primer Ministro que cabría esperar y, como participantes en el tablero de este juego macabro, Irán, Hezbolá y, al menos, alguno más como el Daesh (Estado Islámico).
Si 2001 tuvo su 11-S, el 2023 tiene su propia fecha en el calendario, el 7-O, día de la masacre de Hamás y la posterior terrible y tristísima guerra de Gaza, aún inconclusa.
¿Qué nos deparará este 2024?
¿Cabe el optimismo?
Nosotros, tranquilos en nuestra España ¡España! en la que todo va bien (cifras son amores...), a pesar de todos los negros augurios, piñatas y demás circos, seguiremos bien pero preocupados ora por el inefable Puigdemont (¡qué ganas que desaparezca de escena de una vez!), ora por ETA que ya no es pero sí, según parece o eso dicen (debe ser como Elvis, que está vivo y disfrutando sus años de vejez en Florida con Marilyn).
Llegará un día, estoy seguro de ello, que nos despertaremos preocupados por la gratuidad de la Sanidad, por el paro, por la cultura, por las pensiones, por la violencia sobre mujeres, ancianos, niños, animales y hasta hombres o por los inmigrantes y dejaremos de hacer caso a tanto político desquiciado y mentiroso, maleducado, manipulador, chanchullero, corrupto o, como cantaran "Aterciopelados", garullo, retrechero, bergajo, fulero, guaricho, garoso, morrongo, fariseo, gorzobio, baracunato, cucharamí...
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Aterciopelados, *Baracunátana.
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