Parece que en España ser monárquico es obligación de los partidos de derecha, inconcebible. Unos días ha durado el circo de la visita de Juan Carlos I a España; Sanxenxo y Madrid en todo menos en loor de multitudes. 5 gatos en Galicia y 4 a las puertas del Palacio de La Zarzuela. ¡Bienvenido majestad! gritaban enardecidos (siempre me he preguntado qué mueve a alguien a acudir a cosas como ésta, o a una capilla ardiente. Puro fenómeno fan pero sin cantantes ni actores).
Pues bien, a lo que íbamos. Todo tipo de manifestaciones, desde los periodistas que de todo hablan y todo lo saben, incluidos los expertos en Casa Real (¿dónde se han ido los artículos? para vomitar), hasta los políticos over the rainbow, la gama completa, desde los más a un lado hasta los contrarios. Y he aquí a los que demandaban del ínclito alguna explicación, que no disculpa, y los que convertían este viaje regatero en "normalizador".
No entiendo nada. ¿A estas alturas alguien es capaz de negar la poca ejemplaridad de Juan Carlos en los últimos años de su vida? Pues parece que sí, que todo se perdona, incluso lo único que se le pide a esta gente, la ejemplaridad. Durante el encuentro privado "en Zarzuela", vomitemos again, padre e hijo departieron sobre los actos del primero y sus consecuencias en la sociedad española. Olé por el que redactó el panfletillo, pura finura. No le arriendo las ganancias al pobre Felipe, en absoluto. Debe ser chungo chungo lidiar con un padre con delirios, una mujer vigoréxica, una familia quétevoyacontar y medio país republicano.
Como esta visita le supo a poco parece que amenaza con volver a Sanxenxo el mes que viene. Habrá que irse aclarando la garganta para gritar ¡bienvenido majestad!
PD. José Manuel Soto en Twitter:
— Bienvenido Majestad. Que yo sepa no has robado del erario público. No es como el PSOE. Hizo muchas cosas buenas y malas pero no robó como los socialistas.
Bee Gees, *He's a liar.
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