¿Quién no busca la felicidad como sea? Al menos así entiendo yo nuestra vida. La línea que divide el todo y la nada es tan delgada que, como una asíntota, estamos abocados a que éstas se unan en el infinito. Cualquier pequeño truco vale para conseguirlo, desde una buena sobada desde las 8 de la tarde, una conversación inesperada o un plan futuro apuntado en el calendario. Con estos pequeños pesos son los que intentamos inclinen la balanza en ese sentido y no en el otro, balanza que nos proporcionan siempre trucada.
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Black Pumas, *Ain't no love in the heart of the city.
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