Adam Hurly. 9/05/2022
https://www.revistagq.com/cuidados/articulo/como-estres-afecta-apariencia
Lo de estar tan estresado que se te caiga el pelo no solo sucede en las películas. Y eso es solo el comienzo. El estrés, que puede manifestarse de cientos de maneras diferentes, puede afectar gravemente a todo el cuerpo. Y en términos algo más superficiales, puede tener un gran impacto en tu apariencia. Desde las canas hasta el acné por estrés, la lista es larga.
Para conocer los síntomas más comunes con los que el estrés puede afectar a tu piel y cabello, hablamos con el doctor Ryan Turner, de Turner Dermatology, en Nueva York. Antes de sumergirnos en esta lista, es importante definir el estrés en sí. Porque “estrés” no se refiere simplemente a un mal día en el trabajo, a una pelea con un compañero o amigo o a perder el tren de cercanías. El estrés lo abarca todo. Incluso estar mal descansado se manifiesta como estrés en el cuerpo.
“Fenómenos como el estrés emocional, las enfermedades crónicas, los malos hábitos alimentarios, trabajar muchas horas y el exceso de alcohol pueden causar estrés en el cuerpo. Cuando el cuerpo está estresado, se liberan diferentes tipos de señales hormonales que ayudan a la mente y al cuerpo a sobrellevar la situación”. Es posible que hayas oído hablar de las hormonas de la adrenalina, el cortisol y la norepinefrina, y estos cambios (por no mencionar un cúmulo de todo) pueden llegar a afectar a tu cuerpo, incluida tu apariencia. De las siguientes maneras.
Cómo afecta el estrés al cabello
1. Pérdida repentina o efluvio telógeno
Si notas una gran pérdida repentina de cabello, podría deberse al estrés. Debes aprender a distinguirlo de tu patrón de caída regular; tal vez sueles ver uno o dos pelos en el lavabo después de ducharte y secarte con la toalla, pero de repente ves 5 o 10 a la vez, todas las veces. Suponiendo que no se trate de alopecia androgenética, podría ser efluvio telógeno, dice Turner.
“Hemos visto mucho efluvio telógeno durante la pandemia debido al estrés psicológico y a la propia infección por COVID”, explica. Se produce un nuevo ciclo de crecimiento del folículo piloso, que va precedido del desprendimiento del cabello existente. La buena noticia es que ese cabello perdido repentinamente puede y probablemente volverá a crecer. “El efluvio telógeno suele superarse unos meses después de que el factor estresante haya pasado, aunque puede preocupar por tratarse de una caída tan repentina”, dice.
2. Alopecia areata
El efluvio telógeno no es el único tipo de pérdida de cabello provocada por el estrés. La alopecia areata es otra: "Por lo general, son parches circulares de pérdida de cabello en el cuero cabelludo o la barba", afirma Turner. Con la alopecia areata, el sistema inmunitario ataca a los folículos pilosos. “Suele ser reversible con la eliminación del factor estresante o con el tratamiento de un dermatólogo”. A menudo se trata de una inyección de esteroides, además del uso regular de minoxidil, pero el médico indicará qué es lo mejor en cada caso.
3. Canas prematuras
Todas esas noches de trabajo pueden comenzar a pasarte factura mechón a mechón: el estrés también puede hacer que el cabello se vuelva gris prematuramente. “A través de un complejo proceso, las hormonas del estrés (sobre todo la norepinefrina) pueden provocar el agotamiento de los melanocitos (células productoras de pigmento) alrededor del folículo piloso”, expone Turner. Es una forma elegante de decir que tu cabello puede perder su color si tientas a la suerte.
Cómo afecta el estrés a la piel
1. Acné y aumento de grasa
El cortisol y la adrenalina que fluyen por tu cuerpo estresado pueden causar un aumento repentino de la producción de grasa en la piel, lo que se traduce en una probabilidad mucho mayor de que sufras brotes. Pero ésta no es la única razón detrás del auge de estas imperfecciones: "El microbioma de la piel que contiene las 'bacterias buenas' también se debilita, lo que permite actuar a las bacterias [malas] del acné ”, explica Turner. Tienes que intensificar tu régimen de cuidado de la piel contra el acné, y tal vez también incorporar algunos probióticos.
2. Problemas en la curación de la piel
“Las hormonas del estrés, principalmente el cortisol, pueden retrasar el proceso de curación de la piel al interferir con los mecanismos naturales de reparación”, asegura Turner. “El estrés también puede afectar negativamente a la producción de colágeno en la piel”. Y es este colágeno, que disminuye significativamente a medida que envejecemos, el que la mantiene resistente y firme. Por lo tanto, tu piel necesita todo el colágeno que pueda obtener, y el estrés no le viene nada bien.
3. Hiperpigmentación
Cada vez que localizas en la piel una mancha oscura que no se quita, sin contar los lunares, puede que se trate de hiperpigmentación, que también aumenta a medida que envejecemos. Normalmente la causa la exposición excesiva al sol, pero el desequilibrio hormonal puede ser un detonante. El estrés interno del cuerpo no es lo único que lo provoca, añade Turner. Pon atención al entorno que te rodea: "Hay factores estresantes ambientales, como la contaminación del aire y el humo del cigarrillo, que pueden conducir a la formación de radicales libres que generan 'estrés oxidativo' en la piel", explica. “Esto a su vez puede provocar la decoloración de la piel”.
4. Piel opaca y seca
Al debilitar las funciones de barrera de humedad de la piel y su microbioma, el estrés puede deshidratarnos significativamente. Turner agrega que esto puede conducir no solo a la piel seca y de textura áspera, sino a una de apariencia opaca, hosca, etc.
No hay comentarios:
Publicar un comentario