Asistí este pasado viernes a una reunión de trabajo para concretar aspectos técnicos y fechas de una obra que va a comenzar en breve. Al final, después de las despedidas y de los apretones de manos (¡han vuelto!) me quedé un rato departiendo con la dueña de la adjudicataria, una señora de apariencia educada y viajada, con la que hablamos de la subida de los precios en la construcción debido a la guerra, el gas ruso y los combustibles en general. Me pareció normal decir, en un momento de la conversación, "el loco de Putin", a lo que ella respondió sonriendo, a la altura de la conversación intrascendente que teníamos:
> No, loco no, lo que pasa es que lo han pinchado demasiado.
Ese fue el momento de pasar a hablar del tiempo y despedirme.
-No, no habrá guerra -repitió mientras paseaba por el jardín-. Estas gentes parecen locas. ¿Cómo puede surgir una guerra en estos tiempos?...
Los cuatro jinetes del Apocalipsis.
Blasco Ibáñez, 1923.
Bellini, Norma. *Guerra, Guerra!
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