Comenzó James Rhodes su concierto de piano este sábado, maravilloso, con música de Bach. Su Prelude in B minor (1727), que igual podía haberse escrito hoy por algún compositor minimalista, abría el programa en un auditorio repleto, sin mascarilla; parecía que inaugurábamos una nueva etapa de nuestras vidas. Atrás quedaron los espectáculos con la boca y la nariz tapada. Un magnífico programa dividido entre Beethoven, y Brahm que, junto a la primera obra de Bach nos ofreció Rhodes, sin partitura, regalándonos dos piezas al finalizar el concierto. El pianista, pedagógico y diferente, sin el rigor del pianista con frac -camiseta blanca, vaqueros negros y tenis Adidas amarillos era su atuendo-, explicaba en español cada una de las obras que iba a interpretar. Sin duda un gustazo de concierto de esos que se te pasan volando.
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Bach, *Prelude in B minor.
Beethoven, *Piano sonata Op. 109, 3rd movement.
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