lunes, 2 de mayo de 2022

EL ÚLTIMO Y OTRO MÁS

Recuerdo hoy el acto que tuvo lugar el pasado 30 de enero de 2019, en aquellos tiempos prepandémicos que parecen tan lejos, el día en que José Carlos Schwartz, último alcalde republicano de Santa Cruz de Tenerife y asesinado al inicio de la Guerra Civil, hubiera cumplido 122 años. Acto organizado gracias al tesón, la paciencia y el buen hacer de mi querida prima Mercedes Pérez Schwartz, todo alma y corazón, a la par flamante Presidenta de la Asociación de la Memoria Histórica de Tenerife.
El Salón de Plenos municipal acogió, en la tarde de ayer,
la entrega del título de Hijo Predilecto a los nietos de José Carlos Schwartz. 

Tal día como ayer, hace 122 años, nacía el que fue el último alcalde republicano de Santa Cruz de Tenerife, el último elegido democráticamente antes de la Guerra Civil, y el que, hace ya más de 80 años, fue asesinado y depurado por el régimen franquista. Y es que no solo le arrebataron la vida a José Carlos Schwartz, sino que lo despojaron de su condición de funcionario después de muerto, con lo que se dejaba a su familia sin derecho a percibir ningún tipo de pensión. Ayer, Santa Cruz de Tenerife, quiso reparar su figura, en la medida de lo posible, nombrándolo Hijo Predilecto de Santa Cruz, el máximo honor de la ciudad. “El acto de esta noche tiene una evidente intención: la de reconocer el sacrificio de Schwartz; pero también otra latente: la de expresar el rechazo total de este Ayuntamiento a cualquier forma de violencia, de injusticia o de discriminación”, dijo el actual alcalde, José Manuel Bermúdez.
Doblemente orgulloso, recibo ayer, de un un amigo, unas notas extraídas de la Wikipedia del que fue otro antepasado Schwartz, en este caso Juan Schwartz Díaz-Flores, diplomático español que, como Embajador de España en Austria, contribuyó a la salvación de judíos perseguidos por los nazis. 
Schwartz, como otros diplomáticos españoles, había rescatado un viejo decreto promulgado por Miguel primo de Rivera en el año 1924, en virtud del cual todos quienes demostraran ser de origen sefardita, obtendrían inmediatamente la nacionalidad española. Ocultaban que el decreto había expirado en 1931, pero en Madrid no lo recordaban y los nazis, naturalmente, no lo sabían. Fue padre del escritor y exdiplomático Fernando Schwartz Girón y del economista liberal Pedro Schwartz Girón.

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