Me gusta que haya llegado el frío, suspiro con él durante el resto del año. Llegan los forros de edredón de franela, las sábanas bajeras de coralina, los jerseys dentro de casa, las mantas en el salón, etc. Pero con el frío llega la alergia, al menos en mi caso, lo estornudos, el picor en los ojos, las interminables cajas de cleenex... Ayer fue una tarde terrible, y esta mañana ya ha empezado. Cuento casi trescientos estornudos, uno tras otro.
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