El grupo Queen, en 1974. Desde la izquierda, Freddie Mercury, Roger Taylor,
John Deacon y Brian May. LINDA D. ROBBINS (GETTY IMAGES)
Por qué son tan buenos estos 20 discos que cumplen 50 años en 2024
El punk todavía no había llegado, el rock progresivo se mantenía y en España explotaba la rumba rock: la historia y relevancia de álbumes de Neil Young, Deep Purple, Van Morrison, King Crimson, Las Grecas o Los Chichos.
CARLOS MARCOS. Madrid - 06 ENE 2024 - 05:30 CET
Todavía faltaban un par de años para la detonación del punk, ese movimiento urgente que se revolvió contra los dinosaurios del rock. Los carcamales sobre los que escupirían los Sex Pistols y otros acababan de entrar en la treintena. Algunos todavía siguen, así que los improperios de los punkis no produjeron un gran efecto. Pero esto es 1974, con el rock progresivo todavía latente, los estertores del glam y geniales llaneros solitarios como Big Star o Tom Waits. Mientras, en España estamos ante el año cero de la rumba rock: los primeros discos (perdón: casetes) de Las Grecas y Los Chichos se vendían a puñados. No hay año discográfico discreto en los dorados setenta. Lo demuestran estas 20 referencias colocadas sin ánimo de competir. Todas son excelentes.
- Deep Purple, ‘Burn’
¿Quiénes son? En 1973 Deep Purple parecía no tener más vidas. Pero en los 50 años siguientes ha demostrado que es una banda irrompible. Volvamos a 1973. Ian Gillan, su extraordinario cantante, se había marchado porque él y el guitarrista y líder, Ritchie Blackmore, no se soportaban. A Gillan le acompañó el bajista Roger Glover, el más centrado en la producción. Blackmore se puso a hacer audiciones para fichar a un vocalista y seleccionó a un por la época desconocido David Coverdale. Para el bajo eligió a Glenn Hughes, además de buen instrumentista un excelente cantante. Y Deep Purple se reinventó.
¿Por qué es tan bueno Burn? Ritchie Blackmore ofreció el puesto como cantante a Paul Rodgers, pero este lo rechazó porque ya estaba involucrado en Bad Company (su disco también en esta lista) después de su paso por Free. Escuchando Burn se entiende la maniobra de Blackmore: quería una voz musculosa bastante diferente a los agudos de Ian Gillan. El objetivo era grabar un álbum de rock fuerte, pero con toques blues, soul y funky. Y tanto Rodgers como Coverdale se mueven a la perfección en el rock de influencia negra. Burn es un arranque insuperable, comparado a Highway Star; Might Just Take Your Life es rock-soul, estilo que luego Coverdale desarrollaría en los primeros discos de Whitesnake; You Fool No One suena a funky psicodélico. Y así las ocho canciones de este disco fantástico. A destacar la interacción a las voces entre Coverdale y Hughes, que no solo hace coros, sino que toma el papel principal en varias fases de las canciones.
- Roxy Music, ‘Country Life’
¿Quiénes son? Una banda cuyo líder, Bryan Ferry, puso este anunció en la revista Melody Maker cuando estaba conformando el grupo: “Buscamos al guitarrista perfecto para una banda de rock de vanguardia. Debe ser: original, creativo, lento, rápido, elegante, ingenioso, flexible, melódico, estable y tramposo. Por favor, presentarse solo músicos talentosos”. De este tipo estamos hablando. Poco más que decir. Bueno sí: que se quedaron con Phil Manzanera, un portento, sin duda.
¿Por qué es tan bueno Country Life? Hacía un año que se había marchado Brian Eno con sus sintetizadores, aunque los teclados nunca se fueron del universo Roxy Music. Este disco, el cuarto de los británicos y con una se las portadas más eróticas de la historia del pop, demuestra la aventura que supone escuchar a Roxy Music. Ofrecen glam, pop orquestal, psicodelia, rock and roll (tremenda If It Takes All Night), baladas tenebrosas (cuántas veces habrá escuchado Nick Cave Bitter Sweet), pero siempre sonando originales. Casi se podría decir que en esta etapa inventaron un género, el suyo. Porque funcionaban con un afán rompedor y experimentador.
- Bad Company, ‘Bad Company’
¿Quiénes son? ¿Un supergrupo? Seguramente, a pesar de citar un término tan manido. De las cenizas de Free y de las disensiones de Mott The Hoople surgen los dos líderes de Bad Company, el cantante Paul Rodgers y el guitarrista Mick Ralphs. Este es su soberbio debut.
¿Por qué es tan bueno Bad Company? Si alguien quiere definir el género rock clásico existen pocas canciones tan representativas como Can’t Get Enough, con su glorioso riff de guitarra y la voz carnosa de Rodgers. Los Company apelaban en sus letras a las cuitas del amor y se alejaban así de las tenebrosas composiciones de Black Sabbath y de los enigmáticos textos de Robert Plant para Led Zeppelin. A pesar del arranque con las rocanroleras Can’t Get Enough y Rock Steady, el resto del disco lo conforman piezas de cadencia lenta para gozar de la prodigiosa voz de Rodgers y escucharlas (sobre todo en aquella época) envuelto en una nube de marihuana. Canciones ensimismadas que proporcionaban una sugerente mezcla de rudeza y dulzura.Portada del disco 'Gipsy Rock', de Las Grecas.
- Las Grecas, ‘Gipsy Rock’
¿Quiénes son? Las hermanas Muñoz Barrull, Tina y Carmela, gitanas, mujeres de su tiempo que escuchaban a la Niña de los Peines y a Jimi Hendrix. El dictador estaba a punto de morir y los jóvenes anhelaban enchufar las guitarras eléctricas y cantar en libertad. El productor José Luis de Carlos las vio en los tablaos y las metió en un estudio con buenos músicos melenudos para crear una de las obras esenciales de la fusión del flamenco con el rock.
¿Por qué es tan bueno Gipsy Rock? No fueron las primeras en mezclar rock con flamenco (Smash lo experimentaron antes), pero sí las que lo hicieron con las guitarras eléctricas a más volumen. Gipsy Rock fue un bombazo de ventas en una España que se desperezaba, con temas como Te estoy amando locamente o Achilipú, donde las hermanas creaban su propio lenguaje, como en el célebre “locamenti”. También podían exhibir un incipiente empoderamiento en temas como Orgullo, donde cantan: “Orgullo siempre tuviste, tú siempre tuviste orgullo. / Pero ya te lo advertí: cuando quiero soy muy dura”. Un disco de solo 31 minutos de desvergonzado mestizaje. La cumbre del nonaino rock.
- Joni Mitchell, ‘Court and Spark’
¿Quién es? En 1974, Joni Mitchell llevaba ya cinco discos (entre ellos el monumental Blue) y era la cantante folk más respetada. Pero quería un cambió. Así que se trasladó a un estudio de Los Ángeles para crear algo próximo al jazz-pop. El resultado fue su disco más vendido hasta la fecha, Court and Spark.
¿Por qué es tan bueno Court and Spark? Estamos de acuerdo en que los altibajos vocales de Mitchell no son para todos los oídos. Ocurre también con la peculiar voz de Neil Young, curiosamente los dos canadienses. Cuesta entrar en sus mundos, pero cuando pasas una tarde allí ya nada será igual. “Ayúdame, creo que me he enamorado otra vez”, suplica Mitchell en Help Me, uno de los grandes temas de este álbum. Porque aunque las músicas evolucionen (quizá por influencia de Can’t Buy a Thrill, de Steely Dann), las temáticas perduran: el aislamiento, la necesidad del amor, la inevitabilidad de perderlo… Un disco que rompe con el folk para abrazar una propuesta más comercial y sofisticada. O de otra forma: buscar otros caminos para crecer.
- Van Morrison, ‘Veedon Fleece’
¿Quién es? Todavía no había cumplido los 30 (lo haría en agosto de 1975) y Van Morrison ya llevaba siete trabajos que, vistos con perspectivas, se pueden calificar de obras de 9 o 10 sobre 10: Blowin’ Your Mind! (1967), Astral Weeks (1968), Moondance (1970), His band and the Street Choir (1970), Tupelo Honey (1971), Saint Dominic’s Preview (1972) y Hard Nose the Highway (1973). Sensacional cosecha que continuaría para cerrar el ciclo con Veedon Fleece. Agotado, el irlandés no regresó hasta tres años después.
¿Por qué es tan bueno Veedon Fleece? Roto por el fracaso de su matrimonio con la actriz y modelo Janet Rigsbee, Morrison regresó a casa, Irlanda, para reconectar con sus raíces y lamerse las heridas. Ese es el contexto de un disco que traza una línea de sucesión con Astral Weeks: canciones donde Morrison administra la tensión dramática gracias a una voz portentosa con continuos lamentos gospelianos. Pocos discos como este para disfrutar de la voz del irlandés. Veedon Fleece incluye su falsete más acusado (Who Was That Masked Man), una de sus piezas más épicas (los casi nueve minutos de You Don’t Pull No Punches, But You Don’t Push the River) y una sola concesión al baile, el country-boogie Bulbs. Lo demás, extasiadas plegarias en busca del misterio del amor.
- Big Star, ‘Radio City’
¿Quiénes son? Los que primero vieron llegar el rock alternativo. Tanto, que pocos fueron capaces de valorarlos hasta bien entrados los ochenta. Ya era tarde para Big Star, una banda con una mala suerte del demonio: los problemas de distribución de sus discos entran dentro de la historia surrealista del rock. Después del fracaso de su primer álbum, se marchó uno de sus dos líderes, Chris Bell, y se quedó al mando Alex Chilton, protagonista de Radio City.
¿Por qué es tan bueno Radio City? Este es el álbum que contiene September Gurls, lo más cerca que estuvo Big Star de un éxito. La hiriente voz de Chilton enhebra unas canciones de rock de alto vuelo poético que luego heredaron R.E.M. o los Replacements. Han pasado cinco décadas, pero esas melodías tan maravillosas se escuchan todavía hoy con un nudo en la garganta.
- Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán, ‘Señora azul’
¿Quiénes son? Rodrigo y Guzmán venían de Solera, Adolfo de Los Íberos y Cánovas de Franklin. Descolgados de sus grupos, los cuatro deciden probar y ver cómo funcionan como banda. Como se complementan cantando, son buenos compositores y comparten gustos (el rock californiano, los Beatles, Bob Dylan, CSN & Y) crean una obra sensacional llamada Señora azul.
¿Por qué es tan bueno Señora azul? Vale, nos toca de lleno porque es una diatriba en contra de los críticos musicales, pero Señora azul (la canción) es tan extraordinariamente buena que vamos a pasar ese detalle narrativo por alto. Este disco no vendió casi ni para cubrir gastos, pero gracias, entre otras cosas, a la reivindicación durante años de esos especialistas musicales que critican en la canción, Señora azul ha subido a los altares del pop español. Delicado, detallista en los arreglos, variado en voces y primoroso en las melodías, Señora azul emociona todavía hoy con bellezas como Solo pienso en ti y ese himno lésbico llamado María y Amaranta y que se le coló a la censura. El poco recorrido comercial y las tiranteces entre cuatro músicos con madera de líderes los llevó a disolverse. No volverían a juntarse para grabar hasta diez años después.
- Queen, ‘II’
¿Quiénes son? En 1974, Queen editó dos discos: II, publicado en marzo, y Sheer Heart Attack, que vio la luz en noviembre. Además, a finales de año comenzaron a componer canciones que luego incluirían en A Night at the Opera. Así de creativo y lanzado se encontraba el cuarteto británico a mediados de los setenta.
¿Por qué es tan bueno II? El disco donde definieron su sonido y donde sembraron las semillas de temas como Bohemian Rhapsody: solo hay que escuchar The March Of The Black Queen para comprobarlo. Con la mítica imagen del fotógrafo Mick Rock en la portada (uno homenaje a otra instantánea de Marlene Dietrich). Ambicioso, grandilocuente y en algunas fases hasta heavy, con la guitarra de Brian May pasando del canal derecho al izquierdo al estilo de Hendrix. Aquí es donde Queen pone los cimientos de lo que luego sería su marca: el tratamiento de las voces. También II empieza a ver a un desatado Freddie Mercury, con sus exageraciones y sus dramatismos interpretativos. Por todo ello, II es uno de los mejores trabajos de los ingleses. Y eso es decir mucho.
- Bob Marley & the Wailers, ‘Natty Dread’
¿Quiénes son? Bob Marley iniciando una nueva etapa tras la salida de Peter Tosh y Bunny Wailer. Era un buen momento para el reggae, porque Eric Clapton había colocado arriba de las listas la versión de Marley I Shot the Sheriff.
¿Por qué es tan bueno Natty Dread? Solo por incluir No Woman No Cry este álbum ya merecería entrar en esta lista. Pero es que las otras nueve canciones disparan al álbum entre lo mejor de Marley. Aprovechando la salida de sus dos exsocios, Marley refuerza los coros con el trío I-Threes (su pareja, Rita Marley, en primer plano) y se siente libre para incluir abundancia de instrumentos (piano, armónica, trompeta, guitarras varias…) que enriquecen la cadencia clásica del reggae. Lively Up Yourself, Rebel Music, Talkin Blues… ¿Ven como era mucho más que No Woman No Cry?
- Barry White, ‘Can’t Get Enough’
¿Quién es? Solo de un hombre enamorado hasta las trancas podrían surgir rendidas cartas de amor como las que se escuchan en este disco. Barry White se enamoró de la cantante Glodean James en 1973. Ella formaba parte del trío de soul Love Unlimited, que acompañaba a White en giras y discos. En este ambiente se elaboró este tórrido álbum.
¿Por qué es tan bueno Can’t Get Enough? Si hacemos una lista de los discos donde aparece más veces la palabra “amor”, este estaría entre los primeros puestos. Además del éxito Can’t Get Enough Of Your Love, Babe aquí también se incluye el clásico You’re The First, The Last, My Everything. White y su volcán amoroso acarician al oyente hasta llevarlo a la habitación donde pasan cosas que tienen que ver con la pasión. Pero no es solo el ambiente sensual y esa voz seductora: Can’t Get Enough pone las bases de la música disco cuando todavía faltaban años para que el movimiento estallara.
- David Bowie, ‘Diamond Dogs’
¿Quién es? En julio de 1973 David Bowie había disuelto a su banda, The Spiders From Mars, en el escenario del Hammersmith Odeon londinense. Su arrebato le dejó solo, sobre todo sin el apoyo de su guitarrista de aquella gloriosa época, Mick Ronson. Pero esos desafíos eran los que motivaban a Bowie, que se puso a tocar la guitarra y otros instrumentos, contrató a una sección rítmica y al pianista Mike Garson y se metió a grabar Diamond Dogs.
¿Por qué es tan bueno Diamond Dogs? El disco en el que Bowie ofrece sus últimos servicios al glam-rock, con temas como Diamond Dogs o Rock and Roll with Me. Un trabajo que se considera de transición, pero las transiciones en Bowie son de mucho calado. Tanto como para ofrecer uno de sus grandes clásicos, Rebel Rebel, con frases tan oportunas precisamente hoy: “Tienes a tu madre confusa porque no sabe si eres un chico o una chica. / Venga, salgamos por ahí esta noche”. Bowie se despedía del glam y ya apuntaba en este disco hacia dónde se dirigía, con la minisinfonía experimental y oscura que conforman Sweet Thing/Candidate/Sweet Thing Reprise, o con We Are Dead. Sin embargo, en 1984 vira hacía el soul. Con todo ello conforma un disco seductoramente deshilvanado.
- Tom Waits, ‘The Heart of Saturday Night’
¿Quién es? En 1974 Tom Waits tenía solo 24 años. Resulta sorprendente que grabara con esa edad un disco tan reflexivo y adulto como The Heart of The Saturday Night, sin duda influido por la cultura beat y escritores como Kerouac, Ginsberg o Burroughs. Era su segundo trabajo tras Closing Time, un año antes.
¿Por qué es tan bueno The Heart of Saturday Night? Waits todavía no era el gran experimentador, característica que ha definido su carrera. Incluso su voz en este disco, aunque ya propensa a la ronquez, suena en muchas fases bastante ortodoxa. Escuchar el disco es meterte directamente en tugurios enmoquetados de rojo donde se puede fumar y se debe beber. Waits, su piano, el retrato de una nocturnidad decadente y alcohólica al compás del jazz y el vals. No es un trabajo sombrío a pesar de algunas letras: el acompañamiento de vientos, cuerdas y otros instrumentos proporciona mucho músculo a unas canciones de derrota y al mismo tiempo de salvación.Portada del disco 'Ni más ni menos', de Los Chichos.
- Los Chichos, ‘Ni más ni menos’
¿Quiénes son? Para conocer la España de los últimos años del dictador y la de la Transición están los libros de historia, la hemeroteca, y las canciones de Los Chichos. El trío retrató como nadie el ambiente de los extrarradios de las grandes ciudades.
¿Por qué es tan bueno Ni más ni menos? El primer disco del grupo, que encadena clásicos: Te vas me dejas, La historia de Juan Castillo, La cachimba, Ni más ni menos, Quiero ser libre… El padre de Paco de Lucía, Antonio Sánchez, con gran olfato para detectar talento, los vio rumbeando con sus guitarras acústicas y sus timbales. Les metió en un estudio y encargó a José Torregrosa que adornara esas crónicas de la marginalidad escritas por el genial Juan Antonio Jiménez, Jeros. El resultado es este trabajo donde se escuchan guitarras eléctricas rockeras, vientos funk, bongos caribeños y cuerdas dramáticas. Más reivindicados que nunca por artistas jóvenes como C. Tangana o Rosalía, Los Chichos (ya sin Jeros, fallecido en 1995) afrontan este año su gira de despedida. Ellos se irán, pero su música aguanta lo que le echen.
- King Crimson, ‘Red’
¿Quiénes son? Con Red, Robert Fripp, jefe de King Crimson, dio por finalizada la vida del grupo. En su opinión, se habían convertido en “unos dinosaurios” después de seis discos. A eso se le llama sinceridad. No regresó con los Crimson hasta siete años después y con otra película absolutamente distinta.
¿Por qué es tan bueno Red? Este disco es calificado por muchos especialistas como un álbum de heavy metal. Y algo de eso hay, aunque ningún género y sus fronteras tienen cabida en la mente libre de Fripp. Es verdad que retumban guitarrazos (desde el comienzo con ese terremoto de seis minutos que es Red), pero también surgen maravillas progresivas como Fallen Angel, pieza que envidiarán toda su vida Roger Waters y David Gilmour. En 1974 los grupos de rock progresivo (Yes, Genesis, Pink Floyd, Jethro Tull) se esmeraban por sonar un poco más asequibles. Eso es lo que Fripp llamaba “dinosaurios”, así que él se despidió con un trabajo oscuro donde la temática principal es el miedo. Cinco canciones con distorsiones, improvisaciones, free jazz sin ataduras. Música, en definitiva, amenazante y visceral.
- Supertramp, ‘Crime of the Century’
¿Quiénes son? Después de dos discos con escasas ventas y con su mecenas (un holandés adinerado) en retirada, la carrera de Supertramp llegaba a su final. Pero una confianza ciega en su talento llevó a Roger Hodgson y a Rick Davies a reclutar a nuevos miembros y a encerrarse en una granja en Southcombe, en la campiña inglesa. Allí el grupo ensayó las canciones del álbum que iba a salvar su carrera.
¿Por qué es tan bueno Crime of the Century? En Southcombe, Hodgson y Davies comenzaron a componer por separado. Cada uno presentaba sus temas y el otro sugería pequeños cambios, que normalmente eran aceptados. Luego firmaban a medias. Después de pulir las canciones en su retiro campestre grabaron el disco en los estudios Trident de Londres. Ocho canciones, cuatro de cada uno ejerciendo de cantante principal el compositor. Escuchando el disco en una sola sesión se perciben los estilos de cada uno: la voz aguda de Hodgson afronta los temas más comerciales (School, Dreamer), y el tono áspero de Davies traza las composiciones más complejas (Rudy, Crime Of the Century). Entre los dos ofrecen un disco sensacional cargado de letras filosóficas con críticas a las estructuras que sostienen el mundo capitalista.
- Neil Young, ‘On the Beach’
¿Quién es? Harvest (1972) había terminado de hacer multimillonario al hippy Neil Young. Su relación con la actriz Carrie Snodgress cumplía sus últimos días en 1974 y el canadiense andaba entre ese sentimiento de dolor y un consumo de drogas nada comedido. Su relación con el excesivo músico Rusty Kershaw ayudó a que posiblemente esta sea la grabación más drogota de Young.
¿Por qué es tan bueno On the Beach? Y, sin embargo, funciona. El trotón funky Walk On, el misterio blues Vampire Blues, el último canto de amor para Snodgrees en Motion Pictures, el barbitúrico On The Beach con la voz frágil de Young, o Revolución Blues, inspirada en Charles Manson. Un disco que el propio Young calificó como el más depresivo de su discografía. Y eso que el siguiente fue Tonight’s the Night. On the Beach, con su portada falsamente bucólica, requiere de paciencia y de los sentidos activados. Solo así se disfruta plenamente.
- Rory Gallagher, ‘Irish Tour ‘74′
¿Quién es? No es que los discos de estudio de Rory Gallagher carecieran de fuerza: lo que ocurría es que sus directos eran tan abrasivos que las grabaciones nunca alcanzaban esos intensos niveles. Tras su paso por Taste el irlandés llevaba ya cuatro discos en solitario y no había músico que tocase más en directo. Este álbum fue acompañado de una película que rememora aquella gira por su país.
¿Por qué es tan bueno Irish Tour ‘74? A mediados de los setenta pocas estrellas del rock se atrevían a tocar en Belfast, una ciudad asaltada por atentados y por disturbios callejeros. Pero los conciertos de Rory eran un lugar seguro: el guitarrista podía unir a un pueblo que en la calle vivía fracturado. Este disco recoge aquella gira irlandesa (Belfast, Dublín y Cork) con un Gallagher colosal con su Fender descascarillada y una voz en su mejor momento. Este hombre necesitaba el escenario para poder vivir. Allí transmitía su blues hondo y emocional. Fundamental en la grabación la incorporación del teclista Lou Martin. Temas propios (Tattoo’d Lady o Cradle Rock) y versiones de sus ídolos (Muddy Waters o Tony Joe White) para un doble que además de blues contiene improvisación jazz, rock y folk. Si te acercas a los altavoces es posible que te salpique el sudor del gran Rory.
- The Rolling Stones, ‘It’s Only Rock and Roll’
¿Quiénes son? Después de aquel cuarteto imbatible (Beggars Banquet, 1969; Let It Bleed, 1969; Sticky Fingers, 1971, y Exile on Main St., 1972) cualquier otro disco parece palidecer. Sobre todo, los que vinieron a continuación, Goats Head Soup, 1973, e It’s Only Rock and Roll, 1974. Pero ambos son buenos trabajos. It’s Only… supone el último disco de Mick Taylor como stone, que aquí entrega una de sus mejores interpretaciones.
¿Por qué es tan bueno It’s Only Rock and Roll? En Time Waits For No One Mick Taylor ejecuta hasta tres solos diferentes, todos elegantes y virtuosos. La grabación de este disco resultó extraña: con Keith Richards en su nivel más penoso como heroinómano y Mick Taylor con un pie fuera (dejaría el grupo a los pocos meses). Pero funciona porque, como siempre, Mick Jagger se echa el grupo al hombro. Aparte del clásico que da nombre al álbum (un eslogan mil veces utilizado en la historia de la música: es solo rock and roll, pero me gusta), suena más rock, como Dance Little Sister o If You Can’t Rock Me, piezas de factura pausada como la mencionada Time Waits For No One o la hermosa If You Really Want To Be My Friend, travesuras soul como Ain’t Too Proud To Beg (que no desmerece de la original de los Temptations) y un cierre narcótico con Fingerprint File, que luego inspiraría a bandas de Manchester como Stone Roses. Todo ello completa un disco mejor de lo que el oyente rockero recordaba.
- Genesis, ‘The Lamb Lies Down on Broadway’
¿Quiénes son? Un grupo a punto de fracturarse para siempre. Peter Gabriel estaba con varios frentes: William Friedkin, director de El exorcista, le había pedido un texto para su nueva película; su pareja estaba pasando en el hospital unas últimas semanas de embarazo terribles, y el cantante no digería su nueva condición de famoso debido al éxito del grupo con el anterior disco, Selling England by the Pound (1973). Las ausencias de Gabriel para atender estos asuntos colocaron más altura al muro que se había levantado durante los últimos años con algunos miembros del grupo. La decisión de ir a componer el disco a Headley Grange (East Hampshire, Reino Unido), el hospicio abandonado y siniestro donde ya habían grabado Led Zeppelin, tampoco ayudó a destensar la situación. Ante este panorama se definieron dos bandos: Gabriel escribía por un lado y el resto del grupo componía la música por otro.
¿Por qué es tan bueno The Lamb Lies Down on Broadway? Lo que ideó Gabriel fue la historia de Rael, un chaval puertorriqueño que reside en Nueva York y que afrontará una aventura que le llevará a descubrirse interiormente. Por el camino vive todo tipo de extraños encuentros. La música es ambiciosa y grandilocuente, unas veces conmovedora y otras épica. Es un trabajo que requiere atención y paciencia, con cotas de éxtasis, como Counting Out Time, la canción más accesible. En noviembre de 1974 y cuando se llevaban pocas fechas de la gira, Gabriel comunicó al grupo que los abandonaba. Siguieron las actuaciones sin desvelar nada a la prensa ni a los seguidores; en agosto de 1975, se emitió el comunicado de la marcha definitiva del vocalista y letrista.
Y más grandes discos publicados en 1974
La cosecha de 1974 no se acaba con estas 20 referencias. Otros discos notables vieron la luz ese año. Ahí van algunos: Jackson Browne, Late for the Sky; New York Dolls, Too Much Too Soon; Stevie Wonder, Fulfillingness' First Finale; Eric Clapton, 461 Ocean Boulevard; Lynyrd Skynyrd, Second Helping; Brian Eno, Here Come the Warm Jets; Gram Parsons, Grievous Angel; Steely Dan, Pretzel Logic; Electric Light Orchestra, Eldorado; Rush, Rush; UFO, Phenomenon; Judas Priest, Rocka Rolla...
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