17 de enero ya, lunes, empieza a terminarse el mes, increíble, qué rápido pasa el tiempo. En un tris nos plantamos en Carnavales. Hoy no parece hacer tanto frío, 11° a las 5 de la mañana, con lluvia débil pero incesante. Atrás quedó la pesada calima que a todo le cambia el color, azote de narices como la mía y las terribles agujetas de este fin de semana que me convirtieron en un moderno Frankestein.
Volé ayer desde Gran Canaria, a las 5 de la tarde, y sólo con ver las caras de los pasajeros se podrían hacer una idea de cómo se movía el avión. El batido duró una media hora, aterrizando con ese vaivén típico de estos días ventosos y con calima sahariana. Ya en tierra la gente aplaudió y suspiró aliviada. Afortunadamente no me dan miedo los aviones y creo que me dormí durante el viaje, pero siempre hay una primera vez para pasarlo mal, ¿o no? Lo he visto en amigos viajeros que hoy odian coger un avión. Yo cruzo los dedos.
Se terminó el culebrón de Djokovic como no podía ser de otra manera, echándolo del país como a un pasajero con sus mismas características, o sea, un jeta mentiroso. Este sujeto no se merece ni una línea más. Francia, por otro lado, aprueba la ley que limita el acceso de los no vacunados a locales de ocio y restauración (un test negativo de covid-19 deja de servir para acceder a lugares públicos cerrados, de manera que solo se podrá entrar inmunizado). Ahora habrá que estar expectantes a ver cuánto tardan los demás países europeos en poder hacer lo mismo.
¿Será verdad eso de que las Comunidades Autónomas han cambiado el chip y ya no nos dictan la lista de muertos e infectados cada mañana como si de la lista de los caídos en la guerra se tratase?
Lunes, empieza la semana, a ver qué nos depara. Por lo pronto una noche de mal dormir, a las 2:00am ya despierto. ¿Qué habrá que hacer para engañar al cerebro y que los domingos por la noche piense que es la noche del jueves? Necesito más tiempo para mi, la vida me devora.
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Chopin, *Fantasía Impromtu, Op.66.
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