Se acerca el final de las navidades y por ende el de mis vacaciones; ya la cabeza empieza con la cuenta atrás, y les aseguro que yo no he apretado el botón del cronómetro. 2022, un nuevo año enterito por delante, lleno de expectativas, de intriga, ¿de optimismo? Yo quisiera que fuera "el año", pero a saber qué nos depara. Al menos lo voy a intentar. Lo bueno, si cabe, es que las semillas están ya plantadas desde el año anterior, aquel 2021 que siguió al perdido 2020 que tanta desgracia nos trajo.
Yo llevo cruzando los dedos desde el primer minuto después de las 12 campanadas.
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