¿Todavía puede quedar alguien que me pregunte en serio por qué me revuelve la Iglesia Católica? Pensar que gentuza como este fulano es la que lleva las riendas... La intransigencia es tal que me río cuando se meten con el fundamentalismo islámico, ¿pero cómo se atreven? Sólo espero que en estos tiempos oscuros por los que pasamos, y no sólo por la dichosa crisis- el PP y su aliada no logren cargarse todos los logros sociales adquiridos incluso desde los tiempos de Franco. Y lo que más risa me da -río por no llorar-, es que encima esta gente reciba millones de euros (10.000.000.000€) del Estado para continuar con su apología reaccionaria, su anacronismo, su intolerancia. Me pregunto qué pensarán las mujeres al respecto, y las viudas, las madres solteras, los viudos o simplemente la gente con dos dedos de frente.
Mundo cretino.
“Herodes vive y quiere mentalizar a nuestros niños”, dice el obispo de Córdoba
El obispo de Córdoba carga contra la “ideología de género” en una pastoral.
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/01/03/andalucia/1357215186_620952.html
El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, se siente cómodo apareciendo en los medios de comunicación. Sabe perfectamente cuáles son los temas con más resonancia y su empeño en hablar de sexo y género le ha llevado a aparecer numerosas veces en los titulares. Si hace un año señalaba a los medios y a las escuelas por incitar a la fornicación, ayer arremetió duro contra lo que llamó “ideología del género”, donde incluyó al feminismo y a los movimientos que reconocen el derecho individual a elegir el propio sexo y la orientación del mismo. De paso, también acusó a esta ideología de estar detrás de los abortos y volvió a arremeter contra las escuelas donde, según dice, “se hace un daño terrible a los niños”.
El ataque se produjo, como suele ser habitual, en forma de carta. Cada jueves, el obispo remite una misiva a sus fieles. En la última, titulada “La ideología de género rompe la familia”, Fernández usa las palabras de Benedicto XVI para criticar que “el sexo ya no es un dato originario de la naturaleza, que el hombre debe aceptar y llenar personalmente de sentido, sino un papel social del que se decide autónomamente, mientras que hasta ahora era la sociedad la que decidía”.
Apoyándose en una cita de Simone de Beauvoir —“mujer no se nace, sino que se hace”—, el obispo concluye que esto significa que el sexo es aquello que uno decide ser. Y por tanto, “ya no valdrían las ecografías que detectan el sexo de la persona antes de nacer. Esperamos un bebé. ¿Es niño o niña (…) No. Lo que vale es lo que el sujeto decida. Si quiere ser varón, puede serlo, aunque haya nacido mujer. Y si quiere ser mujer puede serlo, aunque haya nacido varón. No se nace, se hace. Al servicio de esta ideología existen una serie de programas formativos, médicos, escolares, etc. que tratan de hacer tragar esta ideología a todo el mundo, haciendo un daño tremendo en la conciencia de los niños, adolescentes y jóvenes”.
"Feminismo radical"
Acto seguido, y siguiendo la lógica del texto, es el turno del movimiento feminista: “De aquí viene un cierto feminismo radical, que rompe con Dios y con la propia naturaleza, tal como Dios la ha hecho. Un feminismo que se va extendiendo implacablemente, incluso en las escuelas. La Iglesia católica es odiada por los promotores de la ideología de género, precisamente porque se opone rotundamente a esto”.
Por todo ello, Demetrio Fernández considera que la libre elección de la propia sexualidad y orientación deviene en un ataque contra la familia tradicional, y usando la figura de Herodes, la acusa además de estar detrás del aborto. “Dios quiere el bien del hombre, y por eso ha inventado la familia. Aunque la ideología de género intenta destruirla, la fuerza de la naturaleza y de la gracia es más potente que la fuerza del mal y de la muerte. La familia necesita la redención de Cristo, porque Herodes sigue vivo, y no solo mata inocentes en el seno materno, sino que intenta mentalizar a nuestros niños, adolescentes y jóvenes con esta ideología, queriendo hacerles ver que hay otros tipos de familia”, escribe.
Para concluir, Fernández hace un canto a la familia tradicional usando como ejemplo a Jesús y sus padres. “¡Qué bonita es la familia, tal como Dios la ha pensado! (…) La familia de Nazaret, compuesta por Jesús, María y José, es una oportunidad para reafirmar que sólo en la familia, tal como Dios la ha instituido, encuentra el hombre su pleno desarrollo personal y, por tanto, la felicidad de su corazón. En la familia está el futuro de la humanidad, en la familia que responde al plan de Dios”.
“La incitación a la fornicación es continua en los medios de comunicación, en el cine, en la TV, incluso hasta en algunas escuelas de secundaria, dentro de los programas escolares”. Demetrio Fernández, obispo de Córdoba, publicó estas líneas el 12 de enero del año pasado en su carta semanal. El texto, titulado “Huid de la fornicación”, era crudo y directo. Y así es como siempre se expresa el obispo, sin perder nunca la sonrisa y un tono de voz tranquilo y casi conciliador.
Pero siempre que expresa sus opiniones lo hace a sabiendas de las reacciones. Y se reafirma en que siempre se basa en la Biblia o en los textos de los papas. “El Evangelio es sal y la sal escuece”, suele decir. Fernández llegó a comparar el asesinato de Ruth y José a manos de su padre con el hecho del aborto en España.
El tema del género que trató ayer es una constante en la relación epistolar que Fernández mantiene con los fieles. Siendo obispo de Tarazona escribió: “Uno no elige su propio sexo, por más que lo diga el Parlamento. Sea cual sea su inclinación (...), debe aceptarse a sí mismo como es y debe vivir su sexualidad en un clima de castidad, que le enseñe a amar gratuitamente”.
Fernández nació en Puente del Arzobispo (Toledo) en 1950, se licenció en Teología Dogmática en la Pontificia Gregoriana de Roma, ha sido profesor de Cristología en el Instituto Teológico San Ildefonso de Toledo y ha sido miembro de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe, antes conocido como Tribunal de la Inquisición.
La Unesco tiene un plan para "hacer que la mitad de la población mundial sea homosexual"
Esta sorprendente declaración pertenece al obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, y fue pronunciada durante la celebración el pasado 26 de diciembre en esta ciudad andaluza de la Fiesta de la Sagrada Familia. Una homilía colgada en fin de año en la página web del Servicio para la Comunicación de los Obispos del Sur de España.
El prelado afirmó en su sermón que el cardenal Ennio Antonelli, presidente del Consejo Pontificio para la Familia, del Vaticano, le había comentado "hace pocos días en Zaragoza que la Unesco tiene programado para los próximos 20 años hacer que la mitad de la población mundial sea homosexual". Y, según el enrevesado razonamiento de Fernández, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura emplea "distintos programas" para ir "implantando la ideología de género, que ya está presente en nuestras escuelas".
El obispo cordobés afirmó que esta ideología de género promulga que "uno no nacería varón o mujer, sino que lo elige según su capricho, y podrá cambiar de sexo cuando quiera según su antojo". Para el prelado, se trata del "último logro de una cultura que quiere romper totalmente con Dios, con Dios creador, que ha fijado en nuestra naturaleza la distinción del varón y de la mujer".
Los prelados andaluces difunden en la mencionada web sus cartas pastorales, que frecuentemente incluyen polémicos mensajes. A principios de diciembre, el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, pidió a los fieles que apagaran el televisor para que no les "arrollen los criterios paganos e, incluso, anticristianos".
Demetrio Fernández, obispo de Córdoba, ha remitido hoy su carta semanal acusando a los medios de comunicación y a algunos centros docentes –sin especificar ni aportar dato alguno- de incitar a la fornicación. Según la definición de la Real Academia Española, fornicar es “tener ayuntamiento o cópula carnal fuera del matrimonio”. La misiva, titulada Huid de la fornicación, cita una de las cartas de San Pablo a los corintios. “Impacta escuchar tan directamente esta palabra en la liturgia de este domingo”, reconoce el obispo al inicio del escrito. “Parece dirigida especialmente a nuestro tiempo, donde la incitación a la fornicación es continua en los medios de comunicación, en el cine, en la TV, incluso hasta en algunas escuelas de Secundaria, dentro de los programas escolares”, prosigue.
No es la primera vez que el obispo de Córdoba, nombrado en febrero de 2010, se descuelga con unas declaraciones de similar calibre. Un año después de ser investido escribió que la Unesco tenía un plan para “hacer que la mitad de la población mundial sea homosexual”. Fernández también avivó, al poco de llegar a Córdoba, una polémica sobre la manera de llamar a la mezquita de la ciudad, actual catedral. Propuso cambiar los carteles de Córdoba y la señalización turística para que no hubiera dudas de que la Mezquita de Córdoba es un templo cristiano.
Fernández nació en Puente del Arzobispo (Toledo) en 1950, se licenció en Teología Dogmática en la Pontificia Gregoriana de Roma, ha sido profesor de Cristología en el Instituto Teológico San Ildefonso de Toledo y miembro de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe. Siendo obispo de Tarazona (Zaragoza), fueron notorias sus duras críticas en 2008 al libro Jesús. Aproximación histórica, escrito por el teólogo José Antonio Pagola, que presentaba a su protagonista como un ser excepcional, defensor de las víctimas y ajeno a las jerarquías.
Hoy, Fernández critica en su carta la libertad sexual individual: “Una de las ideas que más se gritan con ansia de libertad es ‘Yo soy mía/mío, y con mi cuerpo hago lo que quiero”. Por contra, el obispo subraya las palabras de San Pablo: “¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo… que habita en vosotros? No os poseéis en propiedad, porque os han comprado pagando un precio por vosotros”. Tras defender el rol que juega “el Evangelio de Jesucristo (...) en todos los ámbitos de la persona, también en el campo de la sexualidad”, el obispo de Córdoba hace un canto a la castidad. “La castidad es la virtud que educa la sexualidad, haciéndola humana y sacándola de su más brutal animalidad. Cuando la sexualidad está bien encauzada, la persona vive en armonía consigo misma y en armonía con los demás, evitando toda provocación o violencia. La castidad viene protegida por el pudor. Cuando la sexualidad está desorganizada es como una bomba de mano, que puede explotar en cualquier momento y herir al que la lleva consigo”, escribe.
Una castidad que reivindica “para la persona soltera, en la que no hay lugar para el ejercicio de la sexualidad, para la persona casada, que ha de saber administrar sus impulsos en aras del amor auténtico, para la persona consagrada, que vive su sexualidad sublimada en un amor más puro y oblativo”.
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