Dos películas, dos, una muy buena, la otra inclasificable, pero buena, me rindo ante la evidencia. Club de cine anoche con cena china previa: pollo con ajo, pato pekín, arroz tres delicias y rollitos de primavera para cuatro personas. La elección, de Gloria esta vez ¡por fin!, fue "Happiness", inclasificable como dije, dura, cruda, directa, desasosegante e inmisericorde, para usar la misma palabra de Gloria; una película donde casi casi nos encontramos de todo: infelicidad manifiesta, a pesar de su metafórico título, sexo, amargura, mentira, hipocresía, vacío, pederastia, suicidio y un guión directo, ágil y fuerte, pero que aún con todos estos ingredientes sigue siendo imposible de clasificar. Al final vuelve a ser una película como una ópera, o la amas o la odias, no hay punto medio.
Hemos visto, entre ayer y hoy, la estupenda película "El exótico hotel Marigold". En ésta acabas adorando a los huéspedes del hotel, cada uno con su personalidad (todos excelentes actores), sus vivencias, sus luces y sus sombras. Una película de amor que nos habla de la madurez, de la felicidad al fin y al cabo, bajo la luz y el olor de un país como India, con su ritmo tan frenético para algunas cosas pero tan lento para otras. Un país que te transmite optimismo y con el que terminas reconciliándote. Todos magníficos, aunque Maggie Smith soberbia, como siempre.
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