Ses Illetes, Formentera
GONZALO AZUMENDI - 21/09/2011
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Diez rincones de un país sin paragón que explican por qué casi la mitad de los españoles no se ha molestado en pisar el extranjero
LAURA GARRIDO - 21/09/2011
Un país turístico, pero poco turista. En España, uno de cada diez habitantes no ha salido de su provincia y el 48% no ha pisado el extranjero, según un estudio de la UNED. Ruinas romanas fuera de Italia, tomarle el pulso al arte moderno sin trasladarse a Nueva York y playas de estampa caribeña sin cruzar el charco. Diez propuestas de turismo local que ahorran horas infinitas de trayecto y presupuestos desorbitados. Ya lo dice el sabio refranero español: "como en casa, en ningún sitio".
01 El Caribe en el Mediterráneo
¿Playas de perenne agua turquesa sin cruzar el charco? Las imágenes paradisíacas comunes bien podrían ser las de la pequeña de las Baleares. Sin un presupuesto a la altura de una luna de miel, la idílica Formentera suma a sus arenales de catálogo caribeño el encanto de una costa pacífica sin hordas de turistas. Calas perdidas con esa luz refulgente que se despliegan a partir del pequeño muelle de Es Caló. O más animadas como la playa del Arenals. Rememorar la película de Lucía y el Sexo en el Cap de Barbaria al caer la tarde y terminar la noche con un chupito del intenso licor de hierbas de la Fonda Pepe, en el pueblo de Sant Ferran.
02 Safari relajado por la Sierra de Cazorla
No hay manadas de leones como en los impresionantes parques africanos. Pero los perseguidores de animales valoran ser testigos de la berrea de los ciervos. Es a principios de otoño cuando los machos persiguen a las hembras y se baten en duelo para exhibir su poderío. El bramido y el entrechocar de los cuernos resuenan entre los valles de la Sierra de Cazorla. Espacio popularizado por Félix Rodríguez de la Fuente que embelesa también a los amantes de la naturaleza vegetal. Tonos amarillos, rojos y naranjas se apoderan del paisaje con frutillos silvestres que puntean el monte y que, además de dar color, son la despensa de muchas aves llegadas del norte de Europa para pasar aquí el invierno.
03 Salvaje fondo marino en El Hierro
Fondos marinos con características geográficas peculiares, buen clima casi todo el año y certámenes de fotografía bajo el mar con renombre internacional. No se puede compara con la mexicana Riviera Maya ni la fauna de las Islas Galápagos. Pero cuenta con la mención de Reserva de la Biosfera por si quedaba alguna duda sobre la calidad de las aguas de El Hierro, en Canarias. Más alejada de la Península, pero aún sin cruzar la frontera nacional, la conservación de su patrimonio natural es tan importante que presume de que será la primera isla del mundo en autoabastecerse con energías renovables. El submarinismo está muy presente: doce centros de buceo en un entorno apenas habitado por unas once mil personas. Acercarse a la joya más desconocida de Canarias debe incluir una visita al Mirador de la Peña, diseñado por César Manrique, con unas magníficas vistas al Valle del Golfo.
04 Gladiadores romanos en Cuenca
Jordania, Líbano, Turquía, Croacia e Italia. Referentes de antiguos imperios romanos que siguen fascinando y que en España tienen presencia más allá de Mérida. El parque arqueológico de Segóbriga, en Cuenca, fue descrito por Plinio, que hablaba de la riqueza de sus minas. Un motor económico que convirtió la zona en punto de referencia para la vida urbana al modo romano. Había un teatro, termas públicas, templos, mercados... Hoy un recorrido formativo, mp3 incluido, permite recrear la antigua ciudad que representaba en su anfiteatro, con capacidad para seis mil personas, las luchas de gladiadores miles de años atrás.
05 'Spa' con vistas a la playa de la Concha
Donosti ya fue descubierta por la reina María Cristina como retiro curativo. La eligió como centro de descanso cuando el médico le recomendó baños del mar. Su carácter saludable se combina en el balneario de La Perla con la elegancia más genuina heredada de belle epoque donostiarra. Pioneros en Europa en técnicas de talasoterapia, cualquier mal se alivia en un jacuzzi panorámico con vistas a la bahía de La Concha.
06 Doble cima catalana
Al no ser un tresmil, La Forcanada es una cima menos visitada que sus hermanas Pedraforca o Els Encantats. Sin embargo, los escaladores la reconocen por su doble cima visible desde los valles que quedan a sus pies, Artiga de Lin, Hòro o Aigüalluts. Pico irresistible dentro del territorio catalán que alcanza los 2.881 metros, aperitivo montañero para los que sueñan con los Alpes o el Himalaya. Su naturaleza, en parte caliza, ha contribuido a que haya sido tallada con un relieve original frente a las cumbres de su entorno.
07 Un pequeño Colca en Galicia
El impresionante Valle del Colca, en Perú, bien merece una expedición para pisar el hábitat del cóndor andino al menos una vez en la vida. Mientras engorda el bolsillo y se supera el miedo a las alturas, para hacerse a la idea de la inmensidad del desfiladero más profundo del mundo, una muesca con sello nacional podría ser la gallega Ribeira Sacra. Un camino místico encajonado entre el Miño y el Sil en el que han quedado impresas las huellas de antiguos monjes medievales. El paisaje está tapizado en algunas zonas con viñedos de viejas cepas, esas inmortales de baja producción y suprema calidad, aferradas en bancales de vértigo.
08 El Raval marca tendencia
De zona marginal a barrio de moda con tres centros de arte que casi se tocan. En el Raval, a un lado de las turísticas Ramblas barcelonesas, el Macba y el Fad (Plaça dels Àngels), además del CCCB (Montalegre, 5), marcan la última hora en el mundo del diseño y el arte contemporáneo. Un paseo recomendable incluso al caer la noche, pues su peculiar iluminación realza el encanto de la plaza tomada por el frenético movimiento skater. Jóvenes con sus tablas muestran su particular exhibición de arte. Un recorrido que abre la mente para, más adelante, poder comprender al detalle las obras de museos referentes como el Moma que espera en Manhatthan o el Tate Modern de Londres. Mientras tanto, el primer vistazo puede hacerse desde el sofá de casa a través de Google Art Project.
09 El encanto de la Milla de Oro
Las grandes ciudades tienen una calle comercial que deslumbra con grandes firmas de lujo y en la que apenas sobrevive el encanto de tiendas de antaño. Desde la Quinta Avenida neoyorkina a Causeway Bay en Hong Kong. Madrid conserva en la milla de oro, entre Chanel, Dior y Tiffany, boutiques tan elegantes como exclusivas. Diseños por encargo para madres e hijas en Uvas de Fresa (Claudio Coello, 19), joyas que encandilan a Lady Gaga en Oh my God (Serrano, 76) o el universo del zapato plano en Pretty Bailarinas (Lagasca, 30). Desde las de alta gama adornadas con cristales de Swarovski a las plegables para llevar en el bolso que socorren a los pies doloridos en noches de fiesta.
10 Gastronomía sin competidor
Si hay algo destacable en España que no puede faltar en este decálogo es la gastronomía. De norte a sur, grandes chefs y expertos en nutrición alaban la dieta mediterránea. Cualquier semanal televisivo de expatriados refleja cuánto se echa de menos el jamón de la tierra o la tradición de las tapas, que se desarrolla con más que arte en Granada, por poner un ejemplo. Un trago no se concibe sin un acompañamiento en forma de huevos rotos, croquetas o caracoles. O en versiones más sofisticadas como una brochetas de pollo. Apurar lo que queda de buen tiempo de bar en bar compartiendo una tradición casi forma de vida granadina, no tiene parangón.
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