domingo, 11 de septiembre de 2011

10 AÑOS VIAJANDO

¿Os acordáis de cuando viajar en avión era cómodo, glamuroso y divertido? Qué tiempos.
EL VIAJERO ASTUTO
 
La obsesión por la seguridad tras los ataques terroristas del 11-S cambió para siempre el transporte aéreo. Aquellos atentados iniciaron una serie de acontecimientos en cadena cuyas consecuencias perduran. Transitar por un aeropuerto se ha convertido en una experiencia desagradable: controles, chequeos, escáneres corporales, cinturones desabrochados, pasajeros descalzos, malos modos… situaciones que eran inconcebibles antes de los atentados y que ahora se ven como algo normal.
La trama para atentar contra aviones de pasajeros con explosivos líquidos camuflados en bolsas de mano descubierta en Londres en agosto de 2006 empeoró aún más las cosas. Se adoptaron nuevas medidas de seguridad, mucho más drásticas, en todos los aeropuertos británicos, medidas que después se extendieron al resto de la Unión Europea. Las nuevas normas obligaron a duplicar en España el número de vigilantes en aeropuertos, y a emprender una campaña divulgativa que costó siete millones de euros.
Desde entonces, los líquidos o geles no pueden pasar los controles en el equipaje de mano, excepto si se llevan en botes de 100 mililitros máximo separados y metidos en bolsas de plástico transparente. Los que no vayan así pueden ser requisados en los controles.
Quedan libres de restricciones los alimentos para bebés y los medicamentos, aunque han de ser declarados en los puntos de control, y los productos comprados en las tiendas de la zona de seguridad de los aeropuertos.
Todos los pasajeros que acceden a las zonas de embarque han de pasar un control de seguridad, atravesando un arco detector de metales y pasando su equipaje de mano y el resto de los objetos que lleven consigo (abrigos, chaquetas, móviles, llaves) por un equipo de rayos-X.
Los ordenadores y equipos electrónicos grandes deben pasar por la máquina de rayos X fuera del equipaje de mano y de sus fundas. Se recomienda quitarse los cinturones antes de pasar por los arcos detectores de metales.
Además, los pasajeros pueden ser sometidos a inspecciones manuales aleatorias continuas. El personal de seguridad también puede solicitar a los pasajeros que se descalcen para inspeccionar su calzado.
Los pasajeros que por motivos de salud lleven implantes (marcapasos, implantes cocleares, etc.) o aparatos como prótesis metálicas deberán indicar su situación especial al personal de seguridad antes de pasar por los arcos detectores, para que sean inspeccionados manualmente
La arbitrariedad de los controles ha dado lugar a situaciones absurdas, como la ensaimada rellena de crema que podía viajar de Mallorca a Berlín, pero no de Berlín a París. También se han dado casos de peregrinos a Lourdes que han tenido que desprenderse de sus Vírgenes llenas de agua, pasajeras a las que se les ha ordenado quedarse en sujetador delante de todo el mundo y personas con piernas ortopédicas obligadas a quitarse la prótesis y pasarla por el escáner de rayos X.
A bordo las cosas no mejoran. Mientras que los españoles se vuelven cada vez más altos, el espacio entre las filas de los asientos del avión en clase turista es cada vez más estrecho.
Viajar en avión ha dejado de ser un lujo, y no sólo por los vuelos de bajo coste. El pasajero de clase turista tiene que bregar con cuestiones como llevarse encima el bocadillo o, en los vuelos de larga distancia, realizar una tabla de ejercicios para que no se le duerman las piernas. Beber y comer a cuenta del billete es ahora un privilegio reservado a los pasajeros de business o de primera clase (la mayoría de las compañías ha sustituido las comidas gratuitas por un menú de pago en sus vuelos de corto y medio alcance). La separación entre las filas de asientos de la clase turista de la mayor parte de las compañías en vuelos intercontinentales, por ejemplo, es de alrededor de 81 centímetros frente a los holgados 152 centímetros de distancia que hay entre las filas de butacas de la clase Business o las camas que ya ofrecen a sus pasajeros VIP algunas compañías.

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