Mi madre estudió en el colegio de la Asunción, como tantas mujeres de su época en Santa Cruz de Tenerife. El colegio, en el corazón de la rambla que atraviesa la ciudad completamente, era un edificio neogótico (más bien con ínfulas góticas), con unos jardines increíbles que lo rodeaban, grandes árboles, terrazas, etc. Con el tiempo los avispados políticos de turno llegaron a un acuerdo con las monjas y las estafaron -todo muy legal, eso sí-, de manera que ellas se desprendieron del colegio, reclasificaron los jardines de manera que se construyó un hotel-escuela, se reconvirtió el gran edificio docente en "Parque Cultural" que incluía salón de actos y se volvieron a abrir los jardines. Con el tiempo el desinterés manifiesto por la cultura de los políticos, o de los políticos por la cultura, ha dejado morir el edificio hasta convertirlo en lo que es ahora, una ruina; una ruina en el centro de Santa Cruz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario