Buena ocasión la de salir del cine para regalarnos una cena entre amigos; emplazados quedamos pues en el restaurante libanés de la C/ Pablo Iglesias en La Laguna. Humus, coliflor, berenjena y pinchos de pollo, buena conversación sobre lo humano y lo divino, más humano, menos divino, más político. A las 11:30 estaba ya subido en la moto, pertrechado con casco y guantes, con tan mala suerte que se me engancha el cordón de mi tenis derecho en una pieza del motor, pierdo el equilibrio y me caigo sobre la acera, por el lado derecho, moto encima incluida aplastándome el tobillo del pie- En estas circunstancia no sé yo si paso más vergüenza por el espectáculo que por el dolor en sí. Me ayudan a levantar la moro, que afortunadamente no es muy pesada, y raudo me despido después de asegurar que las marcas que tengo en mi blanco tobillo no tienen importancia. Llego a casa dolorido, me acuesto y a otra cosa mariposa.
Esta mañana ya estaban las perras dando la lata a las 8, desesperadas para que les abriera la puerta del jardín, de manera que dormir relajado se hace una tarea dificultosa. Y mientras las perras corretean por el césped me decido a una segunda incursión a mis kioskos a ver si daba hoy con tan ansiada revista. Chaqueta, casco y guantes. Resultado: "Revista de libros de la Fundación Caja Madrid", nº177 y "Qué leer", nº168.
¿Ven qué fácil es hacerme feliz?
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