Este sábado me he cruzado con una piedra
en el camino, literalmente, de esas que están
ahí porque sí, esperando agazapadas al pardillo de turno. Yo.
Camino del segundo
café de la mañana, sin prisa y con el supermercado como meta, escucho una
pequeña explosión en la rueda delantera derecha seguido de un sonido
constante y rítmico. En eso momento me vienen a la cabeza: ¿rueda de repuesto? ¿teléfono de la
grúa? ¿coche bien aparcado mientras dure la espera?
Llamada de
teléfono, musiquita, cuestionario online... SMS donde me indican desde nadiesabedónde que la grúa viene en camino e incluso me mandan el enlace para
saber la ubicación exacta
de la misma, porque saben que el que espera desespera. El operario, con
mano experta, sube el coche en un par de minutos y me da amena conversación
mientras nos trasladamos hacia el taller. Rueda muerta, café
en la mesa y yo, de nuevo, a la espera. El supermercado se
me resiste, según parece.
Feliz sábado.
♫
Dimitri Tiomkin, *Sólo ante el peligro (BSO).
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