Tle Lord of the Rings, *Flaming Red Hair.
Cuando era niño, y ya adolescente, odiaba ser pelirrojo. En aquella época aún había ignorantes que te tocaban la cabeza porque daba suerte, u otros que pensaban lo contrario y tocaban madera. En el colegio había pocos pelirrojos, en mi clase yo era el único, de manera que crecí siempre con el sambenito del que llamaba la atención por el pelo y por las pecas. Con el tiempo ya ni pelo, ni rojo ni pecas casi, qué pena. Ahora que los pelirrojos gustan, que los anuncios están llenos de niños con el pelo zanahoria y piel tan rosada como la mía; ahora es cuando ya da lo mismo. Repito, ¡qué pena!
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