La boda de Luis Alonso o La noche del encierro, Sainete lírico en un acto, dividido en tres cuadros, en verso. Libro de Javier de Burgos, Música de Gerónimo Giménez. Estreno: 27 de enero de 1897, en el Teatro de la Zarzuela, de Madrid. Acción en Cádiz, barrio de Puerta de Tierra, hacia 1840.
Personajes e intérpretes principales:
Luis Alonso, maestro de baile (Julián Romea)
María Jesús, esposa de Luis Alonso (María Montes)
Grabrié (Sr. Orejón)
El señor Paco, el padrino (José Moncayo)
Argumento. Luis Alonso, un reputado y cincuentón maestro de baile, va a casarse con Maria Jesús, bonita muchacha mucho mas joven que él. La diferencia de edad preocupa al maestro tanto o más que el conocimiento de unas antiguas relaciones de Maria Jesús con Grabié. Luis Alonso pregunta a su futura esposa la situación de estas relaciones y ésta –muy influida por sus padres que ven en Luis Alonso la ocasión de casar a su hija con un excelente partido– responde que aquello se acabó, que fue una chiquillada sin mayor importancia. Grabié se entera y dolido, decide no impedir la boda pero sí, al menos, dar un buen susto a contrayentes e invitados. Con ello quedará satisfecho su deseo de venganza. La fiesta de la boda va a celebrarse al mismo tiempo que el encierro de los toros. Los invitados esperan el paso de los astados y el señor Paco hace alarde de sus conocimientos y aptitudes taurinas..., mientras los toros no están a la vista. Grabié irrumpe violentamente en la escena anunciando que los toros se han desmandado y que corren alocados por todas partes, repartiendo cornadas a diestro y siniestro sin reparar en edades, sexo o condición. Los invitados huyen despavoridos en todas direcciones y el mismísimo Luis Alonso se tira por una ventana, abandonando a su suerte a Maria Jesús; circunstancia que aprovecha Grabié para reprochar a la novia su conducta y su olvido. Restablecida la calma, vuelven los invitados a sus respectivos lugares. Regresan todos menos Luis Alonso que ha sufrido un fuerte golpe en su aparatosa huida y ha de ser llevado por dos hombres, sentado cuidadosamente en una silla. El accidente no es grave, pero el lugar de las lesiones no parece augurar a la pareja una noche de bodas adecuada. Posterior a El Baile de Luis Alonso, de los mismos autores y que había sido estrenada en año anterior, La boda de Luis Alonso, es anterior, en cuanto al desarrollo de su tema, pues si en la primera el matrimonio Alonso goza de fama envidiable gracias a su Academia de Baile, en la segunda asistimos a la ceremonia matrimonial de los protagonistas. Este sainete comienza con unos compases bailables que dan paso al cuarteto “Entren usté, señores”, en el que se nos informa de la inmediata celebración del casamiento. Intervienen, a continuación, María Jesús y Luis Alonso que canta “Mariquilla querida”, un número con claras alusiones al cante flamenco. El desarrollo musical de la obra continua con el famoso intermedio que ha trascendido hasta nuestros días convirtiéndose en pieza autónoma, plena de riqueza y colorido orquestal y que constituye una excelente carta de presentación del “músico del garbo”, calificación que Vives aplicaba al maestro Giménez. La breve partitura sigue con el celebre número del baile en el que Luis Alonso coloca adecuadamente a las parejas que han de bailar unas boleras, danza del siglo XVIII, que ya se apuntaba en el preludio. Un breve final orquestal pone fin al sainete. Si los números musicales son pocos, el argumento tampoco resulta demasiado complicado y sigue las tradicionales líneas marcadas por la pareja feliz y el desairado amante que, en esta ocasión, se contenta con gastar una pesada broma en lugar de dar origen a la habitual escena trágica que tanto aparece en óperas y zarzuelas. Giménez, hábil e inspirado compositor, realizó para esta breve obra una música excelente y de características muy personales, incluyendo materiales folclóricos como las boleras ya citadas que se bailan en el tercer y ultimo cuadro. La boda de Luis Alonso fue dedicada al presidente y a los socios de la Sociedad Casino Gaditano.
Lucero Tena (*1938, Durango, México) es una bailarina de flamenco de origen mexicano que reside en España desde 1958. Integró la compañía de Carmen Amaya y posteriormente creó su grupo de flamenco. Excepcional «Bailaora» es asimismo una extraordinaria ejecutante de castañuelas en la interpretación de obras clásicas. Joaquín Rodrigo le dedicó sus Dos Danzas Españolas en 1966 y ha trabajado con grandes directores de orquesta como Mstislav Rostropóvich, Rafael Frühbeck de Burgos, Jesús López Cobos, Sergiu Comissiona, Franz-Paul Decker y Miguel Ángel Gómez Martínez. Es profesora del instrumento en el Conservatorio de Madrid.
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