Hoy almorcé en casa de mi segunda familia. Ellos dicen que soy su hijo/hermano postizo y yo me siento como tal, por lo que mejor diré que hoy almorcé en casa de mi familia postiza. Aparte de la comida, que como siempre estuvo a la altura, Menchu me sorprendió con un regalo que me había dejado una de sus amigas más fieles para mi. Se trataba de varios recortes de periódicos del año 1973 -yo con diez añitos por aquel entonces- del periódico El Día, en un formato imposible, por grande y aparatoso, muy doblado y amarillento. En esta hoja, por ambas caras, se hablaba de la muerte del hermano de mi abuela Hermin, o sea de mi tío Juan, NIJOTA. De él heredé, en vida, su máquina de escribir que está colocada orgullosa junto a mi modesta biblioteca, acompañada desde hace poco de la primera máquina de escribir de mi padre, más sobria pero también con su historia. Junto a estos artículos sobre mi tío, escritos por amigos y admiradores, me habían guardado también la invitación para la inauguración de su monumento en La Laguna, de lo que hablé ya hace algún tiempo:
¿Lo mejor? su "autorretrato" recuperado en el interior de la invitación y que coloco aquí junto con las demás joyas. Leerlo es conocerlo. Conocerlo es quererlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario