Ben Lamm, fundador de la primera empresa de ‘desextinción’ de especies: “Para 2028 tendremos los primeros mamuts lanudos”
El líder de Colossal asegura que su tecnología servirá para recuperar ecosistemas, pero también para crear vientres artificiales para embriones humanos.
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Ben Lamm es el rostro comercial de la desextinción, un proceso que busca devolver a la vida a animales como el mamut lanudo, el tilacino y el pájaro dodo. Lamm (41 años, Austin, Texas, Estados Unidos) se describe como un “emprendedor en serie”: fundó por lo menos unas cuatro start-ups tecnológicas exitosas en la última década. Entonces, ¿por qué dejarlo todo y dedicarse a perseguir un sueño que para algunos parece de ciencia-ficción?
Desde su casa en California, Lamm responde por videollamada que lo que más lo motiva es la idea de poder restaurar los ecosistemas y descubrir nuevas tecnologías en el proceso. Y ha logrado convencer: Colossal, la empresa que fundó y dirige con ese objetivo, se ha convertido en la primera gran empresa de este nuevo sector a nivel global. Entre sus inversores, figuran personalidades como la empresaria Paris Hilton, Thomas Tull (dueño de la empresa que creó la franquicia Parque Jurásico) y los gemelos Winkleboss (inversores originales de Facebook), que le llevaron a recaudar 75 millones de dólares (68 millones de euros) para sus objetivos. También cuenta entre sus filas con prestigiosos genetistas de todo el mundo, como George Church o Beth Shapiro. Pero a pesar del apoyo de estos científicos, las millonarias inversiones y el optimismo que muestra en la entrevista, muchos especialistas ponen en duda la viabilidad de sus afirmaciones.
Pregunta. ¿De dónde salió la idea de clonar animales extintos como negocio?
Respuesta. Me apasionan mucho los temas del cambio climático y la biología sintética. Pienso que esta segunda herramienta, junto a la ingeniería genética, se puede utilizar para solucionar algunos de los enormes problemas que tenemos. Hace unos años contacté a George Church, que es posiblemente el padre de este campo, y le empecé a hacer preguntas sobre cómo podríamos combinar inteligencia artificial y biología sintética. Después de eso, le pregunté en qué estaba trabajando en ese momento. Me respondió que estaba investigando tecnologías de desextinción. Estaba viendo formas de traer al mamut lanudo de nuevo a la vida para reintegrarlo en el ecosistema ártico y después quería emplear esas tecnologías para la conservación ambiental. Quedé fascinado. Estaba completamente enamorado de la idea y dejé los otros proyectos que tenía para dedicarme a esto.
P. ¿Cómo convenció a otras personas de que este proyecto era viable?
R. Lo importante del proyecto es que para traer a un animal de vuelta de la muerte se tienen que crear una serie de sistemas. Tienes que producir sistemas que analicen genomas. Después debes mejorar la tecnología que sintetizará genes y luego te permita editarlos. Finalmente, se tienen que producir tecnologías de reproducción asistida para los embriones. Es como la carrera lunar. En ese momento parecía una idea extraña, ¿cierto? Y así se lo presenté a los inversores, para que entendieran que en el camino a resolver el problema produciríamos nuevas tecnologías.
P. ¿Se podría decir que la desextinción es una excusa para buscar nuevas tecnologías?
R. No sé si usaría la palabra excusa, más bien oportunidad. El objetivo final es lograr la desextinción, incluso si no encontramos nuevas tecnologías. Estamos haciendo inmensos avances con todos nuestros proyectos, pero si no lográramos el objetivo final no estaría satisfecho. Tenemos que lograr ambas cosas.
P. ¿Qué harán como empresa una vez que logren la desextinción?
R. Además de la tecnología, creo que hay toda una oportunidad de hacer algo similar a los bonos de carbono [instrumento financiero derivado de la reducción de emisiones]. Recuperar la biodiversidad es vital para mantener los ecosistemas, y las tecnologías que estamos creando se pueden utilizar para esto. Creo que habrá cientos de dólares en juego para bonos de carbono y bonos de biodiversidad.
P. ¿Qué podría salir mal con esta tecnología?
R. Cuando se trabaja con nuevas herramientas como esta hay que tener mucha ética, temple y pensarlo bien. Hay que ser claro y transparente. Debes tener un equipo preparado y que sepa lo que está haciendo. Queremos enfocarnos en las especies que el ser humano está extinguiendo y no tenemos forma de recuperar de forma rápida, como los elefantes. Estos tardan mucho tiempo en reproducirse y no hay forma de asegurar que sigan existiendo sin tecnología como la nuestra. Ese es el enfoque que queremos darle. Por cierto, solo para aclarar: no es posible traer de vuelta a un dinosaurio como en Parque Jurásico [ríe]. No hay ADN. Hay aminoácidos, pero no hay ADN con el que se pueda trabajar. Se puede traer de vuelta al mamut, pero no a los dinosaurios.
P. Pero está tratando de traer especies extintas y devolverlas a la naturaleza. ¿No cree que eso puede también tener consecuencias negativas?
R. Es un buen punto. Sin embargo, lo que queremos hacer es devolver la estabilidad a los ecosistemas con la desextinción. La introducción por parte de los humanos de especies invasoras, como monos o reptiles, fue lo que destruyó el ecosistema del dodo. Cuando llegue el momento, trabajaremos con los gobiernos para determinar la forma correcta de reintroducirlo. Os garantizo que el medio ambiente se puede beneficiar si se reintroducen especies que fueron eliminadas por culpa de la influencia humana.
P. ¿Considera que alguna de las tecnologías que están desarrollando será útil a la medicina?
R. Me emociona mucho toda la tecnología de edición genética que estamos usando y desarrollando. Sin duda, todas las tecnologías con las que trabajamos tienen aplicaciones médicas y para la salud humana. Podrían utilizarse para terapia genética, por ejemplo. Por otra parte, tenemos un proyecto de vientres sintéticos que podría tener cientos de aplicaciones para la conservación. Imagina que pudiéramos crear 100 rinocerontes blancos en un laboratorio y devolverlos a la naturaleza. Sería extraordinario. Más allá de eso, incluso en el futuro podría emplearse para embriones humanos.
P. ¿Cuál es vuestro horizonte para los próximos años?
R. En unos años habremos recuperado al mamut y al dodo, pero también los habremos devuelto a la naturaleza. Tal vez estemos trabajando en alguna nueva especie, ya que esperamos haber demostrado los efectos de nuestra tecnología.
P. Entonces, ¿para cuándo tendremos los primeros mamuts?
R. Nuestra meta es que para el 2028 tengamos los primeros. Esa es la única fecha que damos y estamos bastantes seguros de que lo lograremos.
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