Uno se acostumbra a un tipo de realidad creyendo que es eterna, ¡craso error! Nada dura siempre, ni lo que creemos más seguro, los budistas lo saben bien. Impermanencia.
Pasamos por el 11-S, fecha en la que el mundo cambió, como antes lo había sido la Perestroika y la simbólica caída del muro de Berlín; la muerte de Isabel II que siempre vivió con nuestra generación, algunos suicidios inesperados de quien menos te imaginas, la pandemia de COVID, etc. Ahora nos encontramos con la guerra de Ucrania, la normalizamos porque no hay otra manera de digerir las cosas en el mundo de hoy. Reza EL PAÍS: Zelenski celebra la recuperación de decenas de localidades mientras sus tropas son bienvenidas por los habitantes que han vivido bajo la ocupación. "Bajo la ocupación", una frase que suena a 2ª Guerra Mundial, a nazis, a Afganistán, no a 2022. Pero sí, ocurre hoy, octubre de 2022, siglo XXI.
No podemos bajar la guardia, hoy disfrutamos de un país democrático, vivimos en el primer mundo, comemos y somos felices, tenemos paz. ¿Pero mañana? Chi lo sa.
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