Encontrar un grupo para viajar que funcione de maravilla no es fácil, aunque tampoco imposible. Nosotros lo hemos logrado, de verdad. Nos reunimos pro primera vez en Nueva York y todo fue sobre ruedas, nevada espectacular incluida. Ahora lo hemos vuelto a lograr, esta vez en Atenas y con un viajero añadido, un niño. Una nueva experiencia para contar, un compañero del 10, adaptable, impresionable y con esos ojos con los que los niños ven la vida. Nos aportó la felicidad de la niñez y la energía la atesoramos durante todo el viaje.
Ahora P tiene un nuevo cometido, pensar en el próximo viaje de "La Comunidad de los 7".
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