El olor del dinero lo corrompe todo, familias, amigos, la vida. Es imposible escupir para arriba ni decir jamás de esta agua no beberé, ¡craso error! Cuando uno se imagina una vejez tranquila, recogiendo las mieles, leyendo, paseando, aparecen los tiburones (hasta en las mejores familias, dicen), se abre la caja de Pandora, y ya no hay vuelta atrás. Otra de las razones para convencerse de la existencia del karma.
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