sábado, 16 de noviembre de 2013

LA AZUL

Durante el Gobierno de Aznar, el Presidente impidió en varias ocasiones que el Rey visitara Cuba. 
Cuba, ¡Oh, anatema! Claro está que Aznar, en cambio, no tuvo problema alguno para recibir a Gadafi, como tampoco Zapatero. Para el Rey, tan campechano como es él, tampoco ha tenido nunca importancia verse con los dictadores de los Emiratos o Reinos del Golfo o con el dictador Hassan II, al que llamaba "mi hermano" o ahora con su hijo Mohamed VI.  
¡La diplomacia! me dirán los bienpensantes, y sé que es así, pero no deja de chirriar. Ahora el caso lo tenemos con la selección española de fútbol que, erre que erre, se ha empeñado en ir a jugar un partido a Guinea, tierra de dictadores, en este caso Teodoro Obiang. Y tampoco pasa nada. Los futbolistas se apresuran a decir que ellos solo hablan de deporte, sin comentarios. ¿Qué necesidad hay de ir a jugar a un país donde es vox populi que no se respetan los derechos humanos? ¿es que no hay más países? Aunque, dado que no se trata de una dictadura marxista, quizá sea por eso. Es que Cuba es mucho Cuba, y Guinea, bueno, no será para tanto...
En fin, qué más da otra raya más para un tigre.

PD. El PP está nervioso porque llaman a la selección LA ROJA.

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