De
'Izquierda Hundida' a la conquista de las encuestas: los cinco años de
transformación de IU
Publicado: 28/11/2013
21:45 CET
Hace cinco años Izquierda Unida
estaba sumergida en una
guerra interna entre familias por
elegir al sucesor de Gaspar Llamazares y seguía en estado de shock tras eldescomunal
descalabro electoral sufrido
en las elecciones del 9 de marzo. En noviembre de 2008, todos se vieron las
caras en una asamblea marcada por la decepción y que supuso la vuelta
del Partido Comunista al
control de la federación.
Era su particular travesía por el
desierto tras ser arrollada por el ‘tsunami
bipartidista’, como lo definió el propio Llamazares, y haber sufrido
una sangría de votos en favor del entonces atractivo PSOE al que ponía cara José Luis Rodríguez Zapatero. Entonces, apareció la
figura de Cayo
Lara.
Lara se hizo cargo de una
Izquierda Unida que había logrado tan solo dos diputados (junto a ICV) en 2008,
su peor resultado. Comenzaba una nueva historia que tuvo su primer gran examen
electoral posterior en las generales de noviembre de 2011, cuando lograron ascender
hasta 11.
Cumplida la penitencia, IU ha
pasado de ser denominada como ‘Izquierda Hundida’ a tener un grupo con
voz propia en el
Parlamento, subir cada día más en las encuestas electorales y gobernar junto al
PSOE en la Junta de Andalucía.
¿Qué ha llevado al partido a esta
posición? ¿Ha tocado techo? Algunos de los principales dirigentes de esta
federación responden a El Huffington Post y dan su visión sobre este
fenómeno político que nació en 1986 en torno a los movimientos contra la
adhesión de España a la OTAN.
UNA IZQUIERDA MÁS UNIDA
Una de las grandes conclusiones
que sacaron de aquel annus horribilis fue
que la paz interna (por lo menos en público) debía volver a la formación. Los
últimos años de Llamazares al frente de la dirección de IU se convirtieron en
un auténtico ‘pim, pam, pum’ entre las distintas fuerzas que la conforman.
Los meses previos a las elecciones
de 2008 se había escenificado la dureza del enfrentamiento en las
primarias entre el
entonces coordinador y la candidata auspiciada por el sector comunista, Marga
Sanz.
“En
contraste con la época que yo tuve la responsabilidad, han sido años más
tranquilos”, explica Llamazares, quien lo achaca a que “por una parte, el PCE
tiene una situación más mayoritaria,” y “porque los que habíamos podido tener
algún tipo de responsabilidad nos hemos integrado en la dirección y hemos
expresado nuestras diferencias con menos acritud y de manera menos crítica que
en el pasado”. Esto ha llevado, agrega el diputado, a una situación “más
amable” porque no ha habido “oposición a la mayoría”.
El que fuera líder de IU reconoce
que todo esto “ha dado una imagen pública a Izquierda Unida de un mayor
cohesión interna” debido “a un esfuerzo compartido”. Después de aquellas
elecciones de 2008, prosigue Llamazares, “se trataba de haceruna
transferencia de la dirección tranquila”.
“Era claro
que la derrota electoral significaba también una derrota desde el punto de
vista interno de nuestra estrategia y había que dar paso a nuevas mayorías y
nuevos responsables”, sostiene. Para Llamazares, se produjo una “transición
ordenada y tranquila”.
“Han sido cinco años de trabajo y
de resultados positivos”, resume el portavoz de IU en el Congreso y líder del
PCE, José Luis Centella, una de las caras más
representativas de la era de Cayo Lara. Cuando llegó al escalón más alto,
rememora Centella, tenía un apoyo de un 3% electoralmente “y una situación de
conflicto interno”, en tanto que “hoy estamos por encima del 10%, tenemos un
grupo parlamentario sólido y hay una situación de tranquilidad y trabajo
colectivo”.
El
diputado pone énfasis en que “todo el mundo ha entendido que hay que poner en
valor lo que nos une”.
Para Montserrat Muñoz -una
de las figuras con más fuerza del ‘gasparismo’ y que se ocupa en la actual
dirección del área de Política Institucional- en noviembre de 2008 “se rompió
una dinámica que durante el mandato de Llamazares fue letal, que era el
cuestionamiento constante de las decisiones que se tomaban”.
En el
nuevo capítulo que escribe desde entonces IU, las personas “en minoría” han
actuado “con más responsabilidad", en su opinión, y se ha trasladado una
imagen “de mayor cohesión”, algo que ha “fortalecido” a la federación.
LA POSICIÓN ANTE LA CRISIS,
CLAVE
En el partido (aunque no les gusta
que se les defina así) reflexionan que su
ascenso en las encuestas se
debe principalmente a que ha calado su discurso y sus propuestas en este
momento de crisis económica. “Han sido años, desde el punto de vista de los
españoles, muy complicados por la crisis económica”, relata Llamazares.
Según
Centella, “todo el mundo ha entendido que frente a una crisis muy agresiva
había que contraponer trabajo”. “Fuimos capaces de situar la crisis como el
centro de nuestro análisis cuando había gente incluso que todavía criticaba la
existencia de la misma”, explica el portavoz parlamentario, que también resalta
que ha habido durante estos años un “trabajo importante de conexión con los
movimiento sociales y con la gente que se moviliza en la calle”.
En el posicionamiento ante la
crisis Centella destaca como uno de los “elementos fundamentales” que IU fue la
primera fuerza, incluso antes que los sindicatos, que reclamó en 2008 la
convocatoria de una huelga general “frente
a una agresión tan fuerte del capital”. Otra de las posturas claves de IU,
añade este dirigente, fue el rechazo a la
modificación de la Constitución pactada por el PSOE y el PP en verano de 2011 para incluir la
estabilidad financiera. En el PSOE muchos siguen quejándose internamente de
aquella decisión, que supuso, según un destacado dirigente socialista, la
pérdida de un millón y medio de votos.
“La
alternativa fundamental de Cayo era situarnos más en la movilización y en la
lucha social. Era lo que habíamos planteado como diferenciación con el periodo
de Gaspar”, apostilla Centella.
Sobre esta
cuestión también opina Montserrat Muñoz, que afirma que “la propia coyuntura
política y la crisis han puesto en valor lo que ha sido el discurso de IU de
hace muchos años”. “Sin embargo, ahora es un discurso que se entiende mucho
mejor, que se comparte mejor por la gente”, recalca.
¿SE ROMPE EL BIPARTIDISMO?
Izquierda
Unida cree que está dando sus frutos la estrategia que diseñó en 2008, según
fuentes del máximo nivel de la dirección, y que se está produciendo un mayor
acercamiento al electorado. “Pero no se puede bajar la guardia”, advierten
desde el entorno de Cayo Lara, que valora los datos que disparan las encuestas,
pero que lanza a los cuadros del partido el mensaje de que “para nada” se
pueden “dormir en los laureles” porque todavía falta tiempo para las siguientes
citas electorales.
Izquierda Unida ha hecho pública
una encuesta -a la que llama un CIS
“sin cocinar”-que la sitúa como tercera fuerza política con 35
diputados y un 12% de respaldo electoral si hubiera hoy comicios. El Centro de
Investigaciones Sociológicas, en su
última encuesta con
intención de voto, la situaba en la cifra récord del 11,3%.
“Hemos
conseguido romper un poco la dialéctica bipartidista”, sostiene Centella. De
manera similar se expresa Llamazares, que hace hincapié en que “hay una crisis
política muy importante, con una crisis del modelo bipartidista, que se
subordina a los mercados y a la política neoliberal”.
Ello,
continúa el excoordinador, no quiere decir que sea el final del modelo
bipartidista. “Yo no daría esa pieza por cazada”, sentencia.
Montserrat
Muñoz entiende que IU está viviendo un “momento clave” como lo fue su propia
fundación por el “momento político actual y el cuestionamiento de muchos de los
mantras que ha habido durante años”. Y, además, tiene un gran “reto”: sumar a
toda la “izquierda alternativa para ser alternativa de gobierno” y que las
expectativas electorales “no sean flor de un día”.
Pero Muñoz
mira adelante: “Todavía queda mucho camino por recorrer”.
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