¿Cómo no voy a estar de acuerdo con los trabajadores de las empresas madrileñas de limpieza en sus reivindicaciones? El Ayuntamiento, con la inepta de Ana Botella a la cabeza, entrega por concurso ("concurso") la limpieza de la capital con unas bajas enormes y sin esperar que estas hicieran algo con los empleados. Ya me puse del lado de los controladores aéreos, en su momento, y ahora me pongo del lado de los barrenderos, ¿cómo no hacerlo? Si de algo nos tiene que servir esta huelga es que debemos estar siempre del lado de los trabajadores, de nuestro lado, vamos. Las empresas tienen al poder político y a los medios de su parte y, aunque sea luchar contra Goliat, no se puede permitir que mes tras mes, año tras año, los derechos adquiridos desaparezcan como por arte de magia.
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