Mi afición a la lectura se ha vuelto últimamente tan caótica como mi vida; no termino de leer "Pastoral americana" de Philip Roth, tengo a medias "Washington Square" de Henry James y llevo muy adelantado "El manifiesto negro", que cogí para leer en el último vuelo a Gran Canaria. Total, que ni una ni otra. Aunque no crean que es muy complicado, no, pues tengo un sencillo método; cada libro tiene su momento y así no se mezclan. Reconozco, no obstante, que las vacaciones son mi época preferida de lectura, ya esté en casa o de viaje, porque la desconexión del mundo es grande y me sumerjo en los libros como si se tratara del mar.
Hoy decidí que quiero leer al Charles Dickens diferente, al alejado de los dramones infantiles con final feliz, o sea quiero leer "Historia de dos ciudades".
"It was the best of times, it was the worst of times, it was the age of wisdom, it was the age of foolishness, it was the epoch of belief, it was the epoch of incredulity, it was the season of Light, it was the season of Darkness, it was the spring of hope, it was the winter of despair, we had everything before us, we had nothing before us, we were all going direct to heaven, we were all going direct the other way - in short, the period was so far like the present period, that some of its noisiest authorities insisted on its being received, for good or for evil, in the superlative degree of comparison only".
"Es el mejor de los tiempos, es el peor de los tiempos. Es la edad de la sabiduría, y también de la locura. Es la época de la fe, y también de la incredulidad, la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Lo tenemos todo, pero no somos dueños de nada, caminamos derechito al cielo pero tomamos el camino a otro lado. En fin, esta época es tan parecida a todas las épocas, que nada de lo que aquí voy a contar debería, en realidad, sorprendernos. Nada. Ni el perdón, ni la venganza, ni la muerte, ni la resurrección".
Charles Dickens. Historia de dos ciudades.
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