Pasito a pasito se van encajando las piezas desordenadas de mi vida: el coche aún no lo tengo, pero me dice el mecánico que quizá haya alguna posibilidad de condenar el compresor del aire acondicionado sin que se resienta la refrigeración y pueda funcionar de forma normal. Por otro lado esta tarde vinieron los señores del seguro a arreglar la gotera de la cocina y ¡apareció en menos de una hora! Un codo estaba desenroscado, algo tan simple, pero hasta llegar a él hubo que hacer el pequeño destrozo que se ve en la foto. Ahora debemos esperar a que se seque y, dentro de unos veinte días, colocar nuevas planchas de pladur en el dintel y parte del techo para terminar pintando. Espero que en un mes esté la cocina como nueva.
Ahora sólo resta solucionar lo del estudio, pero esa es otra historia.
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