Al inefable Vargas Llosa mejor le iría seguir escribiendo y poco más, que no le han reconocido precisamente sus parloteos (o sus cuitas políticas) sino sus palabras escritas. Venga otra vez con el dichoso proselitismo a favor de la tauromaquia. Ahora, el periódico trasnochado, monárquico y protaurino ABC, no pierde un momento para aportar su granito de arena para que no desaparezca esta vergüenza nacional de torturar a un pobre animal para goce del respetable (poco respetable para mi pues no se trata de democracia -el que quiera ir a los toros que vaya-; no, se trata de dejar que se torture a un animal o de prohibirlo. Ya antes de que me recuerden la crueldad de las granjas de pollos, ocas, cerdos o similares, pues digámoslo ¡que se termine también la tortura a los animales en estos lugares!). Primero Plácido Domingo moviendo un capote al recibir un premio en el Metropolitan de NY, ahora Vargas Llosa en Estocolmo con la montera posando para ABC. Ellos, los torturadores de animales, parece que siguen necesitando de figuras mediáticas para seguir erre que erre con sus fechorías; a los antitaurinos, pobres diablos, no nos conoce ni dios. Ahora, ¿si hubiese recibido el Premio Nobel un prócer al que o le guste la fiesta nacional y lo dijese públicamente qué pasaría? Ya me imagino al ABC llamándolo pancartero inoportuno y antiespañol.
Mundo cretino.
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