Esta tarde me concertan una cita para que los técnicos vengan a mi casa a arreglar el lavaplatos, así que raudo bajo al garaje a buscar la factura de los electrodomésticos a ver si suena la flauta y tengo de esos contratos antiguos con cinco años de garantía. Pues bien, buscando en las cajas que tengo en el garaje, que son como buscar un tesoro escondido en el mar, me encuentro con unas fotos que pensaba se había perdido entre mudanza y mudanza. Unas fotos que me recuerdan a) que el tiempo es cruel y b) que mañana me pongo a régimen (I promise!)
Entre las joyas fotográficas que encontré escanearé algunas para colocar aquí y machacarme un poco. Bueno, no dicen que más sabe el diablo por viejo que por diablo? Pues al menos habrá ganado en sabiduría a la par que en kilos, digo yo. Si es que el que no se consuela es porque no quiere. Tenemos un fin de semana en el Hotel Tecina en La Gomera -aquí con Popi, Mayi, Pilica, Isabel y Nando-, el barrio de La Boca en Buenos Aires, La Malcontenta de Palladio en Venecia (gracias Alejandro por aquella memorable excursión), con Mayi en Viena, en El Calafate y en el Perito Moreno con Adrián, en San Francisco, en Egipto... ¡Juventud, divino tesoro!
También encontré otro montoncito de fotos, éstas de un viaje navideño que hice a Nueva York hace algunos años. Frío, luces y gente, mucha gente. En los Channel Gardens del Rocjkefeller Center coincidí con algún evento televisivo presentado por el actor Edward Hermann, conocido entre otras películas por hacer de jefazo de los vampiros en "Jóvenes Ocultos" (The lost boys).
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