La televisión estadounidense despide a uno de sus iconos tras 25 años en la CNN.
DAVID ALANDETE - Washington - 17/12/2010
"No se qué decir. Sólo una cosa para ti, para mi audiencia: gracias. Y en lugar de decir adiós ¿por qué no decir hasta luego?". Con esas palabras acabó este jueves Larry King su histórico espacio de entrevistas en CNN. En su último programa, dejó el papel de entrevistador y, ataviado con una camisa negra y sus icónicos tirantes, en esta ocasión rojos, se sometió a una ronda de sorpresas. Por su programa de despedida aparecieron familiares y presidentes, compañeros de profesión y míticos cantantes. Con una última lágrima surcándole el rostro, King apagó las luces de su estudio y se marchó, 25 años después de su primer programa.
"Cuando comencé hace 25 años, en un estudio de Washington, nunca me imaginé que llegaría tan lejos ni que llegaría en estas condiciones", dijo King, de 77 años, en directo desde su estudio de Los Ángeles. "Me marcho a hacer otras cosas, como presentar programas especiales en esta casa, o hacer programas de radio o ver a mis hijos jugar a béisbol. No me van a ver desaparecer, pero tampoco me van a ver de nuevo en este mismo plató".
Por el inmediatamente reconocible plató del programa 'Larry King Live' han pasado ocho presidentes, todos y cada uno desde Richard Nixon, así que dos de ellos acudieron a su programa a despedir al presentador. Barack Obama envió un vídeo grabado en la Casa Blanca en el que le agradeció al periodista "haber abierto una ventana al mundo en los hogares norteamericanos". Bill Clinton apareció para una entrevista en directo desde su casa de Arkansas, y aprovechó para defender la última propuesta de reforma tributaria de Obama.
Sólo alguien como King es capaz de reunir en un solo plató a los tres presentadores de los tres grandes informativos de noche de EE UU, habitualmente en feroz competencia por la audiencia. Brian Wilson de NBC, Diane Sawyer de ABC y Katie Couric de CBS dejaron sus rivalidades a parte y se sentaron a la misma mesa para homenajear al veterano periodista, que estuvo en diversos momentos del programa al borde de las lágrimas. A ellos se les unió la veterana presentadora Barbara Walters.
Para King, el momento más emotivo fue cuando Tony Bennett en persona apareció en concierto desde Luisiana para despedirle con una canción: 'Lo mejor está por venir'. Tras la actuación, King sentó en su plató a su octava esposa y a dos de sus hijos, los de 11 y 10 años. Era su noche, él era el protagonista absoluto. Se le notaba descolocado. King es un periodista de la vieja escuela: siempre se quitó de en medio para dejar a sus invitados hablar profusamente a través de sucintas y certeras preguntas.
Uno de sus invitados le preguntó cuál era, después de 25 años, la pregunta que más le había servido a lo largo de tantas y tantas entrevistas. "Lo tengo claro, la pregunta es ¿por qué? Cuando le preguntas ¿por qué? a alguien le obligas a contestar con más de una palabra y, además, le fuerzas a pensar". Hablaba la voz de la experiencia, una voz que ya no se volverá a escuchar a diario en CNN, como ocurría puntualmente a las nueve desde 1985.
DAVID ALANDETE - Washington - 17/12/2010
"No se qué decir. Sólo una cosa para ti, para mi audiencia: gracias. Y en lugar de decir adiós ¿por qué no decir hasta luego?". Con esas palabras acabó este jueves Larry King su histórico espacio de entrevistas en CNN. En su último programa, dejó el papel de entrevistador y, ataviado con una camisa negra y sus icónicos tirantes, en esta ocasión rojos, se sometió a una ronda de sorpresas. Por su programa de despedida aparecieron familiares y presidentes, compañeros de profesión y míticos cantantes. Con una última lágrima surcándole el rostro, King apagó las luces de su estudio y se marchó, 25 años después de su primer programa.
"Cuando comencé hace 25 años, en un estudio de Washington, nunca me imaginé que llegaría tan lejos ni que llegaría en estas condiciones", dijo King, de 77 años, en directo desde su estudio de Los Ángeles. "Me marcho a hacer otras cosas, como presentar programas especiales en esta casa, o hacer programas de radio o ver a mis hijos jugar a béisbol. No me van a ver desaparecer, pero tampoco me van a ver de nuevo en este mismo plató".
Por el inmediatamente reconocible plató del programa 'Larry King Live' han pasado ocho presidentes, todos y cada uno desde Richard Nixon, así que dos de ellos acudieron a su programa a despedir al presentador. Barack Obama envió un vídeo grabado en la Casa Blanca en el que le agradeció al periodista "haber abierto una ventana al mundo en los hogares norteamericanos". Bill Clinton apareció para una entrevista en directo desde su casa de Arkansas, y aprovechó para defender la última propuesta de reforma tributaria de Obama.
Sólo alguien como King es capaz de reunir en un solo plató a los tres presentadores de los tres grandes informativos de noche de EE UU, habitualmente en feroz competencia por la audiencia. Brian Wilson de NBC, Diane Sawyer de ABC y Katie Couric de CBS dejaron sus rivalidades a parte y se sentaron a la misma mesa para homenajear al veterano periodista, que estuvo en diversos momentos del programa al borde de las lágrimas. A ellos se les unió la veterana presentadora Barbara Walters.
Para King, el momento más emotivo fue cuando Tony Bennett en persona apareció en concierto desde Luisiana para despedirle con una canción: 'Lo mejor está por venir'. Tras la actuación, King sentó en su plató a su octava esposa y a dos de sus hijos, los de 11 y 10 años. Era su noche, él era el protagonista absoluto. Se le notaba descolocado. King es un periodista de la vieja escuela: siempre se quitó de en medio para dejar a sus invitados hablar profusamente a través de sucintas y certeras preguntas.
Uno de sus invitados le preguntó cuál era, después de 25 años, la pregunta que más le había servido a lo largo de tantas y tantas entrevistas. "Lo tengo claro, la pregunta es ¿por qué? Cuando le preguntas ¿por qué? a alguien le obligas a contestar con más de una palabra y, además, le fuerzas a pensar". Hablaba la voz de la experiencia, una voz que ya no se volverá a escuchar a diario en CNN, como ocurría puntualmente a las nueve desde 1985.
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