martes, 28 de diciembre de 2010

WAY OF THE PEACEFUL WARRIOR

Hoy ha sido un día raro, desordenado. Subí a La Esperanza a las 8 con la intención de atender a un arquitecto sólo unos minutos y terminé saliendo del Ayuntamiento casi a las dos de la tarde. Bajo a Santa Cruz a almorzar, subo a casa de nuevo, ayudo a un amigo a montar dos sillas y, ya cansado y sin muchas ganas de hacer nada (sigo sin animarme a ir al cine) me siento con las perritas en el chester animado a ver alguna de las pelis que tengo grabadas en el disco duro multimedia y que aún no he visto. Escojo una al azar y veo "El guerrero pacífico" (Peaceful warrior), sobre un gimnasta de élite de una universidad californiana, su vida, su accidente... La peli muy entretenida, de esas que te tocan un poco la fibra sensible, que hablan de la superación y cosas por el estilo. Me intriga saber si el actor es gimnasta de verdad. Aparte del actor principal, este pibe que si no es gimnasta lo hace de maravilla, destaca Nick Nolte.
Aquí pongo los datos de la película que he sacado de la web: http://elviajederiddhi.wordpress.com/

El guerrero pacífico es la adaptación cinematográfica del best seller de Dan Millman, “El camino del guerrero pacifico”, obra autobiográfica con más de un millón de ejemplares vendidos en Estados Unidos, traducida a 21 idiomas y avalada por autores de la talla de Sting, Eckhart Tolle o Deepak Chopra.
Dan Millman ganó el Campeonato Mundial de Trampolín en Londres cuando tenía dieciocho años, consiguiendo así formar parte del equipo olímpico estadounidense. Tras una inmejorable trayectoria, un accidente en moto fracturó los huesos de su pierna derecha en cuarenta partes, esfumándose así su sueño olímpico y su futuro como deportista de élite. El equipo médico le diagnosticó unas secuelas motrices de por vida y su entrenador asignó su puesto a otro deportista.
Dan Millman confió en sí mismo y realizó el milagro de recuperarse de tan severa lesión. Lo consiguió sólo… y en un año. Según relata, aquel accidente le hizo plantearse por completo el propósito de su vida, comprobando hasta qué punto había dado prioridad al espíritu competitivo, convirtiéndose a sí mismo en su juez más severo y tiránico. Tras la lesión, aprendió a aceptarse y a disfrutar de su persona en aspectos que nada tenían que ver con sus capacidades atléticas.
En ese milagro tuvo mucho que ver la presencia de Sócrates (interpretado por el maestro Nick Nolte), un anciano que sirve gasolina y que le enseña el valor de servir a los demás y la necesidad de vivir para ello anclado en el presente [Del famoso filósofo es la frase: "las verdaderas batallas se libran en el interior".] Sócrates le enseña a saborear todos los aspectos de su vida por la vía de estar presente, comenzando por las pequeñas acciones cotidianas, como mientras se come, para poder apreciar el contraste de sabores y sensaciones en vez de limitarse a tragar compulsivamente comida, como suele hacerse. Así, con pequeños detalles aparentemente anodinos, la obra va dejando en su recorrido algunas frases dignas de ser destacadas y meditadas.

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