Ando un poco harto del devenir periodístico, poco a poco se van convirtiendo los periódicos en una suerte de ¡HOLA! donde se van intercalando noticias frivolonas o sesgadas, o ambas en una misma. Pasada la hoja del espectáculo circense de Puigdemont -Dios lo deje fuera de España por muchos años-, volvemos a centrarnos en los temas de moda: la guerra en Gaza donde los malos son los que son y los santos, santos son; los rusos en Ucrania, queja que te queja si el país invadido se defiende o el último capítulo de Putin, personaje tan odiado como temido, que sube a un pedestal a los últimos espías retornados y a los que los periodistas dedican páginas y páginas como se se tratase de un "me vengo a enterar ahora". Pero ¿es que nadie ha visto nunca una película de espías durante la Guerra Fría? Señores, todo está inventado.
Sentado frente al ordenador esta mañana de domingo después de haber dormido bastante bien pero con alguna pesadilla incordia, me disponía a trabajar un rato hasta que cambié de opinión. ¿No nos enseñaron que en el séptimo día descansó? Pues yo, para emularlo y sabedor de la imperiosa necesidad del descanso, he decidido no trabajar, dedicarme al dolce far niente y mañana será otro día.
♫
Pink Floyd, *On the turning away.
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